El silencio que había en esa celda fue suficiente para que Jean se diera cuenta de que había abierto demás de la boca. Ese humano no necesitaba saber lo que no le había contado a nadie desde que tenía veinte años. El otro humano siguió curando su herida hasta que salió en silencio.
Él, tomó la sabana y se tapó de pies a cabeza para quitar el frio que estaba sintiendo, odiaba mostrarse débil ante las personas... prácticamente odiaba a todo el mundo por ser débiles. Las horas pasaron, y sólo le habían llevado comida que no había probado por tener el orgullo en lo más alto. Aunque su estómago pidiera comida, no cedería, eso jamás.
Se puso de pie con algo de dificultad y tomó el agua que le habían llevado, y la comida la lanzó por el mismo hueco por el cual la había entrado. Subió nuevamente en la cama y terminó por perder el conocimiento.
Kros veía como el humano se movía por la habitación, con lo que le dijo no estaba seguro de si podía dominar a alguien que odiaba con tanto impulso a los híbridos que ahora dominaban. Los humanos los habían tratado con asco, como objetos sexuales, esclavos y lo peor de todo es que los mataban cuando ya no los necesitaban, hasta que tres híbridos decidieron tomar el control, creando un movimiento que terminó con gran parte de la raza humana.
Los humanos los crearon y ellos los híbridos, acabaron ellos; tan sencillo como suena. Kros sólo era un árabe que fue encontrado por el presidente Abdel.
Él ni siquiera sabía porque razón estaba al mando de todo el lugar... aunque, era divertido ver a los humanos recibir órdenes por parte de él. Sin embargo, estaba ese humano que se doblegaba ante nadie y lo más gracioso era que en menos de veinticuatro horas tenía una marca por salarle su comida.
— ¿Por qué lo marcaste? — preguntó Walid, entrando como si nada a la habitación de vigilancia — Parece como si se fuese a morir...
— Debía de darle un escarmiento — sintió la mano del humano en su hombro — Si se muere, no es mi problema...
— Los híbridos mataron a su hijo — Kros lo miró, rápidamente — Creo que es una de las razones por las que debes de investigarlo... es justificable el que los odie, yo lo haría.
— ¿Te dijo algo más?
— Que prefiere morir antes de ser tu esclavo o de cualquier otro hibrido — se encogió de hombros — Él me agrada.
— Te agrada porque es lo que tú nunca volverás a ser — Walid frunció los labios — Lo siento, no debí de decirte algo como eso.
— Descuida, la experiencia hace al maestro... y yo no tengo nada de experiencia — le sonrió, sin mostrarle los dientes — No hagas cosas estúpidas con él... puede que tenga su historia con uno de los híbridos que existieron en el pasado...
— Investigaré sobre eso, ahora quiero estar solo.
— No te masturbes...
— Walid, no vayas por ahí.
— Bien, haré algo por ti — señaló la pantalla — Trataré de que coma algo.
— No tienes que hacerlo...
— Lo haré, sólo sino me toca.
Kros asintió, dándole la espalda mientras el humano salía de la habitación. Ese tal Jean tenía historia antigua con las personas de su entorno. Se puso de pie y caminó hacia su habitación, ya sabía lo que haría para que ese chico dejara de llevarle la contraria. Lo haría su esclavo personal, así aprendería de una vez por todas que con él no debía de meterse.
Dos días más tarde, Jean fue dejado en la habitación de los esclavos. Rápidamente, su único amigo se acercó a él al verlo en ese estado tan deplorable.
— Me tenías tan asustado, Jean — Luca tomó su rostro entre sus manos — ¿Cómo te encuentras?
— Agotado — le sonrió, sin ganas — ¿Y tú?
— Estoy bien — lo arropó — Aquí ya eres una leyenda, querido amigo.
— ¿Uh?
— Nadie se había metido jamás con la comida de un híbrido, fuiste el primero en meterse con la comida de esos odiosos dueños que tenemos — acarició su rostro — Eres alguien fuerte, estoy seguro de todos deben de tenerte miedo.
— Créeme que es lo último que quiero en éste momento.
— Duerme, debes de hacerlo — besó su frente — Aun no estás listo para morir.
— Nadie está listo para morir, Luca. Sólo estamos listos para que la vida haga lo que desee con nosotros.
Luca lo miró con pena, y en ese momento los guardias entraron por ellos, dejando a Jean descansar.
Walid entró a la habitación con una bandeja llena de comida y la puso en el piso, viéndolo con los ojos entrecerrados. Se preguntaba quién era ese humano que parecía tener el mundo a sus pies, sólo sino trataba de tocarlo demás.
— No voy a tocarte — su voz sonó ronca — Pero eres una cosita con un pasado horrible, igual que el mío, ¿O me equivoco?
— No, estás en lo correcto — lo ayudó a sentarse en la cama — Pero no me has contado sobre tu pasado, tampoco te contaré el mío.
— Te dije lo principal — hizo una mueca, cuando un fuerte dolor atravesó su cadera — Pero no me has contado porque odias el contacto con las personas.
— Antes de que Kros me encontrara... era un esclavo de unos híbridos que me usaban como... como un objeto sexual — su voz se quebró — Él me compró y me hizo su... me hizo su acompañante, nada sexual.
— ¿Cómo que nada sexual? ¿Entonces fuiste su obra de caridad?
— Algo así... él no es una mala persona — se encogió de hombros — Tú lo haces una mala persona.
— ¿Yo? — Se burló — Apenas llevo tres días en éste infierno y ese ser miserable puso su marca en mí sin pedirme permiso.
— Bueno, en eso no puedo meterme — tomó la bandeja que había colocado en el piso — Nadie sabe que estoy aquí.
— No somos amigos — dejó que dejara la bandeja en sus piernas — Pero tampoco quiero que seamos enemigos porque tu héroe no me cae bien.
— Siento lo que te ha pasado... — dijo, despacio — Tu hijo no merecía morir a manos de los híbridos.
— Ni siquiera pude tenerlo en mis brazos el tiempo que quería — rió, sin humor — Pero de todos modos, gracias.
— No sé qué tipo de dolor puedes sentir al perder a tu hijo...
— Era lo único bueno que tenía en esta vida — movió la sopa con la cuchara — Ni siquiera puedo pedir justicia por él.
— Sí puedes hacerlo...
— ¿En un puto mundo en donde somos los esclavos de los híbridos? — Casi le gruñe — No me digas.
— Tienes razón — le sonrió, a medias — Mi vida tampoco tiene justicia.
— Las cosas como son...
Jean se quedó solo después de un rato, Walid no se había acercado mucho a él por el temor que sentía al sentir el contacto de las personas que no le producían confianza.
Salió de la habitación cuando fue buscado por unos guardias... mejor dicho fue arrastrado a las duchas y bañado de la misma manera que el primer día que llegó a ese lugar, ni siquiera le habían dado una toalla limpia o alguna cosa que pudiese usar.
Los demás esclavos lo miraban con pena, mientras hacían sus labores. No podían mirarlo sin sentir remordimiento... el chico era el héroe de todos, simplemente porque había jugado a su manera con lo más sagrado de esas personas.
Ni porque se sentía débil por la fiebre que había vuelto lo podían tratar con cariño o algo de delicadeza. Fue empujado dentro de una espaciosa habitación y antes de que pudiese desear salir la puerta fue cerrada por una mano, luego de eso, fue empujado hacia atrás dándose un fuerte golpe que lo dejó atontado.
— Siempre creí que los humanos eran patéticos, pero tú te llevas el premio — Kros se puso de cuclillas muy cerca del humano — Se enferman de cualquier cosa.
— Púdrete, estúpido híbrido — le escupió en la cara — ¿Por qué no terminas por matarme?
— ¿Por qué no eres sumiso como los demás? — Jean lo miró confundido — No acatas mis órdenes, ni siquiera porque puse mi nombre en ti — quitó el cabello de éste de su rostro — Sé perfectamente que han pasado tres días, pero eso no quiere decir que debas de seguir mirándome de esa manera... como si no me tuvieras miedo.
— Es que no te tengo miedo — alejó la mano del híbrido — De la misma manera en la que te produzco asco, de esa manera también lo haces tú.
— Eso lo hace mucho más interesante...
— ¿Me vas a castigar con tu cola, leoncito? — Kros apretó la mandíbula — Ustedes los híbridos alfas son una basura, usan de su maldito poder para lograr lo que desean y cuando ya no nos necesitan, no desechan como basura...
— Por lo que me estás contando, uno de mi especie te partió el corazón — hizo un puchero — Pero descuida, con la ayuda de mi cola, haré que te doblegues ante mí.
— Claro que vas a lograrlo, por el simple hecho de que ni siquiera puedo moverme por mi mismo — eso logró que el hibrido riera — Ojalá que te mueras, maldito.
— Repito — le guiñó un ojo — No moriré, somos lo mejor que los humanos han creado, de la única forma en la que podemos morir es si somos asesinados... por alguna parte de nuestro cuerpo.
— Ese es un dato que usaré para vengarme de ti.
Kros se puso de pie, ese humano lo sacaba de sus casillas. Tomó al menor del cabello, y lo arrastró hacia la cama, donde lo dejó en el piso. Le arrancó el collar que le habían puesto y buscó otro, que era un más pequeño que el anterior.
— Ahora si llevarás mi nombre en todo tu cuerpo — lo apretó demás — Espero que no se te ocurra el querer escapar de mí, humano.
— Primero voy a matarte, hibrido asqueroso — gruñó — Sino termino por matarme.
—No dejaré que escapes de mi — se alejó — Ponte esto, no quiero que andes desnudo en mi casa.
— No parecía que te molestara...
— Me estás sacando de mis casillas — golpeó su rostro con el puño cerrado — La paciencia que tengo la terminas por matar cada vez que abres la boca
— Pues mátame, de formas no tengo deseos de vivir en donde yo deba de ser el esclavo...
— Voy a dominarte a mi uso y antojo — tomó al menor del mentón — Y me suplicarás por más.
— No estaría tan seguro de eso — rió — No...
— ¿Quieres apostar? — Jean frunció el ceño — A cambio te daré lo que me pidas.
— Quiero mi libertad absoluta, que nadie trate de tenerme como esclavo... sino logras dominarme en un lapso de un año... — se pasó la lengua por los labios — Seré libre, y si tú me dominas, seré tuyo para lo que desees hacerme.
— Acepto.
— ¿No te arrepentirás después? — le preguntó Jean, con una pequeña sonrisa asomándose en sus labios — No confío en ninguno de ustedes...— Tampoco tengo porque confiar en alguien como tú, humano insolente — golpeó su frente con dos de sus dedos — Ustedes no son de fiar... mírate en donde estas por confiar en los de tu especie.— Ellos tendrán sus rozones para entregarme...— El que los dejemos de perseguir por unos largos meses — se rascó la mejilla — Vístete, y largo.— Hijo de puta — masculló, colocándose la prenda que le había dado el alfa.El golpe que recibió en la boca lo mandó directamente al suelo otra vez. Le dio una mirada llena de odio al híbrido por tener tanta osadía en callarlo de esa manera. Dejó salir un gruñido colándose de pie.— Si crees que dándome golpes vas a lograr que sea tu puto sumiso estás equivocado — se limpió la sangre que comenzaba a salir de su boca — Me iré...— A cumplir con tus funciones d
Walid miró varias veces los pasillos que daban a la habitación del hermano de Kros. Karim no era la persona más sociable del mundo y él tampoco lo era, pero había visto muchas veces como ese híbrido se movía con sutileza por la casa, como estuviese buscando algo cada vez que iba de visita, pero nunca sabía lo que en verdad buscaba.Arrugó la nariz, al verlo entrar a su habitación y se quedó unos minutos mirando a ver si salía, pero nada sucedió. Con pasos vacilantes abrió la puerta de su habitación, con los nervios y el miedo deseando hacer de las suyas.Entró a la habitación, encontrándose con su cama intacta y ni señales había de Karim por ningún lado, hasta que la puerta fue cerrada de manera brusca y él no tuvo tiempo de moverse de su lugar.— Pensé que debía de ir a buscarte — Karim aspiró su olor, durante unos cortos segundos — Hueles a miedo, humano — una estúpidos sonrisa apareció en su rostro — ¿Acaso te doy miedo?— Sí... — tragó en s
— Más... — gimió Jean, apretando los hombros de Kros — Más rápido, estúpido alfa...— No me insultes porque después te ando rompiendo el culo y dices que nosotros los híbridos somos unos malditos — lo embistió dándole justamente en su punto G — Soy un alfa muy condescendiente con su esclavo personal.— Sólo debes de serlo conmigo — arqueó su espalda — Debes de darme lo que te pida, tenemos un trato que podemos romper cuando deseemos.— Bien lo has dicho, humano — apretó más el cuerpo del menor — Es un trato que se puede romper cuando deseemos — apretó los dientes — Espero que aguantes...Se quedó quieto en el momento que el nudo se hizo presente en su interior y sus piernas dolieron por el dolor que comenzó a sentir en su interior. Mordió el hombro del alfa para que sintiera el dolor o una parte. Le dolía horrores, cerró los ojos para evitar que las lágrimas salieran sin aviso alguno. No iba a llorar por sentir ese leve dolor.Se dejó ca
Kros lo llevó a un centro comercial, en donde visualizó a los demás esclavos con sus amos como si fueran mercancía barata que las personas podían comprar en donde desearan. El enorme collar de perro fue colocado en su cuello y ni siquiera había tenido tiempo de protestar de que no quería esa basura.Sus manos picaban por desear golpear a ese híbrido que movía su cola de un lado a otro mientras caminaba delante de él. Sus guardias estaban rodeándolos para que no pretendiera escapar ahora que estaban rodeados de muchas personas.— ¿Por qué me has traído a ese lugar? — Jaló la chaqueta del mayor — Quiero volver...— No, comeremos aquí y luego iremos a otro lugar — le guiñó un ojo, y lo colocó delante de él — Te dije que si hacías todo lo que te pedía podíamos llegar a un acuerdo muy racionable para ambos — puso sus manos sobre los hombros del menor — Soy un alfa con gustos peculiares.— Espero que tus gustos no sean de esos sados...— ¿Qué
— ¡Y una mierda que haré eso! — Se soltó del agarre — Yo me voy de aquí.— No hay razón por la cual debas de irte de éste lugar — dijo Kal, mirando al otro híbrido — Es un cobarde que no está preparado para esto...— Lo sé — se cruzó de brazos — Es todo suyo — le hizo una seña al esclavo de Kal — Vamos, esclavo.— No puedes dejarme...— Soy tu amo — dijo, severo — No me interesa lo que tengas que hacer en éste momento — Jean iba a protestar — Harás lo que te ordene o créeme que la marca y el castigo que te hice el primer día quedará pequeño con lo que te haré si Kal no queda satisfecho contigo — lo miró, lleno de seriedad — Recuerda que nuestro trato se puede romper cuando yo desee.— Entiendo — se tragó su orgullo — Haré lo que me pida, señor.— Así me gusta — desarregló el cabello del menor — Nos vemos en unas horas en el estacionamiento...— Me parece perfecto — dijo Kal, colocando su brazo alrededor del cuerpo del human
Jean despertó de golpe en medio su sueño que deseaba volverse en una horrible pesadilla. Miró el techo de la habitación de Kros dándose cuenta de que ya había amanecido y que de seguro era pasado de la hora del desayuno.Se sentó en la cama, buscando su ropa, la cual se colocó lo más rápido que pudo... encontrándose con ese vibrador que Kros había usado con él hace poco menos de unas cuantas horas.El alfa no estaba en la habitación, por lo que supuso que se había levantado temprano... algo que hubiese sido mejor si fuese él quien no estuviese en la habitación. Ni siquiera saliendo de ahí dejó de estar nervioso de que alguien lo viera escabullirse hasta la de los esclavos con esa vestimenta, esperaba que todos los esclavos estén muy ocupados. Entró a las duchas con una toalla y sacó todo la ropa que pudo del armario, en donde metió la ropa que usó.Cuando estuvo presentable y caminó un poco salió de la habitación, tomando una escoba del armario de ute
Jean le decía palabras tranquilizadoras, que poco a poco iban calmando el llanto del humano que parecía una magdalena en apuros por seguir llorando. Ni siquiera podía imaginar lo que Kros hizo para que ese sujeto se desquitara de una manera tan vil con alguien que no podía defenderse.Ni siquiera cuando se puso de pie para buscar una toalla, Luca lo soltó, no podía hacerlo. Se sentía inseguro por lo que había ocurrido y su entrada al menos había dejado de dejar salir sangre. Lo envolvió con una toalla para que se mantuviese caliente.— Les dije que salieran de aquí... que se alejaran — le gruñó, a todos los esclavos que habían estado detrás de la puerta — ¿Qué tanto escucharon?— La puerta... no escuchamos nada — dijo uno de ellos, sintiéndose avergonzado — ¿Hay algo que podamos hacer?— Algo caliente, si van los tres tal vez lo que sea que hagan esté rápido — dijo, para que se perdieran — Deben de hacerlo rápido, antes que los de la otra habit
Kros movió su cuello de un lado a otro mientras dejaba al humano sobre la cama, no le creyó del todo esa historia por la manera en la que había reaccionado. Ese humano sabía cómo hacer que el mundo estuviese en sus manos con sólo un chasquido de dedos.Esa marca que tenía en esa parte de su cuerpo no parecía ser de alguna apuñalada, no. Esa parecía ser otra cosa que desconocía. Salió de la habitación, cerrándola detrás de él y bajó las escaleras de dos en dos, y corrió hacia la habitación en la que estaba Luca.La cerró con seguro, dando grandes zancadas hasta quitarle las sabanas que cubrían su cuerpo.— ¿Qué demonios fue lo hiciste para que Abdel te dejara de esa manera? — lo golpeó en la pierna — Responde.— No le hice nada — quiso volver a tomar la sabana — En verdad no hice nada malo, sólo se enojó...— No me gustan las mentiras, esclavo — pellizcó el puente de su nariz — Y Jean y tú son amigos por algo.— En verdad...