Encadenada a una pared, no había mucho que Alessia pudiese hacer. Le habían dado un palo con forma de espada y entrenaba con las principiantes, pero no protestó. A pesar de todo era bueno comenzar desde abajo, porque así podía medir las fuerzas y debilidades de sus compañeras, después de todo, había pasado de la sartén al fuego. O más bien, del invierno eterno al infierno congelado porque se vea obligada a dormía en una celda junto con otras cincuenta mujeres, prácticamente a la intemperie. *** Karman: Me arrepentí de enviarla al círculo en cuanto di la orden. En vez de obedecer la sugerencia de mi madre debí meditar las cosas con mayor calma y pensar en otro castigo para ella. La forastera desentona entre mis guerreras, no porque no tengo habilidad, sino porque simplemente no pertenece al montón. ¡Maldita sea! Cada vez que vengo a supervisar los entrenamientos se me aprieta el pecho. Comenzó desde abajo, entrenado con las principiantes, pero en cuestión de semanas se ha mov
La furia de Karman no conocía límites. La impertinente mujer había rechazado públicamente lo que le correspondía por derecho. Era una situación sin presentes, era inaudito y era una ofensa que no podía quedar impune. Cinco de sus guardias la condujeron a su tienda y la encadenaron a su cama, durante todo el proceso, la fuera pateó, mordió y arañó como toda una condenada, sin embargo, ahora estaba encogida, abrazando sus rodillas con los brazos y mirándome con los ojos de oro cargados de odio. —Has vencido, forastera. Es tu derecho y tu privilegio complacerme por el transcurso del presente mes. —¡Antes prefiero estar muerta!-Bramó ella, mostrándome los dientes. —No lo dices en serio, y lo sabes. Tuviste la oportunidad de acabar con todo y rendirte ante Xenia pero no lo hiciste, triunfaste. Y eso, te convierte en mi hembra. Con cuidado y sigilo, Karman se acercó a ella, pero ella le escupió. Una risa siniestra salió del pecho del Voor. Llevaba demasiado tiempo deseando a aquella
Karman:He mandado a traer vestidos para ella, y zapatos de piel de conejo para proteger sus delicados pies. Y abrigos de pieles de oso para protegerla del frío, y la mantengo a mi lado en mi cama, desnuda y sudorosa, siendo presa de todos mis deseos.Es mía.Mi Voor aletea de jubilo.No importa si es una forastera, no importa si es una mentirosa, no importa si era una espía, porque mi magia es fuerte y desde que perforé su piel con mis colmillos y lamí su herida me pertenece en cuerpo y alma.La contemplo dormir, sonrojada por mis manos y satisfecha de mi pasión y comprendo que aunque estuve casado y sí amé a Mare, esto que siento por ella no tiene comparación.***—¡No es justo mi Señora!– sollozó Xenia, en brazos de la mujer que le brindaba consuelo.-¡ he dedicado mi vida a entrenar, he ofrecido mi alma a nuestro señor, y sin embargo él ha favorecido y se ha unido con esa sucia ramera!—Calma, tranquila Xenia.—¿Que me calme? ¡¿Cómo puedo calmarme cuando el hombre que amo yace en l
Alessia:Ahora gozo de cierto prestigio entre su gente.Las mujeres se acercan a la tiendan y se ofrecen a servirme. Trenzan mis cabellos, me preparan el baño, alistan mis vestiduras y me hacen compañía en lo que él no está.He aprovechado mi nuevo estatus, para hacer cambios de poco a poco en la vida de Kyla.Me aseguré de cambiar sus harapos por ropas mejores, ordené que el sanador atendiese a su tía, y cuando Karman sale de casa con sus hombres recibo a la niña en nuestra tienda.—¿Recuerdas a tu madre?- la interrogó por señas.“ No.” Me responde.Y mi corazón se contrae en un doloroso puño, porque no podría imaginarme una vida más desdichada que la que lleva esta pequeña.***A pesar de que soy su mujer en todos los sentidos, Karman no me libera de la cadena.Sé que disfruta de mis atenciones.Adora mis masajes y que me meta en la tina con él a disfrutar juntos del baño. Sin embargo, no confía en mí del todo. Es por eso que no me deja en libertad.Estamos en su cama, desnudos y ja
Alessia:Según las tradiciones de los pueblos Voleer, más conocidos como los rebeldes del Este, soy la esposa de su líder.Contemplo mi reflejo en un espejo bastante viejo y roto, ponderando los caprichos del destino. Es completamente irónico, que me enfrenté en combate con Assian e incluso huí, para evitar mi matrimonio con él y ahora soy la mujer de otro hombre.Han pasado tres meses desde que me marcó, y a pesar de ello, Karman aún me mantiene encadenada.La marcha hacia Tarmén es lenta y angustiosa, porque los terrenos por los que nos movemos son irregulares y áridos. Y además, porque el campamento está lleno de mujeres, niños y ancianos que dificultan el progreso con rapidez.Temo y anhelo a partes iguales nuestra llegada a las cercanías a la capital.Sé que Karman tiene muy escasas posibilidades de triunfo porque aún siendo un inmenso y portentoso Draggar, y contando con este basto ejército, no es rival para las lunas del imperio…y mucho menos para mi madre.—Oh, por Anubis. Yo
Alessia:Un mes después de la extraña visita de aquella mujer egipcia, me encontraba sentada con Kyla en la entrada de mi tienda, cuando lo vi venir.Se me tambaleó el corazón y me temblaron las piernas.Su cabellera plateada resaltaba por debajo de la capucha y manto que vestía, llegó hasta mí, y yo jadeé.—Kyla, cariño. Ve con tu tía. Nos vemos mañana.- le dije a la niña y ella corrió de regreso, obediente mente.Recorrí con la mirada el contorno del recién llegado, y él dejó caer su capucha, mostrándome su rostro.—Assian.- susurré.- ¿ Cómo llegaste hasta aquí?—Partí en cuanto la egipcia nos dio noticias tuyas, sin embargo me ha tomado el doble del tiempo que creí llegar hasta aquí . Veo que es cierto lo que nos contó y eres prisionera de nuestro enemigo, pero…¿es cierto que también eres su esposa?Una terrible resequedad se apoderó de mi garganta. Assian estaba notablemente enojado.Miré rápidamente los alrededores, y no había nadie cerca, solo el ciego que se sentaba a mendigar
Kyla: Solo porque no puedo hablar, la gente cree que soy tonta. Pero no lo soy. Este lugar que nos rodea es peligroso y en las sombras pululan toda clase de seres a la espera. Desde muy pequeña, he sido capaz de sentir estas cosas. Es por eso que en el campamento muchos me temen y ni siquiera saben por qué. Recuerdo, que hubo un tiempo en que mi tía insistió en traer sanadores para que me examinaran, con la esperanza de que alguno de ellos pudiese ayudarme a recuperar el habla. Todos los días los sanadores venían a visitarme , conversaban con mi tía y movían la cabeza desalentadoramente. Oh, cuánto odiaba a los sanadores , siempre hacían llorar a mi tía y odiaba a los otros niños, era más el tiempo que pasaba oculta para que no me agredieran que tranquila en mi propia tienda. También odiaba mi pequeña y estrecha tienda, no tenía casi espacio para jugar ni lugar donde poner las piedras coloridas que coleccionaba y sobre todo odiaba a la señora del velo, siempre que esa mujer
El milagroso cambio en el bosque que nos rodea es motivo de gran júbilo entre los Voleer.Kyla viene a mí con flores todos los días y se queda hasta tarde.A veces insisto en que se quede a dormir conmigo y en esas ocasiones, le cuento cuentos que se me ocurren, siempre haciendo sombras con mis manos para que comprenda.“Desde pequeña, Yulia siempre había oído decir de los viejos de su aldea, que la persona que encontrara un extremo del arcoíris y lograra llegar al otro antes de que éste desapareciera, podría desenterrar una botija llena de monedas de oro.Y la leyenda era tan cautivadora, que Yulia se esforzó miles de veces por comprobar su veracidad mientras fue una adolescente.No fue hasta que tuvo veinte años, y una yegua fuerte, que la muchacha logró alcanzar el segundo extremo de un arcoíris que había aparecido justo detrás de su casa luego de un aguacero ligero, una tarde de mayo.Ella iba preparada, por supuesto, con una pala para hacer más fácil la excavación. Estaba emocio