Era una mañana como cualquier otra. Rosalin se encontraba parada en la estación de tren con su maleta de rueditas tratando de luchar contra el viento que se empeñaba en desmarañar su cabello castaño, largo. Su normalmente piel pálida estaba sonrosada por la brisa fría y sus ojos grises y brillantes, miraban de un lado a otro esperando que en cualquier momento apareciera la persona que estaba esperando.
Decidió sentarse en una banca y observar a un perro que se lamía las patas no muy lejos de donde ella estaba. Una pareja llegó abrazada y se llenaban de mimos y besos. Rosalin Vonsaken decidió mirar hacia otro lado. No tenía nada en contra de la pareja, pero como sólo tuvo un novio en toda su vida y fue en el último año del instituto y el cual le dejó un amargo recuerdo. Lo encontró un día en la parte de atrás de la cancha en un intrincado beso que hablaba más que mil palabras con su hermana gemela Evelin. Eso, arruinó tal vez para siempre lo que pensaba del amor y por supuesto, estaba su hermana a quien aprendió a conocer muy bien desde ese día y era justamente la persona que estaba esperando.Como si la hubiese invocado, la vio caminar hacia ella con un top y mini falda negros con botas negras hasta las rodillas. Su cabello lucía más oscuro y largo que el de ella, pues ambas eran pelirrojas. Llevaba sus labios rojos como siempre y su sensual mirada que ofrecía el cielo o el infierno a cualquier hombre. Traía una maleta rodando a su lado.-¿No pudiste ponerte una ropa mejor? – Fue el saludo de Evelin –-Es lo mejor que tengo. No puedo malgastar mi dinero en ropa, pues como te dije tengo muchas deudas que saldar – Dijo Rosalin –-¿Otra vez con eso? Te dije que el hombre con el que vivo tiene mucho dinero y te va a dar todo lo que necesitas –-Evelin, ¿Tú estás segura de que podemos llegar a pedirle dinero a ese hombre así como así? ¿No se molestará? Después de todo, tú eres su mujer no yo. Él no tiene ningún deber para conmigo, así sea su cuñada – Dijo Rosalin un tanto insegura –-¿Quieres calmarte Rosalin? – Preguntó Evelin – Ese hombre está loco por mí y hará cualquier cosa que yo le pida –-Lo digo porque es mucho dinero Evelin. El banco me está cobrando. Llevo muchos meses atrasados y tengo miedo de que procedan a quitarme la casa – Dijo Rosalin –-Tu tranquila, hermanita – Dijo Evelin con una sonrisa – Deja todo en las expertas manos de tu hermana mayor –-¿De qué hablas? Sólo eres mayor por unos 5 minutos – dijo Rosalin entornando los ojos –-¡Lo que sea! ¡Hora del show! ¡Aquí viene el tren! – Dijo Rosalin señalando con la mirada que se acercaba el tren que las llevaría a Hartford Park –Ambas se embarcaron en el tren y se dispusieron a colocar sus maletas en la parte de arriba de los asientos y se sentaron. -Será un largo viaje. Dios nos libre del aburrimiento – Dijo Rosalin –-¿Por qué? ¿Cuánto tiempo nos tomará llegar a Hartford Park? ¿Connecticut? – Dijo Rosalin –-32 horas y 42 minutos, así que ponte cómoda hermanita – Dijo Evelin –Rosalin se durmió por lo que sintió fueron largas horas y despertó sobresaltada por una pesadilla. Se acomodó en el asiento y miró a su lado buscando a su hermana y vio que no estaba por ninguna parte. -¿Y ahora qué? – Se preguntó Rosalin - ¿Dónde se habrá metido? – Rosalin se paró del asiento estirándose y caminando por el pasillo hacia lo que parecía un área común donde habían personas conversando con bebidas en la mano, pero ninguna de ellas era su hermana. Algunos hombres allí, la miraron con interés y sonrisas. Eso le indicaba que su hermana ya había estado allí y seguramente había departido con ellos. Rosalin entornó los ojos y les lanzó a todos una mirada de odio y éstos, no parecían entender el por qué de su cambio de actitud, cuando vio salir a su hermana de una puerta del fondo con un hombre atractivo y parecían estar muy melosos. ¿Es que no podía contenerse? ¿No se suponía que iban a ver al que era su marido, por Dios? En ese momento, Evelin se volteó y vio a su hermana parada allí con actitud molesta. -¡Como siempre, arruinando la diversión! – Se dijo Evelin – Caminó los pasos que la separaban de su hermana y dijo:-Vamos, hermanita. Tranquilízate. Sólo estaba divirtiéndome un poco – Dijo levantándose de hombros a lo que Rosalin respondió dándose la vuelta, para ir hacia su asiento. Los hombres que estaban allí reunidos estaban asombrados de ver el extraordinario parecido entre las dos mujeres y algunos hasta tenían la boca un poco abierta. Evelin, se volteó a verlos un momento y les guiñó un ojo para luego irse detrás de su hermana. Se sentó junto a ella en los asientos. -Vamos hermanita – Dijo Evelin – Por favor, no seas tan aguafiestas. Ese chico estaba espectacular y debo decir que el amigo que tiene para jugar también lo estaba.-¡Ya basta! – Dijo Rosalin – ¡Siempre es lo mismo! ¡No tomas en cuenta los sentimientos de nadie! ¡No te importa! -¿Y los sentimientos de quién debía tomar en cuenta para pasar un momento divertido con ese chico? – preguntó Evelin con curiosidad –-¡Los de tu marido, por ejemplo! ¡O El que tú dices que es tu marido! – Dijo Rosalin - ¡Al que nos dirigimos a ver en este momento! ¿Recuerdas? – Dijo Rosalin fúrica –-Pues, yo no le veo nada de malo, mientras él no se entere – Dijo Evelin con aire cansado – Total, él también se ha divertido bastante con éste juguetico – Dijo Evelin señalándose el cuerpo –-¡No soporto hablar más contigo sobre esto! – Dijo Rosalin cruzándose de brazos y mirando por la ventanilla –-Tienes que relajarte más hermana – Dijo con voz de quien se siente erudito – Por el camino que vas, terminarás en un convento y te perderás del disfrute de semejantes juguetes –Dijo Evelin saludando con sensualidad al chico con el que había estado antes y que se sentó en el asiento al otro lado del pasillo.-¿Eso es todo lo que a ti te importa? ¿Tomar hombres como si fueran tus juguetes? – Preguntó Rosalin - ¿Eso fue lo que hiciste con Yohan Michaels?-¿Yohan Michaels? ¿Quién es ese? – Preguntó Evelin arrugando el entrecejo –-¡Era! ¡Mi novio en el último año del instituto y tú lo enamoraste hasta que él cedió a tus encantos – gritó Rosalin. Ya no podía soportar el cinismo de su hermana –-¿Yohan? ¿Ese era su nombre? – Preguntó Rosalin – Apenas lo recuerdo. No debió ser o “tener” nada espectacular. Más bien deberías alegrarte. Te salvé de un aburrido y sin un buen juguete que te complaciera –-¡Ya basta! ¡Basta Evelin! ¿Me oíste? – Gritó Rosalin – Tal vez a ti no te importe jugar con las personas así, pero a mí sí me importa y sobretodo, me importan mis padres.-¿Y ahora por qué mencionas a nuestros padres? – Dijo Evelin realmente confundida la pobre –-Porque, mi padre te consintió demasiado en todos tus gustos y no dejaba que mi madre te corrigiera como era debido – Dijo Rosalin – Siempre llorabas porque querías tener todos los juguetes. Los tuyos no te bastaban y mi padre te lo entregaba todo a ti. -¡Lo que me parece muy bien! – Dijo Evelin colocando su rostro frente al de Rosalin- Si él no hubiera hecho eso, yo hubiera terminado siendo una frígida y amargada como tú - La respuesta de Rosalin no se hizo esperar y le soltó una bofetada, haciendo que sus cabellos le taparan la cara con la fuerza del golpe. Evelin se estaba poniendo de rodillas para contra atacar y el chico sentado en el asiento al otro lado del pasillo las estaba mirando con interés y lujuria, cuando se escuchó un chirrido, las luces se apagaron y encendieron. Todo el mundo comenzó a gritar y se sintió un movimiento brusco en el tren que hizo a Evelin golpear con su rostro el espaldar del asiento que tenía delante. Rosalin se sorprendió mucho con el cambio de velocidad y ayudó a su hermana a regresar al asiento y luego se volteó a mirar por la ventanilla. El tren parecía haber subido la velocidad y todo el exterior se veía borroso. Se volteó a ver a su hermana horrorizada y decirle que se abrochara el cinturón de seguridad, cuando no tan lejos, escucharon un ruido horrible. Un golpe muy fuerte y luego un sonido del metal desgarrándose. ¡Y fue todo! Allí, los segundos comenzaron a pasar con gran lentitud, porque todas las personas, salieron expelidas de sus asientos. Tanto Evelin como ella, intentaron sujetarse del espaldar de los asientos, pero la fuerza que las había levantado era tan grande que hacía casi imposible sostenerse y vio el terrorífico momento en el cual, Evelin gritó porque sus manos se soltaron del asiento y se aferró al brazo de su hermana, quien en un movimiento pudo afianzar el agarre de ella a su mano. Veía las lágrimas de su hermana por todo el rostro, aun cuando ambas estaban en el aire sostenidas del espaldar del asiento de Rosalin, Cuando se escuchó un horrible sonido nuevamente que se combinó con el fuerte sonido de los vidrios de la ventana quebrándose y la fuerza que las había levantado, se intensificó y así su hermana gritó:-¡No me sueltes! ¡Ayúdame! -¡No lo haré! ¡No te sueltes! – Gritó Rosalin, pero las manos de Evelin se resbalaban y ella no podía hacer más, pues no podía perder el agarre del espaldar del asiento que las sostenía a ambas en ese horrible momento, hasta que con horror, Rosalin observó cómo su hermana se soltó de su mano llevada por la fuerza del impacto y salió volando por la ventana, mientras que ella, literalmente voló por el aire dentro de la ahora comprimida cámara del tren. Se seguía escuchando el ruido de los cristales al romperse y el del metal retorciéndose como si fuera una hoja de papel. Terminó pegada de la pared que estaba frente a los asientos y por unos terribles segundos que parecieron horas quedó allí como pegada, sólo sintiendo la fuerza que no le permitía moverse, mientras observaba que el techo del tren, se comprimía hacia abajo.De pronto, se sintió como una muñeca de trapo y su cuerpo se deslizó hacia el piso, con los brazos y piernas desmayados. No sintió cómo el tren dio vueltas hasta detenerse.Rosalin sintió que pasó mucho tiempo antes de que llegara ayuda y rescate. Cuando los vio entrar al compartimiento donde ella había quedado atrapada fue como si su cerebro le hubiera dicho que ya iba a estar bien y atendida, entonces, perdió la conciencia.Rosalin escuchaba en su cabeza una discusión: -¿Vienes a pedirme dinero? Pues, déjame decirte que el dinero se acabó, Evelin. Tuve muchos gastos con la enfermedad y el funeral de mamá y luego tuve que cubrir los gastos de la enfermedad y el funeral de la abuela. ¡SOLA! -¡Tranquilízate! ¡Ya te dije que tengo un marido con dinero que me da todo lo que quiero! ¡Sólo tengo que pedírselo! – Dijo Evelin – -Pues, entonces, ¡pídeselo! – gritó Rosalin – -No es fácil – dijo su hermana – Creo que lo mejor es que vengas conmigo y así él te lo dará más pronto – Rosalin conocía a su hermana muy bien. Sabía que era mentirosa y manipuladora y en este momento estaba desesperada. No tenía a nadie más a quién acudir, así que decidió aceptar la propuesta de Evelin e ir a hablar con su supuesto marido. Al día siguiente, tomaría el tren que llevaba a Hartford Park con ella, para ir a hablar con el hombre en cuestión. No le q
Había pasado una semana y Rosalin se había hecho de una rutina. A las 8 venía la Señora Smith con el desayuno. Tomaba sus medicinas y descansaba hasta el mediodía cuando venía la Señora Smith con el almuerzo. Tomaba medicinas y descansaba de igual forma para la hora de la cena. La verdad, se sentía incómoda en ésta situación. No le gustaba darle molestias a nadie, pero al parecer, el señor Duncan, había especificado que se le atendiera apropiadamente y ella lo agradecía, sólo que en cuanto tuviera la oportunidad, aclararía el singular asunto de que ella no era Evelin, sino su hermana Rosalin.-Un día el Señor Duncan entró a su habitación y le preguntó:-¿Cómo te sientes?-Mejor. Gracias. Tengo que agradecerle por ser tan amable de dejar que me recupere aquí en su casa. No sé cómo podré pagarle por todo lo que ha hecho por mí – Expresó Rosalin como le había enseñado su madre –-No te preocupes por eso. Tómalo como un regalo simplemente – Dijo Kyle mirándola extrañado, ya que eran palab
A partir de ese día, Rosalin, dividía las horas del día para hacer el disfraz cuyos materiales había comprado la Señora Myers y dedicaba el resto del tiempo para recibir las visitas de Carlo y sus palabras de aliento. Era un buen amigo.Ya Rosalin se sentía mucho mejor y las costillas, no le dolían tanto y su pie no estaba tan hinchado…cuando estaba cociendo el disfraz, llegó Carlos, al cual, por cierto, la Señora Smith le había pedido que hablaran en la sala, por pedido del señor Edwards.-¿Cómo has estado? – Preguntó Carlo –-Muy bien. Estoy cosiendo un disfraz para Sarah –-Tú no me habías dicho nada de que sabías coser. Conozco a la dueña de la boutique de vestidos de novia. Siempre tienen mucho trabajo y siempre necesita de personal. Le preguntaré si quieren contratarte –-¡Eso sería maravilloso! – Dijo Rosalin con entusiasmo y lo abrazó esperanzada en volverse útil nuevamente. No se dio cuenta que el Señor Duncan se acercaba pero al ver esa expresión de afecto se detuvo y se dev
-¿Señoras? – Preguntó el doctor con amabilidad – Buenos días ¿Cómo están ustedes? ¿En qué las puedo ayudar? –-Le pedimos disculpas doctor Caltoni, pero en realidad queríamos tener unas palabras con la señorita Evelin – Dijo una de las mujeres haciendo énfasis en el nombre –-¿Conmigo? ¿De qué querrían hablar ustedes conmigo? – Preguntó Rosalin confundida –-No sabemos cómo lograste que el señor Duncan te aceptara de nuevo en su casa, sabiendo la clase de mujer que eres, por lo que queríamos advertirte que la última vez fuimos muy cordiales contigo y no llevamos la situación a últimas instancias, pero ésta vez, si te pasas de la raya, iremos hasta las últimas consecuencias –-Disculpen, señoras, pero realmente no sé de qué están hablando – respondió Rosalin mirándolas a todas sin comprender por qué la amenazaban –-Ya Trish, quien es enfermera en el hospital, nos había advertido de tu nueva artimaña de que no recuerdas nada de lo que hiciste – Dijo la mujer morena acercándose a Rosali
-¿Qué? – Dijo Rosalin despertándose asustada –-¿A qué estás jugando Evelin? – Preguntó el señor Duncan –-Yo no estoy jugando a nada. No entiendo a qué se refiere usted – Dijo Rosalin –-¿Qué hacías esta tarde con el doctor? – Preguntó el señor Duncan –-Nos invitó a mí y a las niñas a la pastelería – Dijo Rosalin –-¿A ti te gusta él? – Preguntó el señor Duncan –-¡Oh por Dios! ¿Qué clase de pregunta es esa? – Dijo Rosalin – Y miró directamente al Señor Duncan sentado a su lado en la cama, en la oscuridad. Ella sólo respiró profundo y le dijo:-¡Yo no soy Evelin! ¡Creo que se lo dije en el hospital y cientos de veces más! ¡No soy la persona que usted cree! – Dijo Rosalin molesta –En ese momento él se volteó y le tomó la cara entre las manos y la besó y aunque en un principio quería separarse de él, Rosalin se dio cuenta de que se sentía muy bien y se permitió sentir aquella boca sobre la de ella y luego la humedad de aquél beso delicioso que le sabía tan dulce y fresco. Todo su ser
Pasaron un par de semanas en los que Rosalin se dedicada a sus dos trabajos, en la boutique de novias y atendiendo a Sarah. Una mañana en la que iba entrando a la boutique se sintió observada y se dio la vuelta para mirar los alrededores, pero no notó nada extraño, por lo que terminó de entrar a la boutique sin darle mayor importancia al asunto.A la hora de la salida, comenzó a caminar hacia la parada del autobús cuando un joven flaco, alto, rubio y ojeroso se interpuso en su camino para hablarle:-¡Hola, Evelin! –-¿Evelin? ¡Oh no! Estás equivocado. No soy Evelin. Soy su hermana gemela Rosalin –-¿Hermana gemela? – Preguntó el muchacho - ¿Qué trucos baratos estás usando ahora, Evelin? –-¡Ningún truco barato! ¡Soy la hermana gemela de Evelin! –Por toda respuesta, el muchacho tomó a Rosalin del brazo y la llevó al final de la calle donde había un callejón con otros muchachos que tenían aspecto parecido al chico rubio y sólo los miraban. De pronto, el rubio la tomó por el cuello dici
Esa noche, Rosalin tuvo un extraño sueño con su hermana Evelin. Se vio nuevamente en el tren donde viajaron, pero en el sueño, no hubo ningún accidente y estaban hablando:-Te ves muy bien Rosalin. Como nunca te había visto en años, mientras te desgastabas cuidando a mamá y a papá –-Sí. Mientras tú te dabas la vida que querías – Respondió Rosalin –-Sólo no me dejaba manipular por las lágrimas de mamá para quedarme allí consumiéndome en mi juventud como hizo contigo – Respondió Evelin –-¡Ya veo que sigues igual de insoportable, aunque estés muerta! – Dijo Rosalin con desdén por la forma en la que había hablado de su madre –-¿Y qué te hace pensar que estoy muerta? – Respondió Evelin mirándola desde sus ojos grises llenos de malicia y una sonrisa sardónica –De pronto, toda la imagen se volvió como una espesa nube de humo y ya no podía ver a Evelin.-¡No! ¡Espera! ¡No te vayas! ¿Cómo que no estás muerta? – Y Rosalin despertó de su sueño respirando agitada y se sentó en la cama, quitá
-Y hasta que por fin puedo hablarte – Dijo Evelin –-¿Qué? – Preguntó Rosalin sintiendo que su corazón se detenía –-Estás muy cómoda ¿Verdad? Viviendo con mi marido – Dijo Evelin – ¿Cobrándote lo que yo te hice en el pasado? –-¡Evelin! ¡Basta ya! ¿Qué quieres? – Preguntó Rosalin –-Quiero recuperar mi vida y quiero dinero. Mucho dinero. Y por el momento, tú estás en la que era mi posición, ahora tú me lo puedes conseguir. Duncan, te lo puede dar – Evelin la miró de arriba abajo – ¡Supongo que contigo no debe ser un avaro! ¡Tú! ¡La monja! ¡La mojigata! ¡Dudo mucho que puedas competir conmigo y con toda la experiencia que tengo para complacer a un hombre! – Escupió Evelin –-¡Deja de hablar así! – Dijo Rosalin con los dientes apretados tratando de no alzar la voz – El señor Duncan a mí no me da ningún tipo de dinero sino, lo que yo me gano trabajando, porque soy la niñera de su hija –-¿Te acuestas con él? – Preguntó Evelin de manera perversa –-¡No! ¡Sólo cuido de su hija! – Dijo Ros