De pronto la suavidad se acaba y comienza a embestirme con fuerza, haciendo temblar la cama, llegando cada vez más profundo en mí, una de sus manos se aferra a mi cadera, encaja sus dedos con fuerza, manteniéndome firme ante sus embestidas mientras que la otra atrapa mi cuello apretándolo gentilmente, haciéndome sentir sometida ante él, ante su fuerza y su fiereza. Cierro mis ojos y me dejo llevar, el calor entre mis piernas se vuelve insoportable, los movimientos cada vez son más violento y su boca calla sus gemidos contra mi piel, la saborea y la muerde, cada vez más duro, cada vez más dolorosamente, pero el dolor se mezcla con el placer, volviéndose una experiencia deliciosa.
Mis caderas pierden el ritmo, mi corazón se detiene y se acelera hasta explotar en mi tórax, me aferro a las sábanas mientras él se derrama dentro de mí, su calor me llena por completo haciendo que mi vientre palpite. Lentamente me libera y cae en la cama, agotado, extasiado, pero su mirada se ve dif
Su piel, su aroma son demasiado llamativos, me atraen, me llaman, generan en mí una necesidad de tenerla cerca, no sé si eso sea enamorarse, sinceramente, solo sé que quiero estar cerca de ella. Cuando terminamos de beber, ella limpia suboca con desagrado, se siente sucia, no le gusta tener que hacer esto, pero no pienso arriesgarme a que muera. Limpio mi boca con mis dedos mientras ella abraza su muñeca adolorida. —Recuerda que tienes que echar llave a tu habitación en cuanto salga— la veo fijamente a los ojos y ella imprime seriedad en su mirada. —Sí, lo entiendo… Salgo por la puerta, lleno de su esencia, cuando bebo de su sangre una sensación de confort meinvade, pero curiosamente regreso a ser yo, la necesidad de estar con ella disminuye, como si el simple hecho de beber de ella fuera suficiente, fuera lo único que necesito, no, no puede ser, no lo creo, la necesito a ella, a ella completa, necesito su presencia, no solo su sangre o por lo men
Antes de que esté lo suficientemente cerca como para poder respirar su aliento la empujo hacia atrás y la veo fijamente lleno de coraje, ella cae sobre la mesa del café que estáentre los sillones haciéndola añicos. Cuando levanta la mirada me ve llena de odio y noto como sus ojos empiezan a llenarse de lágrimas. El ruido de la caída alerta a mi madre que sale corriendo y vea Amanda en el piso aún. —¡Cariño!, ¡¿qué te pasó?!—, grita mi madre y se acerca a Amanda para ayudarla a levantar, lo único que hago es dar un par de pasos hacia atrás mientras nuestras miradas siguen fijas la una en la otra. —Nada… supongo que asíse siente el rechazo— dice Amanda sin dejar de verme, en ese momento noto como sus palmas están llenas de vidrios y sangran, mi madre la ayuda a sentar en el sillón. —Dieter… ¿tienes algo que ver con lo que le ocurrióa Amanda?—, voltea mi madre a verme, juzgándome antes de admitir mi culpa, llega Joan corriendo y pas
Empiezo a retirar los coágulos de sangre y me asusta ver que la sangre no para de brotar de su piel, sigo una que estápor su cuello y baja por su pecho, la ropa me impide ver hasta dónde llega. De inmediato empiezo a desabrochar su camisa con preocupación, me toma de las manos y me detiene, me ve fijamente y su mirada estáseria y triste. —¿Me escuchaste?—, me pregunta escéptico. —Sí… —¿Sólo así?, ¿nada más?, ¿sin dudas? —Es tanto lo que quisiera preguntar, pero me gustaría que fueras túquién me dijera lo que pasa— le digo intentando ordenar mis ideas, voltea rápidamente hacia la puerta, su rostro se convierte en una mueca entre coraje y miedo. —No la cerraste con llave— siento una punzada al corazón cuando dice eso, la angustia se apodera de mi pecho. De repente sin que ni siquiera pueda notarlo, él se arranca la camisa y me jala del brazo aventándome a la cama, el tiempo se detiene, sus ojos se clavan en
Me acomodo la sudadera, siento la luna de Dieter y su rubí, rubí que pertenecióa Clarice. Lo saco de debajo de la ropa y lo veo, desabrocho la cadena y lo saco, me acerco con él mientras lo veo entre mis dedos. Lo extiendo yduda de tomarlo, si me atrapan y lo ven sabrán que él me ayudóy lo evidenciaría, no pienso hacerlo. —Tómalo… creo que no es para mí, tienes que dárselo a la mujer que en verdad vaya a compartir su vida contigo, yo no soy la indicada, además si tu primalo ve en mi cuello, vaya a creer que me estás ayudando— veo como lo toma de mi mano y lo ve fijamente, lo mantiene entre sus dedos. —Esto será un suicidio— levanta su rostro hacia mí y guarda el rubíen su pantalón. —Bueno, no tanto… tenemos el plan b— levanto mi muñeca, la que hace rato mordiópara beber mi sangre. —Si es que Elizabeth deja algún pedazo de ti— sonríe desilusionado y triste. —Bueno, pero si no, me volverévampiro y regres
Armand Bathory Estoy en mi habitación, sé que ella no estáporque oí como abrió la puerta. Juego con el rubíentre mis dedos, pero la angustia no me deja, lo guardo en mi pantalón y me pongo una camisa. Salgo de la habitación y me muevo hacia las escaleras, cuando estoy dispuesto a bajarlas veo a Amanda caminando, sale con aparente tranquilidad, llega a las puertas y veo que ningún vampiro detiene su paso, eso no me agrada. Abre las puertas con premura y sale corriendo, los vampiros que custodian la salida se encargan de cerrarlas en cuanto ella se va. Bajo las escaleras y siento como una angustia se apodera de mi pecho, con forme avanzo hay vampiros en el camino, algunos son de Lucy, otros viejos conocidos, todos me ven, algunos con curiosidad otros con lástima. Llego a la biblioteca y solo hay un par que estánrecogiendo cenizas, supongo que la autora de esa muerte fue Brooke. El librero está abierto así que decido pasa
El vampiro sale de la celda y cierra echándole llave a la cerradura. Cierro los ojos y no puedo evitar llorar por la frustración y elarrepentimiento, estoy segura que Amanda ahora tendrá el camino libre para estar con Dieter, solo Dios que le va a decir para que él se olvide de míy se quede con ella. Me odio porque si hubiera sido egoísta con ella, la que estaría muerta a estas horas es ella y yo rumbo a la oficina para ver a Dieter, pero no, tenía que venir por ella, ahora estoy en el piso frío y húmedo, cansada y adolorida. No puedo ni respirar sin que no sienta el dolor de mi brazo que no para de sangrar, si me mantienen aquíse me infectará la herida y moriré, es lo más seguro. Intento sentarme, pero es inútil no tengo fuerzas para hacerlo, decido quedarme aquí, acostada hasta que el cansancio me empieza a ganar y me quedo dormida. Despierto y sigo en la celda, pero mi brazo estátotalmente curado, lo puedo mover sin problemas
Dieter Iron Estoy en la oficina arreglando unos papeles, pero sinceramente no soy capaz de concentrarme en otra cosa que no sea lo que dijo Amanda, no creo en sus palabras, algo dentro de mí me dice que miente o es lo que quiero creer, pensar en que todo lo que ha hecho Brooke es solo para mi mal, no me la creo, ella... ella no puede hacerme esto. En eso mi puerta se abre abruptamente y veo a Kora y Joan en el marco, están alteradas. —¿Qué les pasa?, saben que no pueden venir aquí así— les digo mientras me levanto del escritorio. —Vamos… dile lo que oíste— le dice Joan a Kora mientras la empuja hacia dentro de la oficina. —Yo… Amanda estaba en tu cuarto yo…— dice Kora tartamudeando, siempre hace eso cuando está nerviosa. —¿Amanda estaba en mi cuarto?—, levanto una ceja molesto y pongo los ojos en blanco. —Ese no es el punto— dice Joan —¡vamos Kora dile!—, presiona a Kora para que hable. —Te llamaron por teléfon
Armand Bathory Ya busquépor todos lados y no encuentro el cargador de mi celular, ya puse mi habitación de cabeza y nada. Salgo al pasillo y veo a Elizabeth que está saliendo de su habitación. —Elizabeth, ¿no has visto mi cargador?—, me voltea a ver con una ceja levantada. —No… ¿dónde lo botaste? —No sé, si supiera no lo estaría buscando— pongo los ojos en blanco, creo que es obvio ¿no? —No pues no sé, no lo he visto… de seguro lo dejaste en la oficina— levanta los hombros —¿para quélo necesitas?, ¿llamarás a alguien en especial?—, entrecierra los ojos y me ve con desconfianza. —Sí, a Dieter para decirle que tienes secuestrada a su secretaria— pongo los ojos en blanco, intento sersarcástico aunque en verdad es lo que quiero hacer —¿dejarías de desconfiar de todos? —Lo siento, son momentos tensos— tuerce la boca y se recarga contra la puerta. —¿Quéhas logrado con la bruja?—, inten