—¡Bienvenidos a mi casa!Renzo tenía que admitir que el hombre tenía un buen sentido del humor, lo hacía sentir como en su casa. Todavía no lograba descifrar que era lo que no terminaba de gustarle con respecto a él, siempre había algo extraño que no terminaba de agradarle.Al contrario de Nicki, su hija siempre fue otra cosa. Ellos se conocieron cuando sus padres comenzaron a hacer negocios, al igual que Lena, aunque la mujer nunca le dio mucha importancia a todo lo que tenía que ver con ese mundo.El rancho de Carlos era parecido al de su madre, con grandes campos, hermosas estructuras, caballos, vaqueros y sin dudas, cámaras de seguridad en cada rincón.El hombre les recordaba con una sonrisa en el rostro cada rincón del rancho, ya que hacía mucho tiempo no viajaban y él había hecho una gran remodelación en el último tiempo.—Esto es toda una maravilla. No hay nadie a kilómetros y eso es lo que más me gusta —dice él con una sonrisa—. Cuando gusten pueden usar los caballos y pasear,
Era muy difícil que el comandante pensara que a esta altura Claudia realmente quiera a alguien fuera del círculo. En todos los años que la conocía, ni siquiera se había demostrado tan desequilibrada por alguien como lo hacía ahora por aquel tipo.Supo entender que quizás era un conjunto de sucesos, pero que de todas maneras no quería permitir que así sea.Ambos comenzaron a caminar por los grandes prados mientras eran seguidos desde lejos por las cámaras, el guardia tenía ordenes de hacerlo siempre con él, más aún cuando comenzaba a alejarse del resto.—¿Estás diciendo que lo buscaste ayer? —le pregunta con una ceja levantada.—Lo vi en la fiesta, él estaba ahí con su hija —le aclara mientras mira hacia adelante—. Entiendo que él no logre todavía comprender todo esto, pero no quiero que me tenga ese rencor. Somos amigos desde hace casi veinte años.—No creo que de verdad merezca ser tu amigo, Claudia. No entiendo por qué tanto revuelo con ese hombre no es más que común.—Bueno, pero y
Comandante no podía decir exactamente qué era lo que le desagradaba sobre Lena Antana. Quizás le guardaba cierto rencor por su padre, también porque veía ciertas cosas con respecto a Claudia que no le gustaba y también porque su hija se interesaba en ella.Él nunca había permitido que su hija le controlara la vida, y por lo visto tanto Renzo como Lena intentaban amoldar a su madre a su manera. Más allá de todo eso, no le gustaba la idea de que fuera exactamente la hija de José la que estuviera al lado de su hija, temía que tuviera que ver con lo que su padre había hecho, o que fuera capaz de hacer lo mismo también.Cuando vio a su hija sola en el exterior de la casa no dudó en hablar con ella. No la veía muy lejana a tomar las mismas decisiones que Renzo y eso lo inquietaba.—Pensé decirte que te alejaras de Lena —le dice mientas se acerca a ella—¿Hola? —hace una mueca—. Hace tiempo que no hablas conmigo como para que vengas a decirme qué hacer. ¿Por qué una charla ahora?—Acompáñame
El asunto de Renzo era parecido, pero en sentido contrario. Él hubiera deseado que su madre lo dejara fuera de su círculo y que pueda pensar en hacer algo más sin problemas, pero no era así. Intentaba encontrar la manera de zafar de toda la responsabilidad que querían ponerle encima y Nicki había buscado esa aceptación la mayor parte de su vida.Ella sabía que lo mejor que podía hacer era irse a la ciudad de México y comenzar de nuevo, olvidándose de todo lo que tuviera que ver con su padre e intentar ser feliz. Aunque le costaba, no era fácil tener que renunciar a lo que creía que siempre lograría, como que él la quiera y la acepte de una vez por todas.A veces los padres crean heridas que no se dan cuenta de qué tan profundas pueden ser. El rechazo incluso podría haberla llevado a otras circunstancias más horribles, pero hasta que ella entienda que en cierto punto lo mejor era tener sus cosas en otro lado, entonces tendría que pasar por un proceso.Renzo por otro lado había estado p
La noche para ellos había comenzado de la mejor manera. Después de subirse a la avioneta con rumbo a la ciudad de México, Nicki prometió que cuando terminara la noche podían quedarse a dormir en su departamento, por lo que no sería un problema regresar tan tarde.No querían saber nada con ver a sus padres al final de la noche, necesitaban pasarla bien, aunque sea una vez.En México era verano, muy al contrario del clima en Argentina, por lo que estaban disfrutando aquella salida de otra manera. El festival pequeño que organizaron en esa parte de la ciudad estaba lleno de personas, bebiendo, cantando, y tomando.Los colores inundaban las calles, la alegría de pasar un buen rato entre amigos y por supuesto, la buena música.La única que no estaba muy feliz allí era Lena, pero por asuntos externos. Ella continuaba pensando en sus problemas y en todo lo que tenía que ver entre la policía y su madre, algo que no lograba separar de la cotidianidad de su vida.—Hay un escenario para hacer ka
Nicki y Martina se habían metido en una burbuja personal mientras los demás miraban. Lena había sido la única que mantuvo su vista un poco más allá de su círculo y esa fue la razón por la que vio a Luisana.—Ella está por ahí —le dice Lena mientras se acerca a su hermano—. Creo que deberías hablar con ella, estaba mirando para acá.—¿Vos decís?—Si, no seas tonto. Hablá con ella.Renzo toma una larga respiración y decide finalmente hacerle caso a su hermana e ir hacia donde se encontraba Luisana. La mujer eleva la vista hacia él, dejando de fingir que realmente no lo estaba mirando y ambos se encuentran.De repente toda la duda que podía tener se esfumó, mirándolo a los ojos se daba cuenta de la calidez que encontraba con aquella mirada, de lo que realmente Renzo generaba en su interior cada vez que estaba cerca y supo, que por más que intente evitarlo, ella estaba profundamente enamorada.—No quiero que pienses nada malo sobre esto...Luisana solo hace una mueca de costado y entonces
Lejos de todo lo que estaba ocurriendo en el rancho, Renzo y Luisana habían decidido alejarse un poco más del resto para poder hablar más tranquilos. Ellos necesitaban cerrar todo el problema.Encuentran un lugar más cómodo en una de las bancas donde la música no llegaba tan alta, sus amigos se habían quedado atrás hace rato.—Estuve pensando mucho en vos en estos días —le confiesa ella mientras se sienta de costado y lo mira—Yo también, siempre. Y no sé cómo volver a hablar sobre esto sin que el tema nos toque de nuevo. Pero solo quiero pedirte disculpas por última vez, te juro que estoy tratando de cambiar todo, porque nunca lo quise así.—Te creo y por eso estoy acá. Hablando con Luca pude entender muchas cosas desde otro punto, sé que de todas maneras es tu madre y ese fue tu entorno desde siempre.—Lo fue, pero nunca me gustó estar ahí en primer lugar. Sé que mi mamá quiere que me haga cargo, pero sabes que lo mío no es eso. Yo tengo otros proyectos en mente, no quiero ser un ma
En ese momento las interrumpieron Martina y Ludmila, quienes regresaron con cervezas en sus manos. Nicki no estaba muy cómoda con la presencia de ambas, principalmente cuando vio a su mejor amiga en algo que no le gustó.—¿Por qué me miras tan seria? —le dice Martina—Nosotras tenemos que hablar sobre algo y lo sabes —le responde Nicki—No te enojes conmigo...En ese momento los cuatro pares de ojos miraron hacia Renzo y Luisana, quienes volvían con una sonrisa en su rostro. Ambos tomados de la mano mientras se hablaban al oído daban señales de que todo había terminado bien, Lena estaba feliz por ellos.—Hola, chicas —Luisana comienza a saludarlas, mientras Ludmila se presenta ante ella—Es bueno verlos juntos de nuevo —le dice Nicki—. Es una sorpresa verte en México.—En realidad vivo en México, desde hace años —la mujer se sorprende—. Vine para terminar unos problemas con mi antiguo departamento, no sabía que los encontraría.—Bendita casualidad —dice Lena— ¿Viniste sola?—No, Luca