― ¡Jódete Ryan! Ya te dije que no lo haré otra vez ―la voz que sale de mí, no es mía, al menos eso me parece. Es femenina, de eso estoy segura, pero es algo grave. Ni siquiera sé por qué he contestado, no sé de qué habla este ser que parece haberme poseído.; no sé qué es eso que no haré otra vez, o lo que no hará otra vez.
Con movimientos involuntarios de mi cuerpo, abro la ventanilla del auto y arrojo el teléfono. Cruzo los brazos y me pellizco, con fuerza, siento una frustración que no es mía. Por un par de minutos no soy yo.
Patrick me mira horrorizado y en este momento, mis sentimientos por él, no son los de siempre; a una parte de mí le causa repulsión verlo tan cerca, pero no soy yo quien se siente así, yo quiero abrazarlo y olvidarme del mundo. No puedo hacerlo, no tengo control sobre mí, soy como una nube
Salgo de mi departamento y al dar un par de pasos hacia las escaleras recuerdo que se me ha pasado por alto un pequeño detalle. No tengo auto. No tengo idea de dónde está mi auto. Camino de regreso a mi departamento. Lo último que recuerdo es haber estado en el departamento de Patrick, llegué ahí en mi auto nuevo. No tengo idea de cómo llegué casa de Ryan , solo sé que volví en el auto de Patrick . ¡Joder! “tomaré un taxi” pienso antes de poner la mano en la manilla de la puerta, me doy media vuelta y avanzo hacia las escaleras, me detengo frente a una puerta. No he querido detenerme, mi cuerpo se ha plantado ahí sin mi consentimiento.―Creemos que un auto prestado sería mejor que un taxi ―dice Anya. He sabido que es ella, su voz, es diferente a la de Dante y a la de Sofi; tiene una calma y despreocupación impregnada en cada una de sus palabras. Comp
Camino por la vereda que da hacia una casa descuidada. No recuerdo haber estado aquí antes. Todos los recuerdos de Ryan que han venido a mi mente hasta ahora, ocurrieron en mi casa, donde se supone que debía estar segura.Me detengo frente a la casa sin saber qué hacer. Golpeo a la puerta y no sale nadie. Golpeo una vez más y en un par de minutos sale Ryan. Me observa con cara de satisfacción.―Creí que ya no vendrías más ¿Estás sola? ―recorre el panorama con su mirada y se detiene en el auto―Es mi auto, es nuevo ―le digo. Y con un ademán me indica que entre ―Cambié de opinión ―le digo estando dentro de la casa, fuerzo la voz para que se escuche grave, cómo la de Sofi.La idea principal era que Sofi se acercara a Ryan. Mi forma de actuar tal vez no se parezca a la de ella y eso podría causar suspicacia en Ryan. Pero Sofi está aterra
Escucho pasos ingresando a la casa al trote. Abro los ojos y veo a cinco uniformados entrar. Apuntan sus armas hacia Olivia por un par de segundos. Ella todavía apunta el arma hacia el cadáver de Ryan, pero en cuanto nota la presencia de los oficiales, se asusta, tira el arma y se sienta en el piso. Llora con desespero.Una mujer del grupo de policías enfunda su arma y se acerca Olivia, se pone a su nivel arrodillándose frente a ella―Tranquila nena, todo estará bien ―le susurra y la abraza. Otro ofivial se acerca al arma tirada en el piso y la patea lejos de Olivia.Dos personas alejan a Patrick de mí y me revisan. Miro el cadáver de Ryan, no puedo dejar de verlo, hasta que apuntan a mis ojos una pequeña linterna.Ryan ha muerto y pensar en ello hace que me recorra un aire de satisfacción. No solo me alegra que Ryan esté muerto, también siento alivio por no hab
―Llévame a mi departamento por favor ―le digo a Patrick mientras me pongo el cinturón de seguridad. Él me mira confundido ―quiero estar sola, por favor― le lanzo una mirada un poco borde.No sé por qué me siento de esta forma. Solo quiero llegar a casa, dormir un poco y olvidarme de las personas por un buen rato.*******Estoy en mi departamento, sola, tal como quería. Pero estar sola no me ha hecho sentir mejor, al contrario. No puedo dormir, cambio de canal cada dos minutos y me muerdo las uñas sin parar. Me fulmino a mí misma con preguntas como ¿Por qué el arma que guardaba en mi departamento es de Johnny? ¿Se la he pedido yo? ¿Él me ha sugerido tenerla? Y si es así ¿con qué intención?―No ha hecho nada malo ―dice Dante mientras yo me planteo todas estas incógnitas―¿Quién?
Regreso los álbumes a su lugar y cierro la casa. Harley permanece aún sentado en las escaleras que dan del porche hacia la salida.―Vamos ―le digo con autoridad y el se levanta enseguida.Harley ha estacionado su auto justo enfrente de mi casa. Espero a que el suba para que abra el seguro y subo en el asiento de adelante. He guardado la foto de Johnny en mi bolsillo.―Y ¿a dónde vamos?―A casa de Johnny―¿y eso dónde es?―tú conduce, yo te guío.Harley se limita aconducir sin hacer más preguntas. Por lo menos le advertí que me comportaría de forma extraña. En mi cabeza se gesta una discusión entre Sofía y Dante―¿Sabías de esto? ―le pregunta Sofía a Dante.―¿Cómo iba a saberlo? Esto es tan extraño para mí como para ti. Pensé que Johnny nos cuidaba
―Hola Mérida ―el doctor Black me saluda en cuanto entro en la habitación ―¿cómo han estado?― Hemos estado mejor ―le contesto―¿Alguno quiere hablar hoy?―Anya. Anya siempre quiere hablarle, pero ya sabe cómo se pone―Pues escuchemos a Anya.La sesión con el doctor Blake transcurre con normalidad, he podido desahogarme respecto a la ansiedad que me ha causado el viaje que haré hoy. Anya se ha quejado de que no ha tenido sexo en mucho tiempo, habló de Harley otra vez y de cómo lo rechacé cuando se me declaró.―Quise que fuera solo sexo, pero siento que no puedo estar sin ti, Mérida. Dame una oportunidad, que tengas un hijo con Patrick no quiere decir que tengas que estar con él ―fueron las palabras de Harley. Pero yo fui tajante―Lo siento Harley, amo a Patrick y no sé si pueda amar a alguien más de esa fo
CAPITULO 1 Miro hacia todos lados inspeccionando la calle; no hay nadie. Escucho el bullicio a un par cuadras. Las luces tenues de los faroles iluminan pobremente la noche. Me lleno de valor, tomo aire de un bocado y empiezo a caminar. El golpeteo de mis tacones contra el concreto mojado por la lluvia retumba en mis oídos, pero de un momento a otro mis pasos no son los únicos que escucho; alguien camina detrás de mí, temo mirar. Me apresuro con sutileza. Froto mis manos una contra otra durante un par de segundos y las meto en los bolsillos del abrigo, están heladas y sudorosas, mis piernas se reblandecen, se me dificulta respirar y mi estómago parece querer escaparse por mi boca. Un redoble de tambores me explota en las sie
Me despierto como loca pensando en lo tarde que debía ser. ¡Joder, joder, Joder! son las nueve, ni siquiera escuché la alarma. No, no, no. No puede ser, me quito el vestido de lentejuelas, busco la ropa más decente que puedo encontrar y me visto, el olor a café invade la alcoba. ¿por qué huele a café? Salgo de la habitación mientras me peino con los dedos, entro a la cocina y ahí está Patrick, tomando café mientras prepara panqueques ―¿Y tú que haces aquí? ¿nos acostamos? ―Bueno creo que eso era lo que querías, pero soy un poco tradicional, ya sabes, primero tienes que invitarme a salir y tratarme bonito ―dice con una sonrisa burlona irritante mientras pone la mezcla de los panqueques en la sartén ―¡Que gracioso! que yo