"Eres mío." Rugió el hombre con una expresión sombría en su rostro. "Mi Omega."Nikolay se acercó a él agresivamente y lo tiró al suelo. Jun trató de luchar, pero su fuerza no se asemejaba a la del Alfa—era solo un niño. Sintió un dolor en su cuello y un grito horrorizado salió de su boca ante el dolor."Por favor... detente."'Junne.'Una voz a lo lejos llamaba su nombre, pero no podía concentrarse en ella. Trató de entender lo que enunciaban pero se escuchaba tan entumecido, como si hubiera un muro impidiendo que llegara el sonido.El ardor en su cuello no cesaba e ignoró el sentimiento tan extraño que experimentaba.Todo a su alrededor estaba cubierto en una neblina luego del cambio de escenario—sus ojos estaban desenfocados, e incluso ahora que se encontraba en su yo del presente, no aquel Jun pequeño y asustadizo—tenía miedo.Todo era tan siniestro, estaba completamente solo frente a la inmensa sombra de la figura a su frente. Solo ojos pálidos resaltaban y lo observaban con obs
Jun se despertó esa mañana con una bienvenida tranquilidad. Estaba de buen humor, ya que no había sido atormentado por una de sus insoportables pesadillas. Miró a su alrededor y el cuarto estaba vacío, lo cual era extraño, ya que una vez recuperó la conciencia, nadie lo dejaba solo. Se paró de la cama, y delicadamente tocó su abdomen, sonriendo suavemente al recordar que los exámenes de seguimiento habían salido bien—pero debía ser muy cuidadoso, puesto que su embarazo era de alto riesgo. Incluso podía sentir la tensión en el aire cada vez que el doctor hablaba de los bebés delante de Brendan y sus familiares, y lo entendía. Se dirigió al baño y se miró al espejo detenidamente—notando lo desarreglado que estaba su largo cabello, y colocó los mechones que estorbaban detrás de sus orejas. Habían pasado dos semanas desde que había sido ingresado en el hospital—todos habían insistido en que debía quedarse más tiempo para asegurarse de que todo estuviera bien. Y más aún debido a que en
Jun se cambió a las ropas que le habían llevado. Eran un cómodo y suave conjunto, el cual claramente había sido escogido por Ambrose. Era totalmente el estilo del Omega y debió admitir que le quedaba bien. La puerta de la habitación se abrió y Ambrose entró al lugar, acompañado de Juliette. Su mamá se veía preocupada pero feliz de verlo, y Jun le sonrió a ambos. "¿Estás listo para irnos?" Preguntó el Omega sarcásticamente con una pícara sonrisa, notando su inquietud. "No puedo esperar." Dijo al reírse y luego miró a su mamá. "¿Iras con nosotros?" Juliette asintió. "Me quedaré por un rato. Si te parece bien." Asintió genuinamente, ya que le gustó escucharlo. Además, quería estar un momento a solas con su mamá, ya que tenía tantas preguntas. Los siguió a ambos fuera de la habitación. Las miradas curiosas de los enfermeros y doctores se dirigían hacia ellos, lo cual lo hizo sentir un tanto incómodo. "¿Por qué nos miran así?" Murmuró. Su mamá y Ambrose siguieron su mirada y obser
Brendan observó detenidamente a su Omega mientras dormía. Las marcas de las lágrimas decoraban su rostro como un recuerdo de lo mucho que había llorado hace apenas unas horas. No entendía por qué siempre surgía un nuevo problema al dar la espalda cuando se trataba de Los Fiore. Le parecía simplemente molesto. Acarició su mejilla suavemente y vio cómo Jun se acercaba al tacto, acurrucándose adorablemente a su lado. El Alfa chasqueó su lengua. "Me volverás loco." Comentó y besó su frente suavemente. Se paró de la cama lentamente para así no despertarlo, y luego de arroparlo, salió de la habitación. No se sorprendió en absoluto al ver a Ambrose reclinado contra la pared. "Lo siento." Expresó el Omega viéndose preocupado, y lo acompañó a medida que el Alfa avanzaba. "Solo salí por un momento, no sé de qué hablaron pero Juliette también estaba muy triste." "¿La enviaste a su casa?" "No. Decidí llevarla a la habitación de invitados, para que se retire cuando se sienta mejor." "Já." B
Jun observó la mesa con gran anticipación. Cruzó miradas con Juliette, quien se notaba nerviosa y trató de brindarle el apoyo que necesitaba por medio de un confortable gesto, para que pudiera expresarse. "Estaremos bien." Le aseguró en un dulce tono. Brendan sentado a su lado, apretó su muslo con firmeza, llamando su atención y haciendo que liberara un poco su inquietud. Por lo que asintió ligeramente, haciéndole entender al Alfa que estaba preparado para lo que venía. Su mamá aclaró su garganta y miró a Jonathan con ojos cálidos, no obstante el gesto no fue recíproco, se preguntó si había sucedido algo entre ellos al notar el cambio—Jonathan se veía un tanto apático. Posteriormente, Jun se enfocó en Ernesto, quien se veía impetuoso—era una expresión muy usual en el Alfa. Sin embargo, en ese momento parecía estar bastante hastiado, como si ya supiera que las palabras que serían enunciadas por Juliette eran una tontería—y esa actitud le molestó. Detestaba como descartaba las opin
"Eso fue... una catástrofe." Expresó Ambrose rompiendo el silencio. Jonathan aclaró su garganta. "¿Sabes que no se quedará quieto, cierto?" Dijo en un frío tono de voz y miró a Brendan con ojos tenaces. "Me encargaré de que ese bastardo no sea una molestia." Ambos se miraron fijamente por varios segundos—como si cada uno entendiera el trasfondo de sus palabras. Luego Jonathan desvió su mirada, y arregló su chaqueta tranquilamente. "... Sí, supongo que es lo mejor." Murmuró para sí mismo. Juliette miró a su hijo mayor, quien tenía su atención plasmada en algún punto fuera del ventanal—completamente absorto. La mujer se acercó y extendió lentamente su mano. "Jona, sé que estás sorprendido, pero—" "Necesito estar solo." Su hermano esquivó su toque y salió del salón rápidamente, cerrando la puerta con un fuerte estruendo. El rechazo hizo que su mamá colapsara y Ambrose se acercó rápidamente a asistirla. "Está bien," Trató de calmarla. "Lo entenderá algún día." Su mamá negó con la
Jun se levantó con pesadez esa mañana, y miró a su lado viendo la cama vacía. Se sentía extraño, inquieto por alguna razón. Suspiró al pensar en Brendan, una emergencia laboral había evitado que estuviera en casa y tenía dos noches sin llegar a su cama. Al menos, cuando estaba despierto. Su hermano se encontraba aún en la residencia, pero no iba a su trabajo y se preguntó qué sucedía, ya que podía sentir la tensión que albergaba. Aunque después del problema legal en el que se encontraba FarmaFiore, era un poco lógico que se hayan detenido las operaciones por un tiempo. Se sentó al borde de la cama y acarició su estómago con calidez—una leve preocupación se adueñó de su expresión. A pesar de que estaba a punto de cumplir siete meses de embarazo, los bebés no se habían movido. Los exámenes de Alessio habían salido bien, por lo que sabía que no debía preocuparse, sin embargo, no entendía a qué se debía. Al principio, tenía miedo de preguntar y que fuera algo malo, pero debía hacerlo si
Jun se despertó completamente agotado—Brendan lo tenía aprisionado contra su pecho, y no tenía forma de moverse. Aunque tampoco tenía ganas de hacerlo. Sonrió al recordar lo increíble que había sido el sexo la noche anterior. Había algo diferente, y le había encantado. Acarició la espalda de su Alfa suavemente, mientras escuchaba su corazón latir tranquilamente. Jun lo amaba—no había duda de ello. Se acurrucó contra su pecho y suspiró. Inhalando su rico olor. "Buenos días," murmuró el Alfa. "Te levantaste animado hoy." Comentó burlonamente y solo así Jun se percató de que estaba erecto. "Oh." Brendan se inclinó y lo miró fijamente. Tomó su mano y la llevó a su entrepierna, mostrándole que ambos se encontraban en la misma condición. "Siempre sabes cómo agitarme." Murmuró en una voz seductora, y lo besó ardientemente. Esa mañana continuaron una sesión que se alargó por unas horas, haciendo que ambos llegaran tarde al desayuno. *** "Este es mi favorito, tío Ambrose." Jun obse