Jean apoyó su cabeza en el asiento del avión, mientras cargaba entre sus brazos a un dormido Owen, Darién había hecho que se desnudara y que se cambiara de ropa porque no podía estar con la asquerosidad que el león le había dado.
Cuando salió de casa, no pensó en lo absoluto en Kros, sólo en su hijo que estaba con vida y era lo único que le importaba. Besó su cabecita y dejó su nariz pegada en su cabello, sintiendo unas enormes ganas de llorar porque lo tenía en sus brazos.
— No vayas a llorar, Jean — Darién se sentó frente a él con un vaso lleno de Whiskey — Al menos podrías agradecerme que lo tienes ahí contigo.
— No lo haré nunca — movió sus brazos para que su hijo siguiera durmiendo — Fuiste la persona que me puso en esta posición.
— Pero lo encontré antes de que lo volvieran un esclavo sexual — se encogió de hombros — Ahora seremos una familia feliz y no podrás hacer nada.
— Escaparé cuando tenga oportunidad de hacerlo — le dio una
12 de diciembre.El día del famoso campamento había llegado, estaba nervioso. En esos días en los que X no me había molestado de forma sexual fueron los mejores para mí. Aunque, me hacía hacerle una que otra cosa en el aula. Estaba feliz porque al fin podría salir de rutina en la que yo mismo había creado. Estaba más que asustado por otra parte, debido a que a lo mejor no podía estar a solas con mis amigos. Mi cabaña era la más apartada de todas, no sabía porque pero después de ver el rostro de X me di cuenta de que todo había sido obra de él y de nadie más.Ese día me había divertido bastante jugando fútbol con los chicos, habíamos ganado pero como siempre alguien no estaba feliz de haber perdido contra el cerebrito de la escuela. Me hizo un punta pie que prácticamente me hace llorar, como siempre X estaba allí para mí y si no era porque X se había metido lo hubiesen votado al igual que el chico...Jean buscó a su hijo con la mirada en el jardín de l
...Me tomó tan fuerte del cabello y me llevó hacia su cuarto de juegos donde estaba la maldita ropa a la cual había aborrecido desde que la había visto. Me sentía tan sucio sin ni siquiera ser tocado, me había ordenado ponerme ropa interior de mujer con unas horribles orejitas de gato.Después me llevó hacia un pequeño bar que tenía en esa casa, justamente por el camino de la habitación que no podía ser tocado con la única diferencia de que teníamos a caminar unos cuantos metros hacia la izquierda.Me subió a una pequeña tarima donde había un tubo que usaban las bailarinas o mejor dicho Strippers. Había puesto una canción mientras vendaba mis ojos. Bailé para él de forma sensual, con esa cola en mi ano dando un toque provocador. Tenía un terrible presentimiento sobre lo que pasaría esa noche. Mi vida cambiaría.Después de que bailé me hizo hacerle un jodido oral, luego paso lo inevitable, me violó en diferentes posiciones, me hizo sangrar a tal punto
Meses más tarde.Jean se levantó de la cama completamente desnudo y con deseos de quedarse en el baño toda la noche por motivos de que sus deseos de orinar estaban sucediendo cada cinco minutos. El sexo con Darién se había vuelto su rutina diaria por lo que las marcas en su cuerpo no lo sorprendieron en lo absoluto.Se lavó las manos en busca de despejar el sueño que tenía, pero sus hijos estaban en su contra y no podía hacer nada más irse a dormir y fingir que todo estaba bien. Para esas horas de la madrugada. Darién lo abrazó en cuanto se subió a la cama y besó su cabello para seguir durmiendo.El tacto de Darién era uno que buscaba ganarse su confianza con cada cosa que hacía, pero no podía estar con alguien que lo violó un sin número de veces y que ni siquiera podía recordar las veces que se sintió desprotegido por culpa de él.Cerró los ojos durmiéndose nuevamente, hasta que Darién despertara y le llevara el desayuno a la cama como había e
— ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó Jean, sin quitar las manos del león de su cuerpo — ¿Alguien te vio?— Te seguí hasta aquí — pegó su cuerpo al del menor, colocando su barbilla en su cabeza — Nadie me vio — fue respondiendo sus preguntas en orden — Entré por la puerta del servicio y de emergencia.— No me has respondido la razón por la cual estas aquí — murmuró, sintiéndose nervioso — Pensé que te habías ido con Abdel.— Me quedé y esperé el momento exacto en el que salieras de tu casa — respondió como si nada — Abdel se fue porque tenía cosas que hacer en Egipto.— ¿Me puedes soltar? — preguntó, cuando las manos de éste se desplazaron hasta su vientre, y las hormonas comenzaron a jugar con él.— No — Kros puso sus manos sobre su vientre hinchado — ¿Cuántos meses tienes?— Según el médico de Darién, tengo seis meses — puso sus manos sobre las de Kros.— ¿Y según tú?— Puedo dar a luz en cualquier momento — confe
Owen caminaba con los pies descalzos por todo el pasillo hasta las habitaciones como si nada. Sus pasos eran silenciosos, pero por lo que tenía en sus manos y como lo movía no parecía ser un chico sano.Los estudiantes estaban en las canchas para verlo jugar en una hora más o menos, pero se había escapado para ir en busca de un niño que siempre se escondía de él cada vez que lo sentía cerca. Era su muñeco favorito, el único muñeco que podía moldear a su manera siempre y cuando éste se dejara usar sin la necesidad de la fuerza bruta.Entró después de mucho forcejeo con la puerta, dándose cuenta de que todo estaba a oscuras, pero el olor del menor estaba por todo el lugar.— Isaac — llamó, cerrando la puerta detrás de él — ¿En dónde estás? — No recibió respuesta alguna — No te haré daño, muñeco. Sólo quiero jugar contigo un ratito.Caminó por la habitación que el chico compartía con otro estudiante por ser de los becados, pero no recibió respuesta al
Era un mundo completamente cambiado, los híbridos estaban dominando el mundo a su uso y antojo y los humanos eran sus esclavos. Cada lugar era diferente, no era para nada comparado a los siglos anteriores en donde los humanos usaban a los híbridos como esclavos.¿Quiénes eran los esclavos? Los humanos, los mismos humanos que decían que los híbridos no eran más que algo sexual. Como cambian los papeles.Jean era ese humano rebelde que no se dejaba de nadie, pasó toda su vida huyendo de los híbridos, hasta que fue encontrado y llevado con alguien importante, quien tratará de dominar a ese humano que parecía ser el emperador y no él.
Jean estaba con las manos atadas detrás de su espalda, sus pies estaban de igual manera, y su boca tenía una mordaza que no lo dejaba ni decir dos palabras. Lo habían capturado por ayudar a un niño humano, sólo por un simple error. Ahora era iba a ser vendido a un hibrido que por ley debía de ser su esclavo.Lo bajaron a la fuerza de la camioneta en la que estaban otros humanos, que tenían más pinta de ser sumisos que él, sólo esperaba que ningún alfa quisiera comprarlo porque no estaba seguro de querer que lo toquen demás.— Camina, humano — un zorro lo empujó hacia el interior — Apesta a muerto.Dijo un insulto a través de la mordaza, pero sólo escuchó la risa por parte de éste. Su ropa fue alejada de su cuerpo, quedando sólo en ropa interior y colocando en la pared junto con los demás. El agua fría fue echada sobre los diez cuerpos que fueron capturados ese día, para quitar cualquier germen que pudiesen tener por pasar tanto tiempo en las calles.<
El silencio que había en esa celda fue suficiente para que Jean se diera cuenta de que había abierto demás de la boca. Ese humano no necesitaba saber lo que no le había contado a nadie desde que tenía veinte años. El otro humano siguió curando su herida hasta que salió en silencio.Él, tomó la sabana y se tapó de pies a cabeza para quitar el frio que estaba sintiendo, odiaba mostrarse débil ante las personas... prácticamente odiaba a todo el mundo por ser débiles. Las horas pasaron, y sólo le habían llevado comida que no había probado por tener el orgullo en lo más alto. Aunque su estómago pidiera comida, no cedería, eso jamás.Se puso de pie con algo de dificultad y tomó el agua que le habían llevado, y la comida la lanzó por el mismo hueco por el cual la había entrado. Subió nuevamente en la cama y terminó por perder el conocimiento.Kros veía como el humano se movía por la habitación, con lo que le dijo no estaba seguro de si podía dominar a algu