CASUALIDADES

Salvatore miraba fijamente a Pierina, mientras le hablaba a su hija.

La escena le pareció tan dulce que por un momento no creyó que fuera esa mala mujer que hizo sufrir y humilló a su madre. A su mente llegó el recuerdo de aquellas palabras que escuchó de su madre.

" Padre lo poco que me faltó fue arrodillarme ante ella, pedí perdón por mi equivocación, ella ya no es la amiga que conocí, es fría y arrogante, su aptitud me desconcertó. Pierina D'Alessio ya no es la misma mujer tranquila, y sencilla que conocí."

Apretó sus puños tan fuerte que sus nudillos se tornaron blancos, su quijada se tensó, y fue Amaranta quien lo sacó de su trance.

Se aclaró la garganta, y se acercó.

— Espero te mejores pronto, yo también me tengo que  ir, me disculpo por todo, espero me perdones y podamos ser amigos y si tú no lo deseas, aún así mi deseo es de volver a verte.

Amaranta abrió y cerró la boca, sus palabras se atragantaron en su garganta, miró a sus padres y luego a Salvatore.

— Tranquilo joven, todo estará bien. — Habló Pierina, sonriendole.

Salvatore sintío una extraña sensación en su corazón.

" ¿Como puede ser amable una mujer fría y arrogante que humilla a las personas ?" — Se cuestionaba mentalmente, mirándola.

Pierina y Stéfano llevaron a Amaranta a su penthouse, ubicado en uno de los edificios de su propiedad.

A distancia moderada y sin ser visto Pietro los seguía.

— Señor De la Rosa, están en el Center de Roma, y...

Salvatore lo interrumpió.

— Quiero un departamento ahí en ese edificio. Investiga.

— Si señor, enseguida. — Responde el detective.

Una hora después Salvatore estaba haciendo la transferencia a la agencia de mobiliario, por el piso frente al de Amaranta.

Llegó al departamento con sus padre y, ya nana Sofía esperaba por ella.

— Mi niña, ya todo está listo, ven ..

— Nana. ¿Tú también me vas a minimizar? Es solo un rasguño en la frente, mañana estaré bien y podré ir a trabajar.

— Lo que tú digas mi niña, pero hoy descansa, y olvida el trabajo.

Salvatore ya instalado en el departamento, empezó a realizar llamadas, trasladaría parte de su empresa a Roma, vio que su estadía sería a plazo largo..

Amaranta empezó a recibir cada día un girasol y una nota que decía.

" Para que cada día, ilumine tu hermosa sonrisa "

— ¿Siguen llegando girasoles? Nana.

— Si mi niña, una cada día, tienes un admirador anónimo.

— Talvez ya sea hora de darme una oportunidad con alguien real, Tritón fue solo una ilusión de niña, algo sin importancia para el, por qué olvidó nuestra promesa.

— Así es mi niña, este admirador dejará de ser anónimo.

Amaranta Cristea cogió la flor y como todos los días la puso en un Jarrón.

Una semana pasó entre ir y venir, Salvatore y Amaranta no coincidían, en las horas de llegar al departamento.

— ¡Oh por dios! Las llaves, las llaves no están en esta cartera, llegaré tarde.

Amaranta en un momento de Confusión se llevó la cartera equivocada,

Pidió al ascensor, y en el momento en que las puertas de la caja metálica se abrieron.

— ¿Tu? ¿Pero que haces aquí? — Preguntó algo confusa.

Salvatore fingió estar sorprendido.

— Yo vivo aquí. ..

Amaranta no creía lo que escuchaba.

— Que extraño, no te vi antes y nadie me...

— Tengo una semana aquí, el día que chocamos en el aeropuerto, recién llegaba a este país en busca de nuevas oportunidades de trabajo.

— ¡Oh! Llegaré tarde y sin tengo que ir por mis llaves, me disculpas.

Amaranta trató de seguir, pero Salvatore la detuvo.

— Si deseas te puedo dar un aventón, sería mi modo decir discúlpame por todo los problemas que te causé últimamente.

Amaranta lo miró, y por un momento quiso negarse pero terminó aceptando.

— Está bien, acepto pero por favor date prisa voy tardísimo.

Salvatore le abrió la puerta del auto para que suba,  y luego lo hizo el.

— ¿Desde cuando vives el este edificio?

— Desde que empecé mi trabajo en el hospital, soy cirujana pediatra.

— Hermosa Carrera. ¿Te gustan los niños?

— Mucho, en mi familia hay muchos niños, hijos de mis hermanos y mis primos .

— En verdad me quiero disculpar por cómo me porté en el aeropuerto. Aceptaría una cena como recompensa a mi mal proceder?.

Amaranta sonrió y terminó aceptando.

Llegaron al hospital, Salvatore bajó del auto para abrirle la puerta.

— Entonces te llamo y nos ponemos de acuerdo para nuestra cita. — Salvatore guiñó un ojo y le brindó una seductora sonrisa.

— Claro que si, estaré pendiente. — Respondió también sonriendo.

Se despidió y caminó de prisa para llegar, pues tenía que prepararse para una cirugía.

Salvatore la miró irse y pudo ver como un hombre alto de cabellos oscuros la saludó muy efusivamente, apretó el volante tan fuerte al igual que sus dientes.

— Serás mia AmiCris. — Dijo con tono hostil, salió del parqueadero del hospital y fue directo a las oficinas del emporio Pierre, donde Adrián Alonzo lo esperaba para la junta, donde lo presentaba como nuevo accionista.

Amaranta:

Se despidió de Salvatore y caminó de prisa, y Emiliano llamó su atención.

— ¿ Otra vez tarde mi sol?

Amaranta lo miró y sonrió, se saludaron con un abrazo, sin darse cuenta de que a lo lejos los miraban.

— ¡Hola Emi! Por lo visto tu también llegas tarde.

Rieron y entraron para realizar sus trabajos cada uno en lo suyo.

Amaranta, realizó la cirugía y pasó revisión a sus pacientes.

Cuando llegó a su consultorio encontró una rosa blanca encima del escritorio.

Amaranta cogió la flor, y un pensamiento  llegó a su mente.

" Será Salvatore, que ... No, no creo que sea él. ¿Será Emiliano? Ay no. ¿Será que tengo dos admiradores o será el mismo?

Colocó la Rosa en un vaso con agua y continuó en su trabajo.

Estaba concentrada en sus datos que un toque en la puerta llamó su atención.

— ¡Adelante! — Emiliano hizo acto de presencia.

— Te invito a almorzar, veo que no trajiste tu auto

— Si, bueno no, me trajo un amigo por que no tenía mis llaves.

— Entonces te llevo luego. Ahora nos vamos almorzar.

Amaranta quitó su bata blanca cogió su cartera y salió en compañía de Emiliano.

— AmiCris, llevo mucho tiempo conociéndote y nunca te vi con el hombre que te trajo. ¿Quién es el?

Amaranta parpadeo y respondió.

— ¿Me estás vigilando? .

— No, no, no es eso, es solo que nunca antes lo vi y fue casualidad por qué justo yo también llegaba cuando el auto se estacionó.

— Disculpa, no fue mi intención acusarte de esa manera, pero es un amigo, más bien un vecino vivimos en el mismo edificio.

— Mm bueno, me quedo más tranquilo sabiendo que ya lo conoces hace rato

Amaranta no lo contradijo.

Llegaron al restaurante y como todo un caballero Emiliano abrió la puerta para que Amaranta salga de él.

— Muchas gracias — Expresó Amaranta Cristea con amabilidad.

Emiliano ofrece su brazo para seguir.

— Fräulein, bitte — Pronunció en alemán.

(Señorita, por favor)

— Danke, Sir. — Respondió sonriendo.

(Gracias, caballero)

Caminaron al interior del restaurante donde los recibió la anfitriona y llevarlos a la mesa reservada.

— Su mesa reservada señor Stoffers D'Lion.

— Gracias señorita. — Respondió muy amable.

— Enseguida les traigo la carta, señor.

La anfitriona salió del lugar, Emiliano miró a Amaranta y cogió su mano.

— Me encanta verte siempre sonreír, te ves hermosa.

— Gracias Emiliano, y si, siempre dicen que soy la dueña de una sonrisa loca y soñadora de todos mis hermanos.

— Hermosa y soñadora si, pero loca, no lo creo.

Juntos rieron y fueron interrumpidos por la mesera que entregó la carta.

— Señores la carta.

— Gracias — Respondieron al unísono.

Y justo en ese momento una voz llamó la atención de Amaranta.

— Que casualidad, también nos encontramos aquí.

Amaranta sintió un vuelco al corazón, al momento de girarse y verlo en compañía de esa hermosa mujer.

— Si, que casualidad que siempre estás donde estoy yo. — Expresó Amaranta mirando a la mujer.

— Les presento a Jisso Sánchez.

— Mucho gusto Amaranta Pierre, y es es Emiliano Stoffers D'Lions.

— El gusto es mío, al fin te co...

Jisso se quedó en silencio a verse descubierta, Amaranta Cristea la miró extrañada. ¿Como que Salvatore le habló de ella, si apenas tenían tres encuentros?

—  ¿Que al fin que? — Preguntó Amaranta mirando a Salvatore.

— Le conté a Jisso los dos malos encuentros que tuvimos y le dije que saldremos a cenar para saldar mi error en el aeropuerto, y el accidente del auto.

— Si, por eso digo al fin te conozco, cosa locas del destino. ¿Seguimos Salvatore?. — Preguntó para seguir.

— Claro, vamos a nuestra mesa. Nos vemos otro día AmiCris, bonita tarde.

— Gracias igualmente para ti.

Amaranta lo siguió con la mirada, y un mal sabor de boca le dio ver cómo Salvatore agarraba la fina cintura de Jisso.

— Tierra llamando a Marte. — Expresó con sorna Emiliano.

Amaranta lo miró e hizo una mueca de sonrisa.

Salvatore y jisso siguieron y se ubicaron en la mesa frente a donde estaba Amaranta y Emiliano.

— Es muy hermosa, Salvatore, tiene una mirada limpia, y una sonrisa genuina, ¿Serás capaz de dañar ese corazón?

La mirada de Salvatore era oscura, apretó sus dientes tan fuerte, mirando a Amaranta reír con Emiliano.

— Ya no es culpa si es ella, ella se atravesó en mi camino, sin yo buscarla se atraviesa en mi vida.

— Y no crees que es mejor olvidarte de esa venganza y tratar de ver la vida de otro modo.

Salvatore miró a jisso y respondió.

— Tu sabes lo que viví en mi infancia, mi adolescencia, crecer y escuchar a mi madre y verla sufrir siempre por lo que le hizo esa mujer, la madre de esa niña de papi que tengo de frente.

No Jiss, no lo dejaré pasar, si el destino la puso a ella en mi camino , pues ella será. Yo no la busqué, ella llegó a mi, entonces el destino está de mi parte.

Jisso lo miró e hizo un gesto de negación al ver a Amaranta mirar a Salvatore y si reír con el, mientras él tenía un gesto sombrío en su rostro.

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