Añoranza:

Una semana antes del regreso de Umara a la capital:

—Algo le sucede al cachorro.- comentó Zai, bebiendo de su té favorito.

—¿A qué te refieres?- preguntó Burya, masticando un pastel.

—¿No lo han notado? Desde que regresó de su última correría se la pasa melancólico, y distraído.

—Ahora que lo mencionas, sí… me ha extrañado grandemente que desde hace casi un mes no se escapa a dar sus paseos por el reino. Y sí, se le ve…no sé, ¿triste?

Cítiê escuchaba la conversación de las demás mujeres del concejo con atención. Ella también había notado que Assian llevaba un tiempo comportándose extraño. Había pensado que tal vez las constantes reprimendas de su padre habían terminado por hacer mella en su espíritu juvenil y despreocupado, sin embargo, ahora creía que la aflicción que se había apoderado de su hijo se debía a otra cosa.

—Nuestro cachorro está enamorado.- comentó, y las demás la miraron con espanto.

—¿Cómo lo sabes? ¿ La has visto?¿ Quién…?- balbuceó Burya.

Cítiê sonrió, bebiendo de su
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