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El punto de vista de Sofía

Mis ojos se abrieron lentamente y traté de moverme, pero tenía las manos y las piernas atadas. Me ataron a una silla de madera. Mierda.

Todos los recuerdos comenzaron a regresar lentamente a mí y traté de darle sentido a todo lo que estaba sucediendo en ese momento, pero no estaba seguro de poder hacerlo. Lo único que mi cabeza podía comprender en este momento era el hecho de que me habían secuestrado. Pero no sabía por qué. Y no sabía por quién.

¿Por qué alguien me secuestraría? ¿O fue Ian? ¿Lo hizo porque pensó que iba a revelar su secreto? Si pensaba eso entonces estaba terriblemente equivocado. No estaba interesado en revelar su secreto a nadie. De hecho, no me interesaba nada que tuviera que ver con él.

Me dolía mucho el pecho y tenía un nudo en la garganta. Sabía que estaba a punto de llorar y no pude evitarlo. Me había enamorado de Ian. Sabía que me había enamorado de Ian. Pero ahora estaba descubriendo que me había enamorado de un monstruo. Era un