Un dato sobre Anne en esas pocas palabras, era una chica intensa y este libro sin duda esconde una buena historia que pretendo devorar.

"¡Vamos, chicas, miren la hora!" Grito desde el primer escalón de las escaleras y giro para ir a la cocina, sin embargo, me detengo a mitad de camino y contengo la respiración por cuestión de segundos, llevándome una mano a la barriga.

"Eva, ¿qué es?" La voz preocupada de Erick me hace mirar hacia arriba y una sonrisa demasiado feliz se extiende por mi rostro.

"Creo que se movió", digo en voz baja, pero quiero gritar, gritar en voz alta. Deja caer el maletín de todos modos y me alcanza en dos zancadas, se arrodilla a mis pies y lleva sus manos a mi estómago. Erick pone la oreja ahí y espera pacientemente la próxima patada. Un ligero parpadeo aparece en la esquina izquierda y llevo su mano al movimiento sutil, escuchando el sonido de su sonrisa, que hace que la mía se ensanche de inmediato.

“Hola, hijo, este es tu papá. Susurra demasiado cerca de su vi