La primavera vestía la Ciudad de México con un esplendor vibrante. Las flores moradas de las Jacarandas de Reforma, en su máximo apogeo, llenaban el aire con su fragancia dulce, mientras el sol acariciaba la ciudad con un calor suave y reconfortante. Aquella tarde, habíamos organizado una salida entre amigos; era una de esas ocasiones en las que el tiempo parecía detenerse, dejando solo risas, conversaciones y el placer de compartir momentos.Tú, como siempre, eras el alma del grupo. Tu risa resonaba como una melodía que todos querían escuchar, y tu presencia irradiaba un magnetismo imposible de ignorar. Todos querían estar a tu lado, seguirte, compartir, aunque fuera un instante de tu atención. Y yo, fiel a nuestra amistad, me mantenía cerca, envuelta en tu carisma, pero también en una sombra sutil que solo yo parecía notar.A veces, te alejabas por momentos, envuelto en el bullicio de los demás, pero siempre volvías a mí. Si alguien se atrevía a entablar conversación conmigo, no tar
Desde nuestra última despedida, el mundo que compartíamos había cambiado de manera irrevocable. Recuerdo bien aquel día: Ella me despidió con flores, su gesto cargado de una amabilidad que, en ese entonces, agradecí con sinceridad. Siempre había sido una mujer de presencia arrolladora, de esas personas cuya energía llena una habitación sin esfuerzo. Extrovertida, luminosa, indomable. Tal vez por eso Jacobo la amaba. Y yo, en aquel entonces, me sentía en paz con ello.Pero ahora el destino nos vuelve a reunir, y no puedo evitar que el miedo se enrede en mis pensamientos. ¿Cómo reaccionará al saber que ahora yo estoy con él? Peor aún, ¿cómo podré explicarle que Jacobo me ha pedido matrimonio? Una pregunta aún más inquietante me persigue: ¿Estoy realmente dispuesta a decir que sí?Tengo miles de pensamientos en mi cabeza, primero tengo que hablar con ella y que me aclare muchas cosasMis pensamientos me absorbieron por completo, tanto que no me di cuenta de cómo el tiempo se me escapaba
El murmullo de las conversaciones y el tintineo de las copas llenaban el elegante restaurante, pero para mí, todo aquello se desvanecía en un segundo.Ella ya estaba allí, sentada en una mesa en el centro del salón, con la espalda recta y una elegancia natural que parecía envolverla como un aura. Su larga cabellera rubia caía en cascada, resplandeciendo bajo la tenue luz de las lámparas. Cada uno de sus gestos era impecable, medido, como si hubiera nacido para ocupar aquel lugar con una gracia inalcanzable.En cambio, yo… Yo apenas lograba mantener la compostura. Sentía cómo el esfuerzo por no verme insignificante a su lado se convertía en un peso insoportable. No podía evitarlo: su belleza era deslumbrante, imponente, casi irreal. Y aun así, no lograba entender por qué Jacobo había decidido dejarla ir.El aire era denso, cargado de preguntas sin responder y una tensión que se sentía casi palpable. No podía negar que mi interés por conocer la versión de Melody sobre todo esto me consu
Abrí la boca para responder, pero Melody levantó una mano con sutileza y determinación, deteniéndome antes de que pudiera articular palabra.—Querida… —su voz sonó serena, pero había una dureza en sus ojos que me hizo estremecer—. Me dijo que se quedaría contigo porque lo amas con locura porque estabas muy enamorada de él, porque has dado todo de ti para retenerlo, porque te has esforzado hasta el límite para que fuera tuyo.Cada palabra pesaba porque no era la realidad en la que yo vivía, pero ella no había terminado.—Además… —hizo una pausa, como si estuviera eligiendo con cuidado sus siguientes palabras—, me confesó que habías cruzado la línea. Que te entregaste a él aun sabiendo que seguía conmigo.El aire pareció evaporarse de mis pulmones.Su mirada se clavó en la mía, esperando una reacción, pero yo solo sentía cómo mi mundo se desmoronaba a mi alrededor.Su voz se volvió más firme, más cortante, como una hoja afilada deslizándose sobre mi piel.—Tú tenías todas las intencione
Deje atrás el restaurante con miles de pensamientos en la cabeza, las palabras que me había dicho Melody resonaban en mi mente una y otra vez.No podía creer todo lo que me había dicho de Jacobo, la manera de actuar y de decir las cosas jamás lo hubieran delatado.Ahora lo sé, en ningún momento Jacobo había déjalo a Melody, seguían siendo pareja siempre, a pesar de que él me había dicho todo lo contrario.Tenía todas las opciones del mundo, él tenía el poder de no quedarse conmigo y regresar a México con ella y ser felices juntos.Además de que me ha estado engañando con todo lo que me decía, era como si yo fuera solo un premio más en su colección de parejas, ¿realmente quería casarse conmigo?Todas sus palabras habían sido una gran farsa, cuando decía que quería quedarse conmigo porque se había dado cuenta que yo era el amor de su vida, eran una completa mentira. Pero después no tenía otra opción más que retenerme a la fuerza, su orgullo le impedía soltarme, no podía perder en esta
El miedo había desaparecido de mí piel. Ya me encontraba en el automóvil con Emiliano, completamente inmóvil y en silencio. No comprendía del todo cómo me había encontrado tan rápido, pero agradecí que estuviera allí.—Emiliano, ¿cómo es posible que estés aquí? —pregunté, intentando entender su actuar.No respondió. Emiliano era un hombre que simplemente hacía las cosas porque le nacían del corazón.—Emiliano… —volví a insistir, pero el silencio persistió.Sin decir una palabra, tomó rumbo hacia una cafetería abierta las 24 horas. Se estacionó frente al lugar y salió rápidamente, sin siquiera mirarme.Pocos minutos después, regresó con dos cafés y unas galletas para acompañar. Lo miré con tristeza; estaba a punto de derrumbarme frente a él, mis ojos reflejaban la tristeza inmensa que tenía mi alma después del encuentro con Melody.Entonces, dejó los cafés sobre el panel del automóvil, se acercó a mí y me abrazó con suma calidez. Su abrazo provoco en mi un confort que no pude más y me
En la mañana del 5 diciembre me encontraba recostada en mi cama pensando en mi decisión de irme a trabajar lejos de mí ciudad natal, aunque aquí en la ciudad de México encontraría un buen trabajo de mi carrera he decidido irme a Mallorca, mi familia ha aceptado con buenos ojos mi decisión y estoy feliz con el hecho de que me apoyan, pero es sumamente difícil dejar todo atrás. Pero lo que más duele es dejar a Jacobo, ese gran amor de infancia y adolescencia, a pesar de que solo somos amigos, yo siempre lo ame, fue mi confidente de toda mi juventud, platicábamos de todo, aunque algunas ocasiones nos confundían como pareja solo es mi amigo. Él tiene pareja, Melody una hermosa compañera de colegio, por la cual siempre estuvo enamorada y por lo cual nunca pude decirle lo que yo sentía por él, aunque en estos momentos ya es tarde para decirle, yo creo que si lo guardo me odiare, a lo mejor por la tarde que nos veamos para nuestra despedida le diré que lo quiero y siempre lo tendré en mi cor
Mi vuelo sale el día de mañana, me encuentro ansiosa ya estoy lista para irme, mi mama me hará una comida familiar, solo mi hermano Mauro, mi abuelita Sofía y ella.He terminado de meter todas mis cosas en las maletas, mi vuelo sale a las 5 de la mañana, en ese tiempo estuve revisando algunas fotografías de mis vivencias con amigos y Jacobo, tuve un poco de nostalgia al recordar todo por lo cual tome todas las fotografías y las volví a meter en su cajita y la coloque en un baúl donde guarde todo lo que conservare.Mi mamá y mi hermano salieron de la casa para ir por mi abuela, que tenía ya un tiempo que no la veía y con esto del viaje quizás tardaría más tiempo en verla. Me quede sola en casa.Bajé a la cocina y mientras tomaba una manzana sonó el timbre, fui a ver quién era y para mi sorpresa era Jacobo, mi corazón comenzó latir más rápido y con mayor fuerza, abrí la puerta con calma, nos vimos durante unos segundos antes de pronunciar palabra.– ¿Cómo estás? –Dijo con voz rápida y s