Cuando salieron del baño, inmediatamente empezaron a vestirse. Ese momento resultó demasiado incómodo para ambos, ya que no estaban seguros de qué decir luego de haber pasado la línea que habían prometido jamás cruzar. «No puedo creer que finalmente tuve sexo con Claire, aunque fue muy distinto a lo que pasó con Maddie. ¡Arg! ¡Maldita sea! ¿Por qué estoy pensando en ella ahora?», pensó el afligido muchacho. Al mismo tiempo, Claire se sentía avergonzada de mirar a la cara a su amigo, que en su mente se repetía que había sido un error todo lo que pasó. «¿Qué hice? ¿Por qué fui tan atrevida para acostarme con Leo, sabiendo que él tiene a otra en su corazón? Definitivamente tengo que aclarar las cosas con él», pensó decidida. Estaba a punto de romper el silencio, cuando repentinamente su amigo abrazó por detrás y le susurró al oído en un tono suplicante. —¿Puedo dormir contigo esta noche? No quiero apartarme de ti. Claire sintió escalofríos al escuchar esta atrevida petición, que se
El cuestionamiento de Claire dejó a Leo bastante perturbado, que por un instante no supo qué decir. Habían pasado tantas cosas en los últimos días, que solo quería cerrar ese ciclo y enfocarse en sanar la profunda herida que tenía en su corazón. Determinado a cambiar las cosas, respondió con honestidad. —En realidad, lo de esa chica nunca fue amor. ¡Ains! Más bien, mi necesidad de sentirme amado fue lo que me hizo creer que ella sentía lo mismo por mí. No muy convencida con esta respuesta, “Violeta” volvió a preguntar. —¿De verdad piensas eso? Por lo que me dijiste el otro día, sonabas bastante dolido por el rechazo, aunque estabas dispuesto a continuar hasta que ella… —¡No! —recalcó Leo con determinación—. Ese mismo día, luego de hablar con un amigo, caí en la cuenta de que no podía seguir jugando con mis sentimientos, así que preferí cortar por lo sano, para que ella no se sienta presionada de corresponderme. Claire miró confundida al chico pelirrojo, ya que le parecía increíble
Leo se extrañó al ver que su padre era quien le llamaba en ese momento, así que atendió rápidamente. —Hola, padre —saludó un poco confundido. Al otro lado de la línea, Jacob se sintió aliviado al escuchar la voz de su hijo, pero después exclamó con ansiedad: —Hijo, ¡finalmente contestas! Estos días he intentado hablar contigo, pero tu teléfono siempre estaba fuera de servicio. El reclamo de su padre avergonzó al chico pelirrojo, que intentó excusarse por ello. —Lo siento, te dije que estaría concentrado en la competencia. Es más, estos días casi siempre olvidaba encender el teléfono móvil. —¿Qué dices? ¿Acaso no tuviste ni un minuto para reportarte con tu padre? —reclamó “su viejo”. Aunque no estaba de buen humor, Leo intentó mantener la conversación con su progenitor para que este no se percatara de que otra vez se sentía deprimido. —Lo siento, en realidad las jornadas fueron demasiado intensas y apenas pude dormir. Por eso no podía estar conectado todo el día. —¡Bah! Puros p
Tras colgar la llamada con su padre, Leo se dirigió rápidamente a su habitación, donde aún se encontraban sus compañeros celebrando. Estos al notar su presencia sombría, guardaron silencio y lo miraron con extrañeza. Mike intentó relajar la situación, acercándose a su amigo y jugándole una broma. —¡Ey! Volviste rápido, pensé que ibas a quedarte más tiempo con… —Ya es tarde, me voy a dormir —lo interrumpió Leo con severidad mientras se dirigía a la cama. A pesar de la respuesta cortante de su amigo, el chico gamer se atrevió a comentar a modo de burla. —Mmm… Creo que la cita fue un fiasco, de seguro aburriste a la hermosa Claire. Esta provocación hizo que Leo se detuviera de golpe y le lanzara una mirada furiosa a su compañero de juegos. —¿Piensas que soy tan patético? —comenzó a decir con una mezcla de indignación y dolor—. ¡Qué poco me conoces! Pero ya que pareces bastante interesado en mi vida amorosa, te cuento que la cita de hoy no estuvo del todo mal, puesto que pude coger
Al día siguiente, Mike se despertó bastante agotado por la mala noche. Mientras luchaba por abrir los ojos, comenzó a recordar los eventos pasados e instintivamente dirigió su vista hacia su compañero. «¿Estará vivo? Parece que no se ha movido para nada», pensó sorprendido de ver a Leo en la misma posición en la que se acostó. Tras comprobar la hora, se acercó a su amigo para despertarlo. —¡Oye! ¡Ya es tarde! En media hora será el desayuno con los demás jugadores y jueces. ¡No puedes faltar! ¡Tienes que venir conmigo! Sin embargo, su llamado fue ignorado por Leo, quien en ese momento estaba despierto, solo que no estaba de humor para contestar, así que “respondió” colocándose una almohada en la cabeza para no escuchar las tonterías de su fastidioso compañero de cuarto. Esta acción irritó a Mike, que olvidando la cordialidad, se atrevió a arrebatarle las cobijas y mover bruscamente a su amigo para hacerlo entrar en razón. —¡Deja de actuar tan infantil y levántate! Sé que te siente
Durante el desayuno, Mike y sus compañeros tuvieron que lidiar con las constantes preguntas de los otros competidores y reporteros sobre la ausencia de Leo. Aunque habían acordado responder vagamente sobre el paradero del novato, todos se sentían fastidiados de que la atención se centrara en él y no en su desempeño como jugadores. Cuando el evento terminó, finalmente pudieron respirar de alivio, pero como ya estaba próximo a comenzar el torneo final, Ian se acercó a su líder. —¿Estás seguro de que ese tonto vendrá a jugar? Ante este cuestionamiento, Michael estaba bastante harto de la situación, así que respondió con seriedad. —Mira, a estas alturas del partido solo quiero terminar con esto y largarme a casa. Así que no se preocupen, mejor tomen algo para relajarse y nos vemos en la cabina. Luego de decir esto, se encaminó hacia el ascensor. Entonces Dan preguntó con desesperación. —¿Vas por Leo? Mike ignoró la pregunta de su compañero y continuó con su camino decidido a hacer “
En el trayecto a la sede donde se desarrollaría el último evento del torneo de videojuegos, ambos amigos se mantuvieron en silencio. Mike estaba demasiado preocupado por la forma autómata en la que se comportaba Leo, que dudó que él estuviera lo suficientemente estable como para lidiar con la competencia. Cuando finalmente llegaron al cubículo designado para el equipo, el chico gamer se detuvo para hacer que su compañero de juegos volviera en sí. —¿Realmente quieres hacer esto? Podemos… —Deja de perder el tiempo, entremos —respondió fríamente el chico pelirrojo, abriendo intempestivamente la puerta. En ese momento, los demás se sorprendieron ante la repentina aparición del sombrío muchacho, que por un momento sintieron escalofríos ante el aura tan negativa que este desprendía. Entonces, Jerry fue el primero en atreverse a hablar. —¿Todo bien? Mike quiso responder, pero Leo pasó de largo para tomar asiento y revisar el equipo que usaría para jugar. Su acción dejó atónitos a todos,
La audiencia enmudeció ante el repentino ataque y de inmediato las redes sociales se encendieron con comentarios de los espectadores, que también estaban atónitos con el descalabro en ambos equipos. —¡Por el padre de los videojuegos! ¿Qué acaba de pasar, “Doc”? —exclamó uno de los comentaristas del evento. —No tengo la menor idea, Jean —añadió el segundo comentarista—. ¡Esto es inaudito! En toda mi carrera como gamer jamás había visto que entre compañeros se ataquen entre sí con tal de distraer al equipo contrario y debilitarlo. Aunque todos creímos que Leo había empezado con el pie izquierdo, ubicándose en una posición poco ventajosa, no esperábamos que los rojos fueran capaces de “sacrificarlo” para dar ese golpe tan mortal. —Definitivamente —secundó el primero—. Considero que el Escuadrón Rojo arriesgó demasiado al perjudicar a su jugador estrella, quien en toda la competencia se ha mantenido con los niveles más altos del resto del equipo. Aunque supongo que eso es insignificant