El castillo, ahora refugio temporal del grupo, se llenaba lentamente con los ecos de risas, bromas y las voces de sus miembros. Tara, Rhidian, Bella, Emma, Kael, y los otros aliados que se habían sumado a su causa, todos se encontraban en el patio entrenando y compartiendo momentos que parecían ser un respiro necesario tras tanto conflicto. Entre ellos, no faltaban los guerreros que habían jurado proteger a Tara y aquellos con habilidades únicas que habían estado luchando a su lado desde su encuentro con los Tejedores.---El entrenamiento de la mañana había dejado agotados a todos, pero la paz que se sentía alrededor de ellos era el resultado de su arduo trabajo. En un rincón apartado del castillo, también se encontraba Zarek, el mago que había sido uno de los primeros en unirse a la causa de Tara. Aunque de espíritu reservado, su presencia era esencial. Sus poderes de manipulación de la energía eran algo que los Tejedores nunca habían podido anticipar. Junto a él, el joven Alaric, e
El castillo en las montañas se alzaba majestuoso entre la neblina. Las torres parecían acariciar el cielo, y sus muros, antiguos y desgastados, contaban historias de épocas olvidadas. A pesar de su imponente estructura, el lugar tenía un aura de misterio que calaba en los huesos. Sin embargo, tras los eventos recientes, todos coincidieron en que era el lugar ideal para refugiarse.Una semana había pasado desde que llegaron, y los días se habían llenado de tareas: reforzar las defensas, explorar los terrenos y adaptarse a la nueva dinámica del grupo. Sin embargo, todo cambió cuando, durante una inspección en la biblioteca subterránea del castillo, Tara tropezó con algo que cambiaría el curso de su lucha.---“¿Qué es esto?” Tara murmuró al pisar una losa ligeramente hundida en el suelo. Al instante, un leve zumbido resonó, y las estanterías cercanas comenzaron a moverse, revelando una entrada secreta. Rhidian, que estaba revisando mapas antiguos, corrió hacia ella al escuchar el ruido.
La tensión en el aire era palpable mientras el grupo continuaba explorando las profundidades del castillo en busca de respuestas. Las ruinas bajo sus pies parecían cobrar vida con cada descubrimiento, y Tara sentía una conexión cada vez más profunda con el lugar. Sin embargo, la calma se veía continuamente desafiada por la incertidumbre de lo que les esperaba.---“Esto no es solo una ruina cualquiera,” comentó Alaric, extendiendo un mapa antiguo sobre una mesa improvisada. Las marcas grabadas en el pergamino coincidían con las de las paredes que rodeaban el lugar. “Es un nodo, un punto de convergencia de energía antigua.”“¿Energía de los Tejedores?” preguntó Bella, frunciendo el ceño mientras ajustaba su arco sobre el hombro.“Es posible, pero no solo eso,” respondió Alaric. “Esta energía es antigua, más antigua que ellos. Creo que aquí se libró una batalla hace siglos, y este lugar quedó impregnado con el poder de aquellos que lucharon contra las sombras.”Tara escuchaba atentament
El grupo había pasado días explorando las ruinas bajo el castillo. Los misterios que envolvían aquel lugar parecían inagotables, y cada nuevo descubrimiento planteaba más preguntas que respuestas. La tensión de los enfrentamientos recientes se había disipado un poco, y los chicos comenzaban a encontrar momentos de alivio en medio de sus investigaciones.“¡Esto no tiene sentido!” exclamó Bella, dejando caer un libro polvoriento sobre la mesa. “Estos textos están escritos en un idioma que apenas tiene sentido.”“Quizás porque no es solo un idioma,” intervino Alaric, sosteniendo un pergamino descolorido. “Es un código, una mezcla de runas y símbolos antiguos. Estoy trabajando en descifrarlo, pero tomará tiempo.”“Tal vez deberíamos enfocarnos en el cristal que Tara tocó,” sugirió Kael, señalando el pedestal en el centro de la sala. “Es evidente que tiene algo que ver con este lugar.”Tara, que había estado observando en silencio, se acercó al pedestal. Extendió la mano hacia el cristal,
Los días transcurrieron con una mezcla de descubrimientos y entrenamiento. Bajo el castillo, las ruinas parecían cobrar vida a medida que el grupo exploraba sus pasillos. Cada recoveco contenía símbolos y secretos que contaban una historia olvidada, mientras Tara comenzaba a entender la conexión entre su linaje y aquel lugar.Tara no podía apartar la mirada del cristal en el pedestal. Algo dentro de ella la llamaba, como si el objeto esperara pacientemente ser activado de nuevo. Desde la visión que había compartido con Alaric, los fragmentos del pasado que presenciaron no habían dejado de rondar su mente.“Es peligroso seguir usándolo,” advirtió Rhidian una tarde mientras Tara inspeccionaba el pedestal. “No sabemos qué consecuencias podría tener.”“Lo sé,” respondió Tara, sin apartar los ojos del cristal. “Pero siento que es la clave. Algo aquí está conectado conmigo, con lo que soy.”Rhidian suspiró y se acercó a ella, colocando una mano en su hombro. “Solo prométeme que no harás nad
El grupo regresó al castillo con el peso de lo que habían descubierto. Tara aún sentía el eco de la visión en su mente, el grito desesperado de su madre y la oscuridad que los perseguía. Alaric extendió un mapa antiguo sobre la mesa del gran salón, señalando los puntos clave dentro de las ruinas.“El cristal no es solo un canalizador de poder, es un registro de memoria,” explicó, recorriendo con el dedo los grabados de la piedra. “Podría contener más información sobre los Tejedores y su conexión con tu linaje, Tara.”“Entonces, debemos usarlo más,” dijo Kael, cruzándose de brazos.“No es tan simple,” intervino Rhidian. “Tara casi se desmaya después de usarlo. No sabemos qué efecto tiene sobre ella.”Bella, quien había estado en silencio hasta ahora, tomó la palabra. “Quizás haya otra forma de acceder a su poder sin que la consuma.”Alaric asintió. “Podríamos investigar los escritos en las ruinas. Si el cristal es una pieza clave, tal vez haya más artefactos como él.”Tara exhaló, sin
El aire dentro de las ruinas aún estaba cargado de energía. Tara sintió un leve hormigueo en la piel, como si su cuerpo aún procesara la explosión de poder que había liberado.Rhidian no la soltó ni un segundo. Sus ojos la recorrían con preocupación mientras ella intentaba incorporarse.“Fue diferente esta vez…” murmuró Tara, observando sus manos. “No solo sentí mi poder… sentí que las ruinas me estaban guiando.”Alaric se acercó al pedestal, analizando las inscripciones recién reveladas. “Esto no es solo un sitio antiguo, es un santuario de energía. Probablemente los Tejedores intentaron sellarlo o usarlo para sus propios fines.”Emma tocó las paredes, notando cómo algunos símbolos aún brillaban débilmente. “Si las ruinas reaccionaron a Tara… significa que ella está conectada a este lugar.”Kael suspiró. “Ya sabemos que es la Última Chispa, pero ¿qué significa realmente eso?”Bella, quien había estado en silencio, finalmente habló. “Tal vez el cristal no solo es una fuente de energía
El frío de la noche aún envolvía el castillo cuando Tara despertó. Se sentó en la cama, sintiendo su cuerpo todavía tenso por la intensidad de los últimos acontecimientos. Había pasado horas pensando en lo que el cristal le había revelado, en las palabras que aún resonaban en su mente: “Tú eres la última... la única que puede encender la llama perdida.”Encender la llama…No tenía idea de lo que significaba exactamente, pero si los Tejedores temían ese poder, entonces debía descubrirlo cuanto antes.Se levantó en silencio, caminando por los pasillos del castillo. A pesar de haber estado allí por días, el lugar aún le resultaba misterioso, como si escondiera secretos en cada rincón.Cuando llegó a la biblioteca, no se sorprendió al ver a Alaric rodeado de libros y pergaminos antiguos.“Sabía que te encontraría aquí.”Alaric levantó la vista, frotándose los ojos cansados. “No podía dormir. Hay demasiadas preguntas sin respuestas.”Tara se sentó a su lado, observando los textos desperdig