Lucas Ya han pasado unas semanas desde que regresamos de la boda y no voy a negar que cuando el señor Rogelio Damar se puso frente a Paula, mi mundo colisionó. En nada mi cerebro pensó que iba a arrebatármela y al parecer nuestro hijo también lo vio así, porque fue quien reaccionó llamándola y quien la hizo volver a nosotros. Cuando estuvo a mi lado no pude evitar encerrarla en mis brazos de forma posesiva. Es que a veces tengo dudas de que Paula es mía, que me digan animal o lo que quieran, ella me pertenece tanto como yo a ella. Nada ni nadie va a separarnos a no ser que lo decidamos de ese modo nosotros mismos y de momento por mi parte no hay ninguna intención. No obstante, aunque este hombre no nos separe, no pude dejar de apoyarla cuando me contó todos sus sentimientos acerca de su padre. Estoy seguro de que, si la madre no se hubiese marchado, ella sería la hija de papi, la princesita mimada. Porque, aunque los Damar son unos desgraciados, si algo bueno tienen, es que aman a su
Paula Desde que nos enteramos de mi estado todo ha girado alrededor de esto. Lu no quiere perderse ni un momento de nuestro bebé, llega del trabajo y luego de saludarme va directo al baño. Dice que no piensa tocarme hasta quitarse toda la suciedad que trae del exterior, solo me rio, porque si es así estando en la panza será peor cuando nazca. La verdad no me molesta que haga eso mientras continúe con sus atenciones, a las cuales me he acostumbrado. Mi madre lo regaña porque dice que me está malcriando, mientras que mi hijo nada más sube los hombros y lo acompaña diciendo que me lo merezco. Ambos me acomodan en un sofá para masajear mis piernas y pies, es una delicia. Me he quedado rendida por horas allí luego del tratamiento y lo que me despierta muchas veces, es el delicioso aroma de la comida. Es que he descubierto que mi esposo cocina y lo hace muy bien. Él se ha empeñado en alimentar al bebé, aun cuando tenemos quien haga la comida en casa, porque dice que es otra conexión que c
LucasLa reunión acababa de terminar, así que pretendía ir a la consulta para encontrarnos allí. La acompaño no solo para saber cómo va el embarazo, sino también porque sé cuánto les teme a las agujas, aunque trata de esconderlo, solo hay que ver como suda y cierra los ojos. Pensando sobre esto, suena una notificación en mi móvil, reviso y veo que entra un mensaje de ella, es una foto. Lo primero que pienso es que es una broma de Pau, así que la llamo, pero al oír su desesperación y miedo mientras habla me paraliza por unos segundos.Logro reaccionar, por lo que comienzo a correr como un loco en lo que escucho sus últimas palabras, siento el ruido del choque y los gritos. La llamada se corta y llamo a la casa diciéndoles a los de seguridad que acudan a la carretera que han atacado a mi familia. Hasta ahora solo los tenía para cuidar la casa, nunca se me ocurrió que alguien podría estar vigilándonos para hacer esto. Y el chofer que le puse a Pau es de la seguridad también, supuse que co
PaulaDespierto algo adolorida, siento que todos mis músculos están dormidos, supongo que llevo un buen tiempo inconsciente. Lo primero que hago es tratar de abrir los ojos para ubicarme en donde estoy, esa tarea me cuesta un buen tiempo, pero al final logro abrirlos. Y lentamente me voy adaptando a la tenue luz que hay, parpadeo varias veces hasta lograr al final fijarme en que estoy en una especie de habitación abandonada. Está toda destrozada y aunque posee algunos muebles se nota y huele a que ha sido desahuciada hace mucho. Este lugar está peor que el anterior, es un asco y de verdad me gustaría saber cuando dejara de arrastrarme de cloaca en cloaca.Trato de estirar mi cuerpo luego de ver que mis manos y pies han sido atados con bridas de plásticos. Lo cual no es fácil, pues con mi panza tan grande es incómoda la posición en que estoy, sentada en el piso contra una pared. No puedo incorporarme con las manos atrás, quizás pueda acostarme, pero será imposible volver a esta posición
Lucas Llevo dos semanas sin mi esposa, en la primera alguien dijo que la vio, pero la policía al buscarla no la encontró. Aunque si había evidencia de que estuvo allí, pues encontraron uno de sus anillos de matrimonio. Según sus sospechas, alguien dio el aviso de que ellos iban hacia el sitio y por eso escaparon. Estoy que me subo por las paredes, Zack y Alana están aquí. Gracias a ellos he podido llevar mejor la situación y no he perdido la cabeza por completo. Mi pobre hijo solo sabe llorar, se abrazaba a mí en las noches y llama a Pau, siento que mi corazón va a explotar. La policía trató de localizar el auto nuevamente, pero lo perdieron al final y no han encontrado nada más. Tengo a mis hombres buscando a la par, tratando de tropezar con algo, pero aún nada. Solo pienso una y otra vez en quién podría haberla raptado, quien ganaría con su desaparición y algunas ideas surgieron en mi mente. Creé una lista con las personas más probables y para estar seguro de quién era fui descarta
Paula Si hay algo desagradable en nuestra existencia, es vivir como si el próximo día fueras a morir sin poder escapar de tu encierro. Controlando constantemente tus propios pensamientos que van en diferentes direcciones, como atacar cuando claramente no ganaras nada de hacerlo. Gritar porque odias tu situación o esperar a que algo cambie por puro milagro. Por suerte, la vida que late dentro de mí me mantiene alerta y no he vuelto a cometer el error de no prestar atención a mi entorno. Así es como sé que Andrés no me toca porque quiere primero estar lejos de aquí. Está muy tenso con la presión de la loca que ya he reconocido, la exnovia tóxica de Lucas. No debería extrañarme sabiendo lo inestable que es. Y esta ha tenido hasta el descaro, por cierto, de darme la cara y decirme con toda seguridad de que ella se quedará con él al final y que incluso sacará a mi hijo de su camino. Aunque por dentro estoy asustada de lo que le puede hacer, me lo trago, no voy a dejar que vea cuánto me af
Lucas Los primeros días fueron los más difíciles para nosotros, ver a mi mujer en ese estado. Su hermosa panza con movimientos de vida de nuestra pequeña cada vez que escuchaba mi voz, me hacían doblar las rodillas. Creo que su madre y yo nos turnamos en lágrimas, así como en cuidarla. Por las mañanas Margaret era quien se hacía cargo de ella y yo por las noches. La doctora encargada del embarazo iba en mis turnos para que yo viese todo, si le hacía un ultrasonido o cualquier otra prueba. Ya que la debían vigilar debido a la maduración pulmonar que se le realizó, en caso de que fuera necesaria una cesárea de urgencia. Debo decir que la doctora Rey me agrada, es más sensible y siempre me animaba a hablarles a las dos, dice que de seguro ambas estaban escuchando. Que le transmita todo mi amor a través de las palabras, que eso las ayudará. Igual ya había empezado a hacerlo desde el primer día, de hecho, me dediqué en cuerpo y alma a ellas. Las enfermeras trataron de ayudarme con las ta
LucasAl entrar y verla aprieta mi mano, cuando lo miro sus ojos están de un intenso naranja, eso significa que está emocionado. Veo la pregunta en ellos de si puede acercarse y asiento para que lo haga. Se acerca hasta estar cerca de la cara de su madre, la cual toma entre sus manitas y le habla.—Mamita, mi estrella, vine a verlas, por favor mírame.Cierro mis ojos y llevo un puño a mi boca tratando de contener las emociones que me invaden. Pero estas se cortan cuando siento que emite un grito ahogado y me asusto.—¡¿Qué sucede Lucían?!—¡Papá, mira! Mamá, ¡despertó!Me acerco en dos pasos y me paralizo, mi esposa nos está mirando y de la nada nos sonríe. Estoy tratando de saber qué hacer, de salir del estupor que me rodea. Logro decir solo dos palabras antes de que mi hijo me venza en ello.—Paula, amor…—¡Mamita, despertaste! ¡Qué feliz estoy!Sonrío al ver la alegría del peque, pero una fuerte queja de Paula llama mi atención, aparto a nuestro hijo y tomo su mano.—¿Qué sucede?—D