Gracias por leer!! Si me pueden dejar un comentario, se los agradecería. Quisiera saber qué tal les está pareciendo la historia hasta el momento.
La furia que sentía no era normal. Sus ojos ardían como dos lavas de fuego y sentía enormes ganas de destruir todo lo que encontraba a su paso. Incluida a su nueva secretaria, la cual no dejaba de mirarlo con ojos llenos de miedo. —Buenos días, señor—murmuró la chica encogiéndose en su pequeño recuadro. Massimo no respondió al saludo, y no porque fuese una persona descortés, sino porque se sentía demasiado frustrado. Victoria había logrado poner su mundo de cabeza y, no de buena manera, porque aquello no lo causaba su belleza, sino algo indeseado. «¿Lo habría estado planeando todo este tiempo?» Por momentos se preguntaba si lo había hecho a propósito. Y, tendría sentido aquello, una simple secretaria como lo era Victoria, a lo mejor había querido escalar involucrándose con su jefe. Él no se preocupó por eso, porque era imposible que lo lograra o, al menos, de eso estaba convencido hasta unos días atrás, cuando aquel imbécil doctor le llevó la contraria. Seguía pensando que todo
Una temblorosa Victoria llegó a una modesta posada con apariencia abandonada. La joven mujer detalló los precios de alquiler y decidió que, con el poco dinero que poseía, aquello era lo mejor que podía costearse.—Por favor, quisiera una habitación—solicitó.—¿Por cuánto tiempo?—fue la pregunta de la encargada.—Un mes—respondió titubeante.La chica la miro como si no entendiera lo que acababa de decir.—¿Un mes?—repitió escéptica.—Sí.—Señorita, si lo que buscaba es un alquiler fijo le puedo recomendar una casa cerca de aquí que está a un buen precio.Victoria sonrió, encantada. Eso era mucho más de lo que esperaba.—Por favor.Con la indicación de aquella mujer, la castaña se dirigió al sitio estipulado. La fulana casa, quedaba en un lugar bastante apartado, había muchos ojos fijos en ella a medida que caminaba y se adentraba a aquel extraño lugar. Justo como le indicaron, la vivienda estaba en alquiler y la dueña estuvo encantada de otorgarle el arrendamiento de manera instantánea
Victoria finalmente despertó de lo que pareció ser un largo sueño. La mujer desubicada intentó levantarse de la camilla donde se encontraba acostada, su mente por esos instantes no logra recordar nada hasta que la imagen de Massimo regresó repentinamente a su mente.Un grito ahogado surgió de su garganta al ser consciente de ese hecho. Victoria examinó su cuerpo con desesperación en busca de alguna señal de que ese hombre se hubiese atrevido hacer lo que estaba temiendo. Afortunadamente, su cuerpo estaba intacto y no había ninguna señal de que le hubiesen hecho algo. Aunque, sin su consentimiento Massimo osó realizarle una prueba de paternidad. Con un poquito de su sangre y gracias a los avances de la tecnología era posible confirmar si el bebé que esperaba era suyo.El examen tuvo un costo elevado y sirvió para validar la palabra de la mujer. Massimo comprendió que Victoria nunca estuvo mintiendo y que, desafortunadamente, se había comportado muy mal con ella. Por un momento, el arr
Victoria había enviado su currículum a distintas direcciones electrónicas. Las vacantes laborales consistían en trabajos domésticos e incluso ser niñera. Ninguna de aquellas opciones parecía agradarle, pero en ese punto estaba dispuesta a trabajar en lo que sea. Aprovechando que tenía aquel computador a la mano, decidió entrar en su cuenta de f******k. Se sorprendió al encontrar un gran número de mensajes provenientes de su amiga Samantha. "¿Dónde estás metida?" "¡¿Acaso te ha tragado la tierra?!" "No es divertido, Victoria. Aparece de una buena vez, todos estamos muy preocupados por ti" Luego de leer todo aquello, Victoria se preguntó cómo le explicaría a su amiga que había terminado aceptando vivir en el departamento de Massimo. La mujer tomó un hondo suspiró y comenzó a teclear su respuesta: "Lo siento… traté de evitar lo que estoy ahora viviendo, pero me resultó imposible. Han ocurrido varias cosas, Sammy, estoy en un departamento que Massimo compró para mí. ¡Si, lo s
Luego de aquella noche, Victoria no volvió a ver a Massimo y estaba bastante feliz por eso. Estaba convencida de que mientras menos mirara a aquel ser despreciable, mejor le iría en su embarazo. Había comenzado su nuevo trabajo en las instalaciones de Textiles Shurpie, como secretaria del área de marketing. Su jefe, Jouseed Nurman, era un Italiano bastante exigente. Su acento y tono de voz a veces provocaban fuertes jaquecas en la mujer, quien llegaba a casa soñando con aquellas órdenes. El hombre estaba convencido de que la habían seleccionado para el puesto por el único motivo de ser amiga de la hija de los dueños, así que se la pasaba negando sus habilidades. Victoria se sentía en un constante estrés, pero evitaba quejarse con su amiga para no darle la razón a aquel sujeto. —¡Es increíble que no sepas hacer una simple investigación de mercado! ¡Esto está mal!—zarandeó Jouseed las hojas en su mano—. Realmente no eres más que una incompetente. ¡Retiraré de mi oficina inmediatamen
Victoria despertó en la madrugada, encontrándose nuevamente en aquella pesadilla. No, ella no quería soñar con que había perdido a su bebé. Pero la realidad era que aquello no era un sueño, sino un hecho innegable. Los ojos de la mujer se llenaron de lágrimas cuando acarició su vientre, hallándolo más plano que la última vez. Su bebé ya no estaba y eso le dolía profundamente en el alma. —¡No, mi chiquito, por favor no me dejes!—sollozo contra la almohada. Massimo escuchó su lamento desde un rincón de la habitación, la penumbra le imposibilitaba a Victoria notar su presencia. Él, de igual forma, estaba sufriendo.Se acercó hasta la cama con paso silencioso para acariciar sus cabellos y susurrarle algunas palabras de consuelo. Pero la mujer, en cuanto sintió su mano encima de su cabeza, lo apartó de un manotazo. —Usted—gruñó entre dientes con sus ojos rojos, producto de las lágrimas—. ¿Qué hace aquí? —No pensarías que te dejaría sola luego de que…—¡Lárguese! Tener que verlo es lo
—Pensé que no aceptarías tomarte un café conmigo—sé sincero el hombre frente a ella. —¿Por qué no habría de hacerlo, señor Acuña? Usted siempre se portó muy bien conmigo. —Por favor, nada de señor. Ahora soy simplemente Gerónimo, solo eso. Victoria sonrió. —Está bien. Es un placer verte, Gerónimo—las mejillas de la mujer se colorearon tras decir eso. El hombre quedó encantado con esa reacción tan espontánea. —Me alegra poder verte mejor. Según supe, la pasaste bastante mal en estos meses. El buen humor de la castaña desapareció tras rememorar todo aquello. —Disculpa, Victoria. No quise hacerte recordar el pasado, pero realmente no puedo concebir todo lo que Massimo te hizo. Es mi socio, sí, pero eso no quiere decir que apoye sus malas acciones y mucho menos si son para contigo. —No tienes que disculparte por él—la mujer adoptó una pose defensiva—. Realmente, no creo que pueda perdonarlo nunca. Gerónimo notó que ella estaba malinterpretando sus palabras y quiso corregirse: —
Victoria acababa de terminar de retocar su maquillaje. Usaba un vestido rojo entallado al cuerpo, el cual su amiga Samantha le había prestado para usar en esa noche. "Últimamente, ha visitado mucho el club Sens. Si vas a eso de las diez, es muy probable que lo consigas" Luego de recordar aquellas palabras de Gerónimo, la mujer miró su reloj y comprobó que faltaba media hora para las diez. Tomó su pequeña cartera de mano y salió de la habitación. —¿A dónde vas, Victoria?—la interrogó su abuela, apenas la vio. —Saldré con Samantha, abuela. Regreso en unas horas—mintió. Herminia no se mostró muy convencida con su respuesta, pero no dijo nada. Al salir de la casa de su abuelita, el auto de su amiga la esperaba en la entrada. Samantha en cuanto se enteró de aquel plan alocado de Gerónimo, no tardó en apoyarla. "Tienes que hacer que sufra, Victoria" fueron sus palabras. —¿Estás lista?—preguntó la morena, cuando cerró la puerta del auto. Victoria asintió. Lo estaba. [...]El club Se