Caminamos hacia la sala de juntas, Olivia iba de la mano de Valentín, Ramsés y Ricardo caminaban adelante y yo con Jelena íbamos más atrás. Olivia evitaba mi mirada y Jelena estaba pegada a mí como una chiquilla, apenas habían pasado un par de días desde lo de las ejecuciones que presenció. No habló más de aquello y se veía más como ella cada día.
Nos recibieron en la sala de juntas y tomamos asientos. Jelena se veía sorprendida con todo lo que veía, a cada rato me contaba las películas que había visto a medida que las veia colocadas en afiches a la pared.
—Por dios, haz una búsqueda en internet, hallarás todas las películas, de las que eres dueña por cierto —le dije pero ella no entendía nada.
—Comencemos —dijo Nathaniel.
—Bien, lo primero es el estatus del control d
Un mes después…—Eres un estúpido Ramsés. Te dije que así no —reía con él sobre el agua.Gaviota nos veía desde la arena, mi tío leía un libro tumbado sobre una silla frente al mar y Buzo estaba en su elemento surfeando las olas. Ramsés también ama el surf, así que naturalmente nos fuimos haciendo más cercanos, tanto que descubrí que le gustaba Olinda. Cualquiera en la casa se pudo haber dado cuenta, parecía un tonto cerca de ella y ella muy tímida, no quise explicarle a él todas las cosas horribles por las que ella pasó, solo le animé a que tuviera paciencia.Ya en la arena, seco mi cuerpo y Gaviota se me acercó con un teléfono.—Dicen que es para tí de parte de Eitor —dijo con seriedad.Lo tomo expectante, hablábamos cada dos días. Hacía cuatro
Aterrizamos casi en la madrugada, se acercó a mí cuando bajamos, me tomó por la cintura y contuve mi respiración, tomó las tiras sueltas de mi kimono y me las apretó con fuerza mientras me sostenía la mirada. Terminé más cubierta, la brisa era fría y mis labios temblaban, me abrazó y pasó su mano por mi espalda, pretendía darme algo de calor, me encendió totalmente. No podía sentir frío con él cerca de mí. No subimos a unos autos, la calefacción hacia lo suyo y me sentí más en ambiente pero entonces él me soltó.—¿A dónde vamos? —pregunté.—Serás de nuevo mi invitada. Tengo una propiedad aquí.Llegamos a una urbanización cerrada con casas gigantes y rejas altas por todos lados. El auto estacionó frente a una propiedad enorme, salió
Jelena me sonreía tontamente, imagino que yo también le sonreía igual, pase mis manos por sus mejillas, no soportaba verla llorando, así que verla así me gustaba mucho. Me acerqué de nuevo y la besé en la frente.—¿Qué piensas? —preguntó curiosa como siempre.—En que eres muy hermosa —dije y sonreí.—¿Sabrás dónde está Gael? ¿Lo conoces? —preguntóMe reí y me incorporé en la cama para quedar de costado y mirarla mejor.—No sé dónde está, si lo ves primero dile que es un maldito gran imbécil.—No le diré eso—¿No?—No—¿Por qué?Se incorporó en la cama y me hizo tenderme, se subió a mí a horcajadas, se acomodó el cabello en una cola alta
Me desperté en los brazos de Gael, lo sentía abrazado a mi cintura, respirando casi sobre mi cuello con su cuerpo muy pegado al mío, sonreí sin voltear, sentía el pecho hinchado, suspire y cerré los ojos, fue más de lo que esperaba, más de lo que hubiese imaginado, fue sorprendente para mí como pasamos la noche, las cosas que hicimos, como me trató, lo que sentimos y cómo conectamos.Ya había tenido buen sexo con Eitor, pero esto no se comparaba a nada que hubiese vivido con nadie, sentí que todo lo demás había sido vacuo, sin significado, sentí que no queria estar con nadie más nunca, con Gael conecté a todo nivel, de pronto recordé quien era él y mi sonrisa se desdibujo. No quise pensar en nada, me giré sin librarme completamente de sus brazos y lo mire dormir, su expresión era tranquila, se veía muy sexy durmiendo,
Salí de la ducha del baño del hotel y cuando miré hacia los sofás principales de la habitación vi sentado a Gael y a Mika. Negué con la cabeza y sonreí en dirección a ellos. —¿Me dan oportunidad de vestirme o quieren ver a mi muchacho? —reí señalando mi entrepierna. —Vístete cerdo infeliz —espetó Mika con amargura. —Ves Gael, debes dejar de hacer estas cosas, aparecerte en todos lados, no voy a creer que confías en mí —dije en tono de víctima. Sabía que estaba allí porque fui un jodido dios de la negociación y la manipulación conseguí algo que ellos no habían logrado ni con balas, yo solo use mi encanto y mi labia y uno que otro secreto. El gobierno interino de un aliado turco me confió información confidencial de programas tecnológicos, abandonados por gobiernos aliados y ofrecidos a países del tercer mundo como opciones diseñadas a su medida, uno de esos países era del interés de Gael, y obtuve la confirmación de compras y el paquete completo.
Bajé corriendo hacia dónde estaba Gael, Eitor estaba furiosos como no lo había visto nunca, temí, de pronto quería sexo y sentí por un momento que sabía sobre Gael y yo, sacudí esos pensamientos ¿Cómo iba a saber? Me pregunté. Su comportamiento no era extraño, lo extraño fue mi reacción y él debió notarla. Después de todo no somos nada, él siempre me lo recuerda y me trata de tonta fastidiosa. —¡Gael! —lo llame cuando lo vi sentado en el recibidor. —¿Qué paso? —preguntó tranquilo como siempre. —Eitor, creo que sospecha. Él suspiró hondo y miró en otra dirección. —¿De qué hablas? No pasó nada Jelena, olvida todo, no compliques las cosas —dijo y se dio media vuelta.
Esperaba poder tomar el control de todo, cierto, pero además debía tomar en cuenta a Jelena, no me había querido acercar lo suficiente, porque me dolía la relación que tuvo con mi padre, no estaba muy dispuesta a compartir nada con ella, sin importar que hubiese dispuesto mi padre.La vi llegar destruida y cabizbaja, ya no era la misma chica altiva y suspicaz que conocí en aquella playa, a veces lucia sombría, triste. No pude pensar más que, Eitor tenía mala mano, o tal vez había algo más, estaba más delgada, demacrada, era más descuidada en su forma de vestir, menos coqueta, su personalidad tampoco era la misma, no hacia comentarios mordaces, antes parecía odiar a Eitor, de pronto parecía su mascota. Él era muy manipulador, nunca creí que ella cayera con sus encantos, era lo que que
Ya habían pasado dos semanas desde que vi a Eitor y a Gael por última vez, me escribió un mensaje de texto explicándome que volvería ese día, tampoco habíamos hablado más. Él estaba molesto, yo estaba molesta. Pero arreglé con Nathaniel todo para la boda, y Valentín me estuvo explicando las operaciones de la productora y de otras compañías del grupo, comencé a ir tres veces por semana a Atelia Core, una pequeña compañía que hacia efectos especiales, allí trabajaba gente muy de onda que hacia cosas increíbles en las computadoras, como maremotos falsos, deslaves, erupciones volcánicas, viajes al espacio, imágenes hermosas, un sinfín de cosas, yo ayudaba a la gente de administración o ventas. No hacía nada relevante, solo iba para que supieran quien era yo, así me decía Valentín.Todos e