Un poco más allá, en una mesa cercana a la pista de baile, las chicas Coldwell eran el centro de atención de varios de los hermanos y algunos allegados de los Damasco. Daniel y Diego rondaban a Sarah y Katrina como lobos hambrientos, ofreciéndoles champaña mientras les lanzaban miradas pícaras y coqueteos apenas disimulados.— Vaya, vaya, ustedes sí que son la perfección hecha mujer —declaró Diego guiñándole un ojo a Katrina— diría que parecen gemelas, aunque con algo distinto, obviamente.— ¿Distinto en qué sentido exactamente? —la voz grave de Katrina interrumpió el coqueteo de Diego, mirándolo con una ceja enarcada.El apuesto italiano le dedicó una sonrisa ladina y recorrió su figura con la mirada de forma descarada.—Bueno, está claro que tú eres la más imponente de las dos —ronroneó inclinándose hacia ella— una auténtica diosa guerrera con esos ojos de fuego y esas curvas peligrosas.Sarah resopló con desdén fingido y le dedicó una mirada fulminante.—Ten cuidado con lo que dese
Arien se inclinó hacia su flamante esposa hasta que sus labios casi rozaron el delicado lóbulo de su oreja y susurró con voz grave:—Espero que estés preparada para nuestra noche de bodas, cariño. Porque pienso demostrarte lo que es un verdadero hombre entregado al placer.Dina se estremeció visiblemente ante sus palabras y un súbito rubor cubrió sus mejillas sonrosadas. Arien dejó escapar una risita burlona y la estrechó más contra su cuerpo con aire posesivo.—No te preocupes, preciosa —ronroneó arrastrando las palabras con deleite— te enseñaré todo lo que necesitas saber, después de esta noche, no querrás escapar nunca más de mis brazos.La joven desvió la mirada, incapaz de disimular la turbación que las descaradas insinuaciones de su ahora esposo le provocaban, una mezcla de vergüenza y repulsión se arremolinaban en su interior, provocando náuseas.Tanya observaba la escena desde uno de los rincones de la pista, apretando los puños con tanta fuerza que los nudillos se le pusieron
La no tan esperada noche de bodas resultó ser un tormento desgarrador para la pobre Dina. Arien, lejos de mostrarse tierno y considerado, cumplió al pie de la letra las lascivas promesas que había susurrado a su flamante esposa durante la fiesta.— ¡Por favor, Arien! ¡Me estás lastimando! —suplicó Dina entre lágrimas mientras su esposo la arrinconaba contra el cabecero de la cama.— Esa es precisamente la idea, preciosa —ronroneó él posando sus manos rudas sobre las muñecas delicadas de la joven— debes aprender a complacerme en todo desde esta misma noche.Dina se estremeció cuando los labios voraces de Arien descendieron por su cuello en una caricia grotesca y asqueante. Por más que luchó y se resistió, el peso del fornido Santori terminó por doblegarla.— ¡Basta! ¡No quiero seguir! —gimió haciendo un último esfuerzo por zafarse, pero él la inmovilizó por completo.— Lo siento, muñeca —le susurró Arien al oído con deleite— pero esto apenas comienza, te tomará toda la noche aprender a
La abuela Greta permaneció inmóvil por unos instantes, sus ojos azules estaban clavados en las caras expectantes de sus nietas. Un tenso silencio se apoderó de la estancia mientras las chicas aguardaban su reacción.— ¿Los Damasco, dices? —repitió al fin con voz grave, su ceño fruncido en un gesto de desaprobación— ¿Acaso se han vuelto locas? ¿Cómo se les ocurre elegir a los hermanos de un objetivo? Además, Donatello y Dante Damasco están compitiendo fuerte con nuestra empresa, le han dado a Darius verdaderos dolores de cabeza.— Abuela, por favor —la interrumpió Katrina — sé que puede parecer una elección sorpresiva, pero te aseguro que Sarah y yo lo hemos pensado muy bien.— ¿Pensado bien? —Greta negó con la cabeza, incrédula— ¡Pero si esa familia es nuestra mayor competencia! ¿Cómo pretenden que acepte que mis nietas se mezclen con ellos?Sarah dio un paso al frente, enfrentando a su abuela con la barbilla en alto.— No se trata de mezclar nada, abuela —declaró con firmeza— simplem
Dante se llevó una mano a la mejilla enrojecida y miró a Vanessa con una mezcla de sorpresa y furia.— ¡Jamás en tu vida vuelvas a llamarme "chica fácil"! —estalló Vanessa con los ojos chispeantes de furia— ¡No tienes ningún derecho a insultarme de esa forma después de la manera en que tú mismo me humillaste! —Alice al escuchar a Vanessa, se acercó a Dante con gesto petulante.— Pero mira nada más, cariño —ronroneó colgándose del brazo de Dante— ¿Cómo puedes permitir que te trate de esa manera una simple empleada?Vanessa la fulminó con la mirada, sintiendo cómo la rabia crecía en su interior al ver a esa mujer tocando a Dante con tanta confianza.— ¿Y tú quién eres? —preguntó con frialdad— ¿Otra de las conquistas pasajeras del gran Dante Damasco?Alice soltó una carcajada despectiva y se pegó más al cuerpo del italiano.— Soy mucho más que eso, querida —aseguró con una sonrisa venenosa— soy la mujer que Dante ha elegido para compartir su vida, así que más te vale irte acostumbrando a
Ya amanecía y los primeros rayos de sol se colaban por las ventanas del lujoso apartamento. Sarah descansaba recostada sobre el pecho desnudo de Diego, subiendo y bajando al compás de su respiración tranquila y profunda. Tenía una leve sonrisa dibujada en su rostro, evidencia de la intensa noche de pasión que habían vivido.En la sala contigua, Katrina yacía envuelta en un revoltijo de sábanas y almohadones entre los brazos musculosos de Daniel. Sus piernas desnudas estaban enredadas en una pose íntima con el cuerpo fornido de su amante, mientras la luz dorada del nuevo día los bañaba.Katrina fue la primera en removerse, despertando lentamente al sentir los rayos del sol en su cara. Abrió los ojos con pereza y una sonrisa traviesa se formó en sus labios al percatarse de la cercanía del cuerpo masculino junto al suyo.—Buenos días, guapo —ronroneó acariciando con suavidad la mejilla de Daniel— ¿Listo para otra ronda?Daniel entreabrió los ojos y la miró intensidad. Una de sus manos as
La tarde comenzaba a caer cuando los teléfonos de Diego y Daniel resonaron con insistencia. Los dos hermanos, aún desnudos y sudorosos en la sala del apartamento de las primas “Sanders”, se miraron entre sí con expresiones interrogantes.— ¿Quién demonios será a estas horas? —gruñó Daniel tomando su móvil.— Es Dante —anunció Diego con molestia— al parecer necesita vernos de manera urgente.— ¿Qué querrá ahora? —se quejó Daniel— pensé que nos había dado unos días libres de sus fastidiosas órdenes.— Sea lo que sea, más vale que acudan —intervino Katrina con fingida dulzura— su hermano tiene muy mal carácter.Diego y Daniel intercambiaron miradas incómodas antes de asentir y levantarse para vestirse a toda prisa. — ¿Listos para abandonarnos tan pronto? —se mofó Sarah cuando ambos lucieron finalmente presentables.— Lo siento, preciosuras —Diego se inclinó para dejar un beso breve en sus labios— el deber nos llama, aunque confieso que preferiría quedarme y seguir disfrutando sus exqui
Sarah y Katrina apenas podían contener su emoción mientras se dirigían a toda prisa hacia la mansión Coldwell. Después de recibir la noticia de sus embarazos confirmados, habían convocado de inmediato a una reunión urgente con toda la familia.—¡No puedo creer que finalmente lo logramos! —exclamó Sarah con una sonrisa radiante mientras conducía— tantas semanas de esfuerzo han dado sus frutos.Katrina asintió, su rostro reflejaba alegría, pero dentro de su pecho sentía una extraña sensación que no lograba definir.—Lo sé, es increíble, aunque debo admitir que una parte de mí se siente... extraña.—¿A qué te refieres? —preguntó Sarah lanzándole una mirada curiosa.—No lo sé exactamente —Katrina se encogió de hombros— supongo que es la certeza de que todo va a cambiar a partir de ahora, ya no volveremos a ver a Diego y Daniel...Sarah guardó silencio por un momento, procesando las palabras de su prima.—Tienes razón —dijo finalmente con un suspiro— sabíamos que este día llegaría, pero cr