Al enterarse de que Claire no había llegado a visitarlo, Leo la miró consternado, sin embargo, como aún se sentía mal por la jaqueca, frunció el ceño y apretó los ojos para soportar el malestar. Su vecina notó que el chico pelirrojo parecía un poco confundido con su visita, así que intentó explicarle. —Bueno, en realidad vine a hablar con tu papá para que me cotice un mueble de madera que quiero colocar en mi casa. Luego de hablar con él, supe que te sentías mal y pues me topé con Jonathan… En ese momento, Leo estaba tan confundido como para comprender lo que ella le estaba diciendo, que de pronto empezó a sentir náuseas y mareos. Instintivamente miró a Claire con una expresión de angustia. —Lo siento... podrías dejarme solo... por favor —suplicó el chico conteniendo el vómito. Claire se alarmó al percatarse de que Leo estaba pálido y su frente se había mojado por el sudor, que inmediatamente se acercó. —¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? ¿Necesitas que te ayude en algo? Como Leo no po
Claire parpadeó asombrada ante el cuestionamiento de Leo, que tardó un poco en reaccionar debido a que le causaba sentimientos encontrados. Por un lado, le ilusionaba demasiado la idea de comenzar una relación con la esperanza de que en el futuro él olvide a la mujer que lo había herido profundamente; sin embargo, estaba el hecho de que ese pasado complicado siempre atormentará a ese chico y resultaría contraproducente para ambos. Al ver que ella lucía bastante estupefacta con su petición y se mantenía callada, el chico pelirrojo entendió que tal vez era demasiado apresurado de su parte hacer tal propuesta. Como no quería que su vecina malinterpretara las cosas, la miró fijamente y acercó su mano hacia su mejilla, provocando que el corazón de Claire latiera emocionado con este contacto. —Perdón —comenzó a decir el chico pelirrojo—, quizá no puedo ofrecerte todo mi corazón, pero me gustaría empezar a hacer las cosas bien. La joven abogada sintió que su corazón se derretía ante la mir
Mientras se dirigía a casa de su amiga, Claire caminaba llena de energía y todo a su alrededor le parecía maravilloso. Aunque en un principio tenía planes de visitarla para contarle sobre su nefasto encuentro con Jonathan, en realidad estaba bastante emocionada por lo que había pasado en la habitación de Leo. De pronto recibió una llamada, así que rápidamente contestó su teléfono: —¿Aló? —¡Qué tal Claire! Soy Mary Grey —saludó una voz femenina al otro lado de la línea—. Te hablo para confirmar tu participación en el evento COS, aunque no hemos anunciado tu asistencia, queremos saber si vas a estar mañana en el cóctel de presentación. —¡Ah! Hola Mary, un gusto saludarte —reaccionó ella bastante aturdida—. La verdad no lo había checado con mi agente, pero creo sí podré estar con ustedes mañana —esto último lo dijo con demasiada emoción. —¿En serio? ¡Esto es sensacional! Hemos guardado tu lugar este tiempo, con la esperanza de que nos acompañes —exclamó emocionada la mujer. —Lo sé,
—Dime cariño, ¿Leo Brown fue tu conquista número 50? —volvió a repetir aquella misteriosa persona. —¿Qui... quién eres? —preguntó Maddie con voz temblorosa. —Cariño, no me digas que ya olvidaste a tu conquista número 49 —se burló ese sujeto al otro lado de la línea. En ese momento Maddie descubrió que esa persona era ni más ni menos que Jonathan, su anterior pareja que la había acosado tras finalizar la relación y por su culpa tuvo que implementar acciones legales para detenerlo. Como no estaba de buen humor para soportar sus chantajes, trató de recomponerse y no mostrar debilidad. —¿De qué estás hablando? —preguntó agresivamente. —Mmm... ¿Por qué te empeñas en ocultarlo? —cuestionó sarcásticamente Jonathan. —¡Estás loco! ¡No oculto nada! —aseguró ella con firmeza. —¡Ja! Mira Maddie, ya no soy aquel hombre estúpido a quien estafaste con tu falso cariño, sé muy bien que andabas buscando a 50 hombres para coger, así que sacando cuentas, estoy seguro de que ya cumpliste tu meta, ¿n
Tumbado en la cama, Leo miraba fijamente el techo mientras reflexionaba sobre lo ocurrido esa mañana con Claire. «¡Ah! M*****a sea, parece que estoy en una pesadilla sin fin. Nada me está saliendo bien últimamente», se lamentó internamente. En ese punto sentía que su vida se había vuelto un caos, una serie de eventos que lo hundían y lo hacían sentirse miserable, que lo único que deseaba era desaparecer. «Si tan solo pudiera regresar a mi tonta vida monótona, en aquellos días cuando podía alejarme de la realidad, trabajando tranquilamente en el taller de Jacob, sin otra aspiración en la vida más que dormir, comer y jugar videojuegos con Mike», pensó con aflicción Entonces su mente volvió al punto en el que todo se vino abajo, específicamente en el momento en que Maddie apareció en su vida, trastornando todo a su paso como un tornado. Incluso ella fue capaz de fracturar la armadura que él había logrado forjar para protegerse de la crueldad humana y, por consiguiente, estrujando su in
Mike no cabía de asombro ante la revelación de su amigo, que apenas pudo decir. —¿Eres en realidad mi amigo Leo? —cuestionó incrédulo. El chico pelirrojo no estaba de ánimos para bromas, así que ante el comentario irónico de su amigo, resopló de frustración. —¡Estoy hablando en serio! —replicó de mala gana. Por el tono de voz de su compañero de juegos, Mike dejó a un lado las bromas y comentó: —¡Ey! Calma, no te enojes. —Pues tú te lo estás tomando a juego —refunfuñó Leo. —¿Pues qué quieres que piense de ti? Realmente estoy impresionado con lo que me cuentas, ya que antes no eras capaz de acercarte a una mujer, ni mucho menos tomar licor, pero ahora escucho que te volviste un ligón y vas a los bares —señaló el chico gamer bastante alterado con el relato de su amigo. Estos señalamientos irritaron a Leo, que objetó. —¿Qué tiene de malo que me vuelva un ligón y me embriague? —¡Nada de malo! —replicó Mike—. Es solo que me sorprende que hayas cambiado de la noche a la mañana. —¿D
Tras cuestionar a su hijo, Jacob lo observó fijamente en espera de su respuesta, sin embargo, este se mantuvo callado y desvió la mirada. Al percatarse de su actitud evasiva, el afligido hombre sospechó que la decisión de Leo de comenzar una relación con Claire era un medio para olvidar la decepción que vivió con Maddie, así que pensó darle un último consejo. —Creo que lo mejor sería que te tomes un tiempo y no te esfuerces por estar con alguien solo porque quieres olvidar tu dolor. Ten en cuenta los sentimientos de la otra persona, ya que de lo contrario, ella podría ser la más lastimada en el proceso. ¿Me entiendes? El comentario de su padre provocó que Leo sintiera culpabilidad y se cuestionara si había sido demasiado prematuro de su parte pedirle a Claire que salieran. Tras pensarlo un poco en los pros y contras de esta relación, contestó con determinación. —Lo sé, padre, pero estoy dispuesto a no cometer el mismo error dos veces. —Eso espero, hijo —suspiró el hombre resignado.
Como su amigo se la pasó durmiendo el resto de la tarde, Mike decidió no molestarlo y se encargó de comprarle un boleto de avión para que ambos pudieran viajar al día siguiente. Sin embargo, eso resultó una misión titánica, ya que no había lugares disponibles en clase comercial, salvo en la clase ejecutiva. —¡Ah! Tendré que pagar un boleto en clase ejecutiva para Leo, y pagar la diferencia para que me cambien mi lugar a esa área —meditó el gamer. Después de hacer los ajustes, vio que ya era hora de cenar, así que se acercó a la habitación para llamar a su amigo, pero al percatarse de que este estaba profundamente dormido, pensó no despertarlo. Al día siguiente, Mike y Leo salieron apresuradamente del departamento, debido a que el primero se quedó dormido, olvidando que debían estar en el aeropuerto tres horas antes de que el avión despegue con destino a Ciudad Capital, lugar donde se llevaría a cabo el Torneo Nacional de Videojuegos. Mientras el taxi los llevaba a su destino, ambo