Inconformidad:

Umara palideció.

—¿Cassandra?

—Sí. El día antes de que desaparecieras, Cítiê bajó a los calabozos por pedido tuyo y constató que Cassandra estaba realmente enferma. Hizo venir a los médicos imperiales y ellos dieron con la causa de la gran debilidad que ella sufría. Estaba embarazada, de Emir obviamente. Hacía años que yo no la tocaba.

Alessios cruzó sus brazos sobre su pecho, mirándola con fijeza.

—Esa noche no fui a nuestros aposentos porque mi primera intensión al descubrir lo que ocurría fue sentenciar a muerte a Cassandra y terminar con todo, eliminando al bastardo antes de que naciera. Pero las Lunas lograron persuadirme, estuvieron convenciéndome por horas, hasta que finalmente accedí a dejarlos vivir.

Umara mojó sus labios resecos.

—Entre todas criaron al niño. A todas las llama madre y las respeta enormemente. Así que, como ves, tus miedos son infundados. Nuestra hija y él no son hermanos.

—¿Qué fue de Cassandra?- musitó Umara, respirando aliviada ante la noticia.

—Murió dand
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