BrittanySus manos se mueven lentamente bajo mi ropa, mi cuerpo se siente incapaz de resistirse o soportar el calor que arde insistente bajo mi carne.Los dientes de Brook rizan despacio mi garganta, su lengua saborea mi hombro antes de que el sonido del rasgado de la tela llene este lugar donde nos encontramos. Una mezcla de incredulidad y duda se mueve entre mis pensamientos, mis ojos bajan a la ahora destrozada blusa que llevaba y sé que debo detenerlo.Entiendo que esto no está bien, pero él no responde, su piel caliente me confirma que está perdido en su deseo y que puedo decir, mi feminidad está tan necesitada que creo que podría morir si no me toca. Brook gruñe alguna cosa antes de alejar mis manos de mi pecho, sus garras arrancan de un solo tirón, mi sostén.Siento la vergüenza acalorar aún más mi sangre. La última vez que me vio era joven, no había dado de comer a dos niñas y debo admitir que no me siento precisamente segura de mí misma ahora. Él parece no darse cuenta de mis
Brook Mi cuerpo se siente caliente, mi piel hormiguea como síntoma de la fiebre y siento mi oído latir a causa de las pulsaciones. No es mi época de celo, no debería estar tan perdido en mis propios instintos, pero sobre todo no debí ser tan estúpido como para venir aquí. Mis ojos se mueven hacia el lado vacío junto a mí, las imágenes claras, calientes y consistentes de Brittany gimiendo bajo mi cuerpo solo empeoran. Sujeto el cojín del que todavía se desprende su suave aroma para llevarlo a mi nariz. Mi piel se enciende aún más, mi deseo de ir tras ella y llevarla una vez más a mi cama también hace que mis dientes se extiendan. Quiero gritar, quiero gruñir y clavar mis dientes en su suave piel otra vez. Huelo con fuerza el cojín, camino con furia hasta las escaleras y salgo de la m*****a habitación donde ni siquiera debería haber estado hasta ahora después de echar dicho objeto a un lado. Agradezco que ella se fuera, estoy feliz de no tener que gritarle todas esas cosas horribles q
Brittany —Venga, no puedes quedarte ahí todo el día.Alzo mis ojos hacia el hombre que ha entrado a esta habitación donde he pasado las últimas horas, mi cuerpo está pasando por un extraño sentimiento, Cristofer coloca su mano sobre mi frente antes de colocarla sobre la suya y suspira antes de mostrarme un bote de píldoras. Nunca me he sentido de esta manera. —¿Quieres hablar conmigo?Repite como lleva haciendo desde ayer, me obligo a sentarme en la cama a pesar del dolor latente que mantiene mis músculos débiles. Pienso en mis hijas y me digo a mí misma que debería ser más fuerte, probablemente las esté asustando con esta actitud, pero me siento tan infeliz que ni siquiera puedo hablar con claridad.Mi cuerpo, mis sentimientos y el dolor de saber lo que es estar una vez más en los brazos del único hombre que deseo es abrumador. La marcha de sus dientes que sigue escociendo en el interior de mi muslo es aún peor y solo saber que desaparecerá en unas semanas me hace llorar como una i
Brook Me levanto con la cabeza aún palpitándome por este extraño y repentino ciclo de calor. Trago intentando aliviar la resequedad en mi garganta, pero ni siquiera soy capaz de aliviar eso. Mis piernas se sienten pesadas cuando bajo de la cama, el bote de pastillas sobre la mesa de noche está ahora casi vacío y siento que mi cabeza va a estallar cuando el toque en la puerta de la habitación llega hasta ellos. Mis dientes tampoco se han retraído, al igual que las garras que siguen extendidas en mis manos. Gruño mirando en esa dirección, pero quien sea que este del otro lado no piensa irse, así que hago todo lo que puedo para mantener mi temperamento estable mientras camino hasta ella. —¡Quién es! La voz estridente de mi madre me hace cubrir mis oídos, soy empujado una vez más sobre la cama y mientras me cubro mi madre se sienta a mi lado y toma mi rostro entre sus manos, muestro mis dientes mientras la rabia sigue alcanzando niveles incalculables. —Como demonios te encontraste con
BrittanySalgo de casa de Cristofer sintiéndome un poco más fuerte, el calor de mi cuerpo ha desaparecido tan fugaz como llegó y supongo que es algún efecto secundario de ese pequeño gen lobuno en mi sangre. Ayudo a mis hijas a subir al coche que Cristofer buscó por mí en el taller.—¿Me vas a decir si algo sucede , de verdad?Asiento, le doy un pequeño abrazo a mi nuevo amigo y me subo a mi coche. Después de unas cuantas respiraciones profundas prendo el motor del auto y me dirijo directamente hacia mi casa. Pensé durante toda la noche en lo que iba a hacer a partir de ahora. Trataré de evitar a Brook, intentaré con todas mis fuerzas ignorarlo y si en algún momento tenemos que hablar una vez más seré firme porque necesito mantener bien a mis hijas.Miro por el retrovisor a esas pequeñas que son lo único que realmente me importan, peino mi cabello hacia atrás dándome fuerzas mentalmente y atravieso la ciudad con toda la lentitud que el auto me lo permite. El camino de la colina hasta
BrookMiro los papeles que ni siquiera me interesan realmente. Lo último que me interesa ahora son los gastos en madera y electricidad. Brittany no regreso a casa, dos malditos días han pasado ya y me obligué a mí mismo a venir aquí solo porque pensé que me volvería loco en casa.Mi madre llamó, mi padre me grito porque mi madre le contó todo lo que probablemente la madre de Ivette le chismorreó, pero es lo último que me importa. Mi verdadera preocupación ahora es Brittany, nadie más que ella.Golpeo la mesa mientras la rabia vuelve a nublar mis pensamientos, mi móvil suena una vez más y quiero golpear a cualquier persona que se atreva a molestarme. Tomo la llamada rezando para que no sea una estupidez.—Oficina del alfa — cierro los ojos ante lo molesto que me resulta esto ahora mismo — soy el alfa.—Señor — la voz del portero suena algo extraña — tengo dos niñas aquí en medio de la puerta, están sangrando y me amenazaron con morderme si me acerco.—¿Dos niñas?Frunzo el ceño, rasco
Brittany—Zorra, nunca debiste haber nacido — grita Ivette mientras me golpea — mi padre nunca va a quererte—dice—no te quiso ni tu madre, tonta.Sus amigas se burlan de mí, ella me tira del cabello haciendo que mi cuello duela y ni siquiera lo piensa antes de usar sus uñas para rasgar mi piel.Duele, duele tanto que estoy a punto de perder la conciencia, un aullido se filtra entre los árboles, mi cuerpo deja de ser retenido y caigo de rodillas mientras mi hermana maldice corriendo lejos de mí. La oscuridad me abarca por completo en ese preciso momento.Abro mis ojos y estoy en mi antiguo departamento, el dolor incesante de las contracciones me hace caer sobre el suelo mientras me deshago de los pantalones y las bragas en medio de la solitaria sala de estar.Las lágrimas que se acumulan en mis ojos me hacen desear por primera vez en mucho tiempo no haber nacido, quizás si nunca hubiese existido no estaría sola, en medio de un miserable departamento dando a luz sola. Teniendo las bebés
Brook Entro en casa de mis padres con brusquedad, conduzco hasta la casa de mis padres, miro las pequeñas niñas que duermen en el asiento trasero de mi auto y me siento incapaz de dejarlas ahí por mucho tiempo. No han dejado de llorar, ayer en la noche tuve que obligarlas a comer porque solo querían ver a su madre, pero ese estúpido de Cristofer no me dijo donde estaban así que tuve que encargarle a alguien más buscarla. Salgo del auto para terminar con esto lo más pronto, mi madre ha sobrepasado todos los límites, así que estoy definitivamente dispuesto a aclararles de una vez y por todas cuál es su maldito lugar. Como se atreve a herir a Brittany. De qué manera, alguien puede ser tan cruel como para ordenar no brindarle servicio médico a otra persona. Cierro mis ojos ante el pensamiento de lo que hubiese pasado si en lugar de Hayley ella hubiese necesitado ayuda con sus hijas, hago mis manos un puño antes de subir al porche de mis padres. No me molesto en llamar pateo la fuerza co