"Los monstruos que salían de sus tumbas, no son nada comparados con los que llevamos dentro del alma."Está parado frente a mí con una pila de carpetas en sus manos, me mira pensativo, no ha dejado de observar mi cuerpo en ningún momento, la única prenda que llevo sobre mí es una de sus camisas. Ladea su cabeza sin dejar de verme, relame sus labios mientras su mirada se intensifica, siento el calor instalarse en mis partes bajas.— FBIneun geudeul-ui siya-e geudeul-eul gajigo issseubnida. — sus palabras captaron mi atención al instante, la conversación comienza a ponerse muy interesante.«El FBI los tiene en la mira.» Me quedo unos segundos quieta, su tono de voz hace que mi piel se erice, me gusta escucharlo hablar, camino hacia él y me entrega una de las carpetas, la cual tomo entre mis manos y comienzo a escanear al instante. Mis ojos se abren de golpe al ver lo que tengo frente a mí, joder esto es fantástico.— ¿Cómo lo conseguiste? — ni siquiera lo miro, estoy solo sumergida con
Desconocido: Aire vibrante, sonido latente, pasos furtivos y miradas lacerantes. Así mismo era ella, desde la lejanía la observaba, ni en cuenta de que yo la miraba, jamás se percataba de mi presencia o astucia, pero la tenía en la mira, ella era mi objetivo, mi único y principal objetivo. Sus malditos labios púrpura eran mi única perdición y caí, ante ella y por esa mujer, un pecado vivo, uno que te puede traicionar y llevar al mismo abismo si así se lo propone. Su convicción es enorme, su determinación la hace mucho más ágil y sus jodidas curvas ponen duro a muchos, entre esos, incluido yo. Mi vista se regocija al recorrerla por completo, es un deleite entero verla. Se mantiene serena y quieta, no ha girado su cabeza, su vista sigue plasmada en la carpeta frente a ella, no sabe que alguien la observa desde una cámara y eso vuelve mucho más excitante la situación. Se levanta, parece molesta, incluso podría decir que furiosa, camina hasta la puerta y coloca seguro, las comisuras d
Chanel: Miro a mi alrededor, no visualizo a nadie por ningún lado, definitivamente estoy sola, eso no importa, lo que sí me importa ahora mismo es poder salir pronto de aquí e irme a Seúl, es lo único que tengo en mente en este preciso momento.Recorro el largo pasillo, no se escucha absolutamente nada, solo mis tacones resonando contra el frío suelo, por unos breves segundos escucho mi nombre ser pronunciado por una atrayente voz… Es Rhett, así que me acerco un poco, necesito escuchar lo que dice.— ¡No lo permitiré! — suena bastante alterado, me permito incluso ver un poco, su rostro está contraído en pura molestia. — Él no puede dejar de comer. — me quedo pensando uno segundos, ya sé de quién hablan. — ¿Por qué la llevaste allí? — está a dos segundos de molerlo a golpes, definitivamente que sí.— Es una Doctora también, Rhett, las instalaciones debe conocerlas. — este niega.— Ahora por esa gracia, aquel idiota no quiere comer, si no es la doctora Chanel quien le dé la cómoda. —
Chanel:Me lleva en sus brazos y me deja sobre la cama, su mirada furtiva, me pone al mil casi de inmediato, sus labios posándose sobre mis muslos, me hacen cerrar los ojos, no estoy llevando el control de la situación, y yo amo el control, pero tal vez, solo por este momento, dejaré que sea así. Con fuerza y dureza me despoja de mi vestido, mi cuerpo expuesto se hace presente en las penumbras de la noche, solo somos iluminados por la luna llena.La excitación que crece dentro de mí es enorme, lo necesito ahora.Estar con él es como despojarme de todo, retira mi ropa interior, mis pechos saltan a la vista, traga grueso y después se persigna.— ¿Qué? — pregunto entre risas.— Estoy a punto de incursionarme en terreno prohibido. — su aliento roza contra mi feminidad. — Necesito una bendición, porque lo que haremos está lejos de ser bueno…Sus palabras calan dentro de mí y siento la humedad aumentar con el paso de los segundos, él logra darse cuenta de esto y sonríe mientras ladea su cab
Chanel:Ingreso en el hospital, las miradas recaen sobre mí al instante, a mi lado camina Donovan y detrás de ambos vienen las tres escorias… Sonrió internamente, ni siquiera sé imaginan lo que les espera a ellos aquí.Me dirijo al largo pasillo, el hombre a mi lado quedó como su representante, pero solo es la fachada, ahora esos desgraciados están en mis manos y disfrutaré hacerlos añicos.— Ya estás aquí. — asiento ante la voz de Evan. — Preparé las habitaciones, quiero saber la condición de cada uno.Cada expediente lo había hecho antes de venir.— La joven chica padece de TPA, el moreno alto de TEI y el rubio bajito de TOC. — asintió a cada una de mis palabras. — Cada expediente ya fue hecho. — me sonrió gustoso. — Su sentencia fue cadena perpetua.— Están bajo tu mando. — asentí. — Cualquier duda, avísame. — y luego desaparece por el pasillo contrario.Caminé con una gran sonrisa sobre mí rostro, me sentía poderosa, y lo era, muchísimo.Todos nos encaminamos hacia el ascensor, ca
Narrador Omnisciente:El día ha comenzado a anochecer y con eso el viento recio se ha hecho presente en el lugar, su mirada está perdida ¿Hace cuántos días no la ve? Ha pasado alrededor de una semana desde que su hija desapareció, él no ha descansado, no ha parado de buscarla, pero por primera vez el miedo lo invade, porque sabe que el monstruo está suelto y no puede permitir que le haga daño a lo más preciado que tiene, su hija…Sale con apresuro de su oficina, afuera de esta, están los demás, lo miran con desconcierto, pero uno de ellos sabe el porqué de su comportamiento.— Es ella. — dice con voz temblorosa. — Apareció, está aquí y nos ha conseguido. — cada uno de los presentes lo mira con terror absoluto.— Es broma, ¿cierto? — este niega ante la voz de aquel hombre.— ¡Maldita sea! — golpea con su mano derecha una de las mesas que tiene cerca, su respiración se ha acelerado, al igual que su corazón.— ¡Búsquenla! Y me la traen, viva, yo resolveré este problema de raíz. — quería
Mateo - Cobra:Personas del todo el mundo comenzaban hacerse presente, desde chinos, hasta latinos, eso me enorgullecía, el negocio de mi padre llegó demasiado lejos… Las personas disfrutaban y bebían plácidamente.Observo todo desde lo lejos, sentado en mi silla, con un trago en mi mano y sintiendo el poder recorrerme el cuerpo.Mi momento se vio interrumpido por un par de tres, bastante estúpidos desde mi punto de vista, cada uno de ellos se veía peor que el anterior.— Jefe. — menciona uno. — Necesitamos hablar y disculpe nuestra osadía. — lo que faltaba.— No estoy para nada y menos en este preciso momento. — hasta que mis ojos recayeron sobre él. — ¿Ciro? — gira su rostro al instante, al ver la cicatriz de su labio, supe que era él. — ¿Qué sucede? — eran ellos, los jodido tres que no hicieron bien mi plan de hace tantos años atrás.— Regresó. — su voz es temblorosa y habla en solo susurros.— ¿De qué hablas? — odio el misterio y estos me estaban colmando la paciencia. — Es mejor
Chanel:Veo a los cinco hombres ingresar en el hospital, la comisura de mis labios se eleva, uno de ellos está aquí y eso solo me hace sentir como triunfadora, eso soy. Caminan hasta mí, pero en el camino se ven interrumpidos por una persona, él… Maldigo en silencio y me acerco a paso lento.— ¿Puedo ayudarlos en algo? — menciona Evan con tranquilidad.— Venimos buscando a la Doctora Chanel. — él se gira y me mira con cierta incertidumbre.— Buen día. — mi voz es suave. — ¿En qué puedo ayudarlos? — cada uno me mira con más intensidad que el otro, pero saben perfectamente lo que deben hacer.— Doctora…— dijo uno de ellos. — Nos mencionaron que era la mejor en la zona. — asiento con cautela.Puedo notar el cuerpo del hombre, está rígido y mantiene su cabeza hacia el suelo, tal vez sospecha, siento la frustración tomar mi cuerpo y sacudirlo, pero justo antes de que haga algo de lo que pueda arrepentirme, llega Rhett.— Evan. — menciona con su voz varonil. — Necesito tu ayuda. — él me mir