"¡Tienes algo que me pertenece, Ventura, y lo quiero de vuelta!"

"Espérame aquí, entraré y le daré un beso a tu padre y luego nos podremos ir". Se ríen de los cómplices y yo con avidez me alejo del auto. De camino a la oficina central me encuentro con Lucinda, una empleada doméstica. Lleva una bandeja con dos tazas, platillos, una cafetera y un azucarero.

“Me imagino que esto es para el Sr. Ventura y su misterioso invitado”, respondo, caminando al lado de la mujer.

- Si señora. -El me lanza una graciosa sonrisa que inmediatamente le devuelvo y me detengo justo frente a ella, haciendo que deje de caminar.

— Puedes dejar que yo lo tome, Luci.

“Oh no, señora, ese es mi trabajo.

"¡Oh, por favor, Luci!" Solo quiero una excusa para irrumpir en esa oficina para poder besarlo antes de irme.

— Está bien, pero si el señor Ventura se pelea conmigo...

"¡Él no peleará contigo, tonto!" - Impulsivamente, tomo la bandeja y me dirijo inmediatamente a la habitación deseada. Sin embargo, cuando me acerc