Luisana notó la tensión en sus hombros cuando él y Lena regresaron. Renzo estaba más preocupado por la seguridad de ella de lo que pudiera pasarle, porque él al menos sabía cómo defenderse. —¿Ocurrió algo? —pregunta Lourdes mientras mira a Lena —Oh, no. No te preocupes, solo estábamos hablando sobre algunos problemas del trabajo —ella sonríe —No, ni se les ocurra. Olvídense del trabajo, esta noche no es para estar con preocupaciones —Luisana le sonríe y lo toma de la mano—. Vamos a bailar un poco, la fiesta está buena. Renzo mira a su hermana y ella le hace señas para que se despreocupara. Después de todo, nada iba a pasar mientras estuvieran allí. Podrían lidiar con el problema después, estaban preocupando a las mujeres por algo que ni siquiera podían informarles. —¿Eres de esa clase que no puede dejar de pensar en el trabajo? —le dice la mujer con una sonrisa de burla —Eso es lo que soy, si. —él sonríe—. Aunque eso se me hace un poco difícil cuando estás. —Casi que te pierdes
No era la mejor situación para tener un hombre atado en una casa que no era suya, pero necesitaba saber qué carajo estaba pasando. Al menos agradecía que el lugar fuera grande, con suerte no se escucharía nada y podía salir ileso de esto. Luisana no tenía que enterarse de nada de lo que ocurría, las cosas podrían ponerse aún peor. Había una pequeña bodega a unos metros de la casa, el lugar perfecto para poder hablar sin que repercutiera afuera. Ismael consiguió una vieja silla allí, atando a aquel hombre. Renzo daba vueltas en el lugar, mirándolo con rabia. Ahora estaba seguro de que no venía de parte de su madre, por lo que le preocupaba aún más. —¿Qué m****a es lo que haces entrando en esta casa? —se acerca hacia él con el ceño fruncido— ¿Qué buscas? —Puedes irte a la m****a —murmura él con rabia El hombre sonríe ante sus palabras y su puño cerrado viaja directamente hacia su boca, provocando que la sangre comenzara a salir una vez más. No le importaba que tan prepotente sea él
El hijo de perra de Mario había llegado demasiado lejos y él estaba realmente furioso. No tenía idea de porqué aquella obsesión de tener que seguirlos, el día de la fiesta ellos ni siquiera se conocían y él ya la había acusado de infidelidad, ¡Cuando él mismo había sido el desgraciado!Aquel hombre que había atrapado, ahora reconocido como Pablo, se encontraba escupiendo más sangre de lo que había pensado. Renzo se cansó de que intentara jugar con su mente, no quería hablar y le había hecho las cosas muy complicadas para tener tan poco tiempo y los problemas hasta el cuello.—Me vas a decir ahora mismo que quiere el imbécil que te envió —le dice mientras toma su cabello en un puñado— ¿Cuál era exactamente tu orden? ¿Hacernos daño?—Espiar —responde con la voz ahogada—. Solo quería que los siguiera—¿Y luego qué? —gruñe—Nada, no dijo nada más. Lo juro.—Nos sacaste fotos. ¿Se las enviaste?—Si, si —el hombre toma una larga respiración, sintiendo dolor en su estómago—Desbloque el mald
Lena había decidido alejarse de la casa, necesitaba tomarse un tiempo a solas. Se sentía una tonta por pensar que todos los problemas que tenían que ver con el mundo en el que estaban, se conectaba de alguna manera con la muerte de su padre. Nunca se había creído el cuento de un maldito robo, ni tampoco de algún ajuste de cuentas inexistente. En el caso de que fuera así, Claudia ya lo sabría. Sus sospechas comenzaban desde los contactos con la mafia, de los enemigos por poder, y por supuesto, de todo lo que tenía que ver con los negocios. Allí pudieron pasar muchas cosas, su padre manejaba mucha plata y sin dudas, ser el esposo de la jefa no era algo que pasaba inadvertido. No quería justificar el hecho de que le haya sido infiel, esa noticia no le había agradado demasiado. Y más allá de eso, pensaba en algo que prefería descartar con rapidez, pero que al menos tenía sentido. ¿Qué posibilidades había de que justo lo mataran cuando estaba con su amante? Ella podría arrancare el cor
Renzo no podía creerlo que su hermana le estaba diciendo. Por supuesto que no había pensado en una idea como aquella, ahora las dudas estaban en todas partes.—¿Estás segura de lo que me decís?—Estoy segura. No te voy a mentir, estuve pensando en ello durante todo este tiempo, sé que no tuvo que ver con lo que la policía dijo. Tiene que tener razón.—Bien. Digamos que tiene razón, ¿Cómo sabes que no te va a estafar de todas maneras? —Renzo frunce el ceño—. Esto podría ser una trampa para sacarte plata y después no decir nada. ¿Por qué alguien se preocuparía en que lo supieras? ¿Incluso diciendo que se arriesgaba a contarlo?—No lo sé. Al menos quiero pensar que por lo menos una persona me quiere decir la verdad, aunque esté buscando plata.—No lo sé, hermana. Todo esto es muy raro, ¿Por qué tendría esa información? ¿No crees que mamá te hubiera dicho si eso fuera cierto? ¿Que ella no lo sabría?—No puedo darte una respuesta de esto, Renzo. Lo único que sé, es que esta persona me está
No era un secreto para nadie que Nicki estuviera enamorada de Lena. La mayor parte de su vida estuvo encandilada por ella, pero la mujer parecía siempre estar atraída por la persona que menos le convenía y por supuesto, Nicki nunca se atrevió a decírselo. Cualquier persona podría darse cuenta de eso, menos Lena. —Mira donde vengo a encontrarte. Renzo aparece con una sonrisa en su rostro, hacía tiempo que no la veía. Ambos se dan un abrazo, haciendo que los ojos de Lena rueden hacia atrás. —No dijiste que vendrías. Me sorprende que estés en un lugar como este —menciona la mujer con una sonrisa—. Hasta estás más guapo. —Sabes cómo es esto —bromea con una sonrisa—. Decime que te vas a quedar unos días al menos. —No lo creo. Quizás un día como mucho, no puedo dejar la tienda por tantos días. ¿Quién es ella? —la mujer sonríe cuando nota la presencia de Luisana a su lado —Ella es Luisana Navarro, una amiga —el hombre guiña un ojo en su dirección—. Es la hija de Mariano, ¿Te acordás d
Un escándalo mediático justo ahora era lo que menos necesitaba. Luisana no entendía cómo mierda habían tomado fotos de ella, cuando la mujer jamás fue mediática antes de su relación con Mario.No le gustaba ser portada de ninguna revista de espectáculos, jamás le importó que hablaran sobre su vida privada, y después del quiebre de su relación con el actor, pensó que todo se había acabado.—No te preocupes, Darwin. Deja las cosas como están, si respondo se armará algo peor. No me importa lo que hablen, pronto se olvidarán.—De acuerdo, señora. Disculpe las molestias y espero verla pronto.—Cuídate, Darwin.¿A quién iba a importarle si salía en una fotografía con Renzo? ¿Por qué realmente la buscaban como si ella saliera a dar declaraciones sobre su vida?El hecho de que ahora había un rumor de infidelidad con respecto a Mario le hacía más gracia que pena. Antes de la pelea, hacía tiempo que ya no estaban juntos frente a una cámara, Luisana ni siquiera pensó en que sería necesario dar u
No había una manera correcta de decirle lo que estaba pasando, pero él sabía la verdad y no tendría por qué ocultarle que su exnovio era un tremendo hijo de perra.No se atrevió a darle una respuesta, pero publicó las fotos en su lugar. Ahora entendía a qué venía todo esto, él quería humillarla e inventarse una estúpida historia donde era el pobre hombre.—¿Te das cuenta de lo que estás diciendo? —Luisana lo mira— ¿Por qué ese idiota haría eso?—Porque le conviene quedar como el engañado antes de que sepan lo que es. Mira, no te dije nada, pero hace unos días alguien nos estaba persiguiendo —la mujer frunce el ceño—. Atrapé a un hombre cerca de tu casa, él traía una cámara de fotos e intentaba capturarnos.—No me digas que ese maldito se atrevió a pagar para que me siguieran. ¿Qué mierda es lo que quiere?—Esto es lo que quiere, publicidad. Por lo poco que lo conozco, le gusta alardear y no hay nada mejor que quedar como el pobre de la situación.—¿Qué sentido tiene? —ella suspira—. É