Lucas
—¿Por qué siempre haces lo mismo? Yo te amo y tú no haces más que acostarte con todas las mujeres que se te cruzan. Estamos comprometidos, deberías respetarme.
—Tú eres la única que quieres seguir con esto, si no he roto nuestra relación es por nuestras familias. Pero tú mejor que nadie sabes que no te quiero, no deseo tener una relación contigo. Y basta, no voy a seguir teniendo esta discusión contigo, me voy.
La dejé allí en aquella habitación, por lo otro que seguía con ella era porque era buena en la cama, no lo niego. Pero estaba harto de tener que soportarla, realmente no quería nada con ella, siempre estaba tratando de manipularme y odiaba eso. Vivian Bolso es una mujer inteligente, hermosa y preparada, pero caprichosa, celosa a muerte y algo manipuladora, todo eso apaga sus buenos puntos para mí.
Jamás me he visto en un futuro a su lado, no la deseo como la madre de mis hijos, no soportaría sufrir a diario sus ataques y sus controles. Si no fuera por la relación entre nuestras familias, ya hubiese roto este compromiso. Sé que en un futuro me dará problemas, algo me dice que quitármela de encima será casi imposible.
Me dirijo donde están mis amigos en el club, tan solo cruzar y varias chicas se me acercan, pero hoy realmente solo quiero paz. Me lanzo en el mueble y todos me miran, saben que algo pasó, pero ni preguntan. Sobre todo, mi gemelo que me conoce a la perfección, nada más me pasa un trago mientras me hace seña con la cabeza. Poco a poco me relajo mientras conversamos de cualquier cosa, somos cinco chicos que hemos venido juntos desde pequeños.
Todos hijos de familias con poder, desde un senador, hasta un empresario como el nuestro. En nada los otros chicos ya tienen a mujeres en sus piernas, pero ni yo ni mi hermano estamos hoy en eso. Yo por mi ánimo y Zack por acompañarme, siempre hemos estado uno para el otro sin dudar.
Estamos mirando ambos la pista y hay dos chicas que nos llaman la atención, quedo hechizado por la castaña, su sonrisa me atrae. Como mueve sus caderas me enciende, juro que no miro con malicia, pero el solo verla me hace desearla. Termino mi vaso y comienzo a dirigirme a la pista, me acerco y le pregunto en el oído si podemos bailar. Ella me mira y esos hermosos ojos grandes se clavan en los míos, sonríe y se abraza a mi cuello. Me observa y de repente me besa, me quedo quieto, disfrutando de cómo sus labios rozan los míos.
Cuando se separa a mirarme, soy yo quien ríe esta vez, me di cuenta de que fue su primer beso y me encanta esa pureza. Así que tome su nuca suavemente y solo le dije que abriera la boca para recibirme. De manera lenta le enseñé como me gustaba que me besaran, fue un beso largo, pensé que nos quedaríamos sin aire. Al separarnos vi sus ojos llenos de deseos y sus labios pidiendo más, le pregunté si quería irse conmigo y dijo que sí.
Busque a mi hermano, ambos cruzamos la mirada e increíblemente estábamos en la misma situación, él ya estaba de salida con la amiga. Me preocupé un poco, pues Zack estaba algo tomado, por suerte el chofer estaba con él, así que estaría seguro, por lo que continué a lo mío.
Me llevé de allí a mi castaña, la monté en mi auto y no nos detuvimos hasta llegar a mi apartamento. Sé que su nombre era Paula y sé también que fui su primer hombre, fue una noche rara, pero diferente, nunca había estado con una virgen. No voy a negar que el haberla hecho mía me llenaba de orgullo, por primera vez sentía tantos deseos por una mujer, la quería mía y de nadie más después de esta noche.
Por eso hice lo que nunca, siempre he botado a las relaciones que he tenido en la misma noche que nos acostamos, no me interesa nada más después del revolcón. Sin embargo, a ella la dejé durmiendo para buscar el desayuno en la cafetería de la esquina, pero cuando regrese, lo único que quedo fue la marca de que fue mi mujer.
Luego de eso traté de averiguar sobre ella, pero nada, ni siquiera pude con mi hermano, pues la amiga también salió corriendo y él si estaba realmente borracho esa noche. Por lo que al final tuve que dejarlo en el olvido, solo esperaba algún día, poder cruzarme de nuevo en esta vida a mi hermosa Paula. Quien se grabó tan profundo en mí que no pude borrarla. Fue uno de los motivos por los que me fui al extranjero a atender algunas empresas de la familia.
Ya no podía seguir viendo a Vivian, pero tampoco podía enfrentarme a mi padre, aún no tenía el poder suficiente. Algo que construiría en el tiempo que estuviese viajando, así como el poder hacer una de mis aficiones que más amaba sin que me lo estuviesen prohibiendo. No quería que pudiesen continuar controlando y mandando en mi vida.
Por cinco años he estado lejos, he logrado mantener a mi prometida tranquila, amenazándola con que si se acerca romperé con todo. Pero sé que este año debo volver y decidir que pasara realmente con todo este tema, ya que mi hermano se piensa casar y me ha pedido regresar.
Miro por la ventana de mi habitación en lo que bebo un trago, a mi mente vuelven esos enormes ojos negros y sus gemidos. Mi teléfono suena sacándome de los turbios pensamientos, que siempre han terminado llevándome a autocomplacerme. Al mirar a la pantalla veo que es mi hermano, así que contesto sin dudar.
—¡Hey! ¿Qué dice el futuro esposo?
—Será mejor que regreses ya, hay algo que debes ver con tus propios ojos.
—¿Qué pasa?
—Creo que he encontrado a tu Paula. —La respiración se fue volando, porque no recuerdo que mis pulmones estuviesen funcionando—. ¿Me escuchas?
—Si… salgo ahora mismo para allá.
Colgué y me dispuse a recoger en lo que le pedía a mi asistente que buscara un vuelo. Si Zack me decía que debía volver no era por gusto, algo había pasado. Me monté en el avión algo nervioso, la curiosidad me estaba matando y el deseo de volver a verla igual.
Luego de unas seis horas aterrizo, mi hermano me estaba esperando y el solo verlo me emociona, lo había extrañado. Llevábamos más de cinco meses sin vernos, lo cual es raro, ya que nunca nos demoramos en buscarnos, somos muy unidos. De hecho, extraño hasta a mis amigos, deseo verlos, los llamaré mañana para reunirnos.
LucasDespués de saludarnos me lleva hacia su apartamento donde tranquilamente nos sentamos a hablar, con una botella de cerveza en mano, como en los viejos tiempos.—Lo que te voy a contar hasta a mí me ha sorprendido, Lucas.—¿Qué pasa?—Tú conociste a Alana, sabes que es la mujer de mi vida.—Lo sé, pero…Levanto su mano para detenerme y respiró para continuar.—No me interrumpas, por favor, esto lleva su tiempo. En fin, hace nada más unos días descubrí que Alana es la misma chica de hace cinco años en aquel club. —Mis ojos se abrieron de par en par, qué casualidad de que volvió a encontrar a esa chica y no es otra que su prometida. La verdad eso era un alivio, porque sé que siempre se sintió mal por aquella noche haberle robado la virginidad estando bebido. En mis locos pensamientos caí en que era la amiga de Paula, entonces…— ¡Hey! ¿Me estás escuchando?—Perdona… es que me alegro por ti y… he pensado que eso quiere decir que…—Sí, es amiga de Paula y supongo que es la misma que h
PaulaMi vida ha sido un total tormento desde que el padre de mi hijo llegó, de alguna forma Lucían supo quién era ese hombre con solo verlo una vez, incluso mi madre se dio cuenta en cuanto lo conoció. Dice que es la viva estampa de su nieto —seria al revés, pero que importa—, que es imposible no verlo, asegura que nada más la boba de Alana no lo nota. Yo no creo que sea eso, más bien es que sospecho de que mi amiga algo no me ha dicho y por eso no cree que es el padre.El hecho es que igual no voy a darle la posibilidad de que descubra que está equivocada. Ya he renunciado a mi trabajo y le he dicho a mi madre que voy a desaparecer. Ella no está de acuerdo, dice que mi vida peligra con Andrés suelto, pero con más razón debo irme lejos, donde ni él ni Zack puedan encontrarnos.Así que cuando al niño le dan el alta, salgo directo al aeropuerto dejándole un mensaje a Ali de que espero que sea feliz, que me perdone y se olvide de mí. Luego de eso conocí el verdadero infierno, mi hijo no
LucasDesde que me enteré de que ya soy padre, no he parado de molestar a mis amigos y mover mis contactos para que encuentren a donde fueron. Martín pudo averiguar que tomaron un vuelo a Beuri, un país donde justo la familia tiene una sucursal que está bajo mi mando, así que no levantaré sospechas.Me dispongo a ir tras ellos, pero bajando del avión allí, recibo una llamada de mi madre avisando que mi abuelo ha sufrido un ataque y está hospitalizado. Todos mis planes de búsqueda tendrán que esperar, porque le debo respeto al abuelo. Aun cuando ya me puedo liberar de todo el yugo familiar, le debo mucho a este, no me importa para nada el testamento que pueda dejar, no lo necesito a la verdad. Solo me dirijo a comprar un pasaje de regreso y a esperar a que este salga, simplemente sentado allí.Luego del viaje de ida y vuelta estoy agotado, pero debo ir al hospital y cuando llegó, una de las personas que menos quiero ver se lanza a mi cuello. Como puedo me quito a Vivian de encima y cont
LucasYa en mi cuarto tengo todo el equipaje listo en nada, mientras escucho a mi hermano aconsejarme que debo ir con calma, que está seguro de que los encontraré. Lo abrazo antes de irme, es como mi mitad y agradezco que siempre esté ahí. Sin más demora salgo sin detenerme ante nada, ni siquiera ante Vivian que me está esperando en la puerta. Simplemente, la ignoro montando en mi auto, rezando porque acepte que no la quiero y salgo disparado hacia el aeropuerto.Unas horas después:Llegando a la capital de Beuri me siento algo perdido, me cuestiono por donde empezaré a buscarlos, lo único que tengo es que están en este país. Ahora tendré que mover mi gente aquí para que la localicen, solo espero que no se hayan ido de la capital, al menos.Par de meses después voy en mi auto con una tristeza enorme, aún no los encuentran y me pregunto cómo es eso posible. Miro por la ventana del auto, casi estamos llegando a la empresa, nada más voy de vez en cuando a dar una vuelta. En realidad, el p
LucasJusto al momento de bajarnos, que se abren las puertas, alguien llama al niño y este corre hacia la voz sin pensar. Yo solo avanzo lento y espero a una distancia prudente. Paula es más hermosa de lo que recuerdo, los años le han venido bien, su pelo está corto, pero igual le asienta. Cuando me fijo mejor veo que no está bien, siento pena por ella, pues tiembla, me imagino que la escuela la llamo y lo confirmo cuando escucho lo que le dice al niño.Luego del niño decir quién soy, al fin puso sus ojos en mí y pude ver su cara palidecer, por lo que enseguida le expliqué quién era. Igual aún no se lo creía y la entiendo, es difícil de digerir para cualquiera. Pero debía sobreponerse a la sorpresa, aún debíamos hablar de muchas cosas, así que los subí a mi oficina. Donde enseguida pedí que nos trajeran algo de comer, a Lucían le suena el estómago por todo lo que anduvo para buscar a su madre hasta que lo encontré.Me siento con él en el escritorio, no sin antes sacar mi celular para m
LucasMe gusta su forma de pensar y actuar como madre, a pesar de su corta edad, tienen claro cómo quiere que crezca nuestro pequeño.—Tienes razón, disculpa, para la próxima consultaré contigo que hacer antes de actuar. Soy nuevo en esto de ser padre, tendrás que corregirme en muchas cosas.Ella afirmó con una sonrisa, se ve tan linda.—¿Qué planeas hacer ahora?La miro fijo.—Eso depende de ti, si quieres ahora puedes volver a nuestro país, vivirán conmigo en mi apartamento.—¿Eso es obligado?—No… Pero si me gustaría ser una familia o al menos intentarlo, además de mantenerlos seguros.Me miro asombrada mientras apretaba sus labios, sé que entiende de que hablo.—Estoy segura de que tienes una novia si eres Lucas Barracuda, recuerdo haber leído en alguna red social, que la famosa Vivian Bolso dijo que eras su prometido.Demonios, no que no revisa las redes.—Entonces conoces mi nombre, pero no que soy gemelo ni mi rostro.—Reconocí a tu hermano por los ojos realmente y porque Lucían
PaulaCuando supe la verdad sobre el hombre de aquella noche me quedé en blanco, más al saber que es uno de los CEO Barracuda. Si sabía que eran gemelos por las noticias que se filtran sobre su familia, más no tenía claro sus rostros en mi mente. Pero el colmo es que hasta esta altura mi gran amiga Alana, jamás me contó quien era su famoso prometido, solo me decía su nombre y cuan trabajador e inteligente era. Incluso una vez me dijo que mi hijo y su novio tenían los ojos iguales, pero no le di importancia, cuando en realidad debí pensar en que es un color de ojos único.En fin, ahora entiendo que hice mal, sobre todo porque lo único que recordaba claramente de esa noche eran exactamente sus ojos y algo de su voz. La cual ahora reconozco sin equivocación cuando Lucas me habla y no voy a negar que sigue provocando una inquietud en mí. Hasta ahora nadie ha logrado despertar esa cosquilla, esos nervios que él hace surgir cuando lo tengo cerca.Luego de que me beso ese día, me mantengo lej
PaulaLa verdad es que no deseo ni pensar sobre eso otra vez, aunque quiera hacerme la fuerte, ha dejado una marca profunda en mí. Un miedo que a veces logra paralizarme aún me afecta en las noches cuando tengo pesadillas con esos días. Trato de sacudir mis pensamientos cuando la puerta del elevador se abre y escucho gritos desde el apartamento.—¡¿Quién es este mocoso?! ¡Matilde dime que hace aquí este niño horrible!Escucho a mi hijo llorar y decir que lo suelte, lanzo lo que llevo en mis brazos y corro hacia allí. Al entrar veo a una mujer agarrar a mi hijo por su brazo y sacudirlo con fuerza, sin lugar a duda lo perdí. Avance, no veía nada, solo sostuve esa mano, bien duro. Haciéndola quejarse y de paso, la empuje, sacándola del camino. Vi que cayó sobre el otro sofá y tomé a mi hijo que se protegió en mi pecho mientras continuaba llorando.—¿Estás bien Lucían?—Mami… me duele.Miro su brazo y está rojo, está loca, le ha hecho daño.—¡¿Quién eres tú?! ¡¿Cómo te atreves a tratarme d