- ¿Presidente, me está escuchando lo que le estoy reportando del nuevo proyecto?- me pregunta la secretaria Monroe, sacándome de mis pensamientos
- Déjeme los documentos aquí y yo los reviso después- le digo pasando mi mano por el entrecejo con pesadez. Admito que he estado un poco entretenido y también saturado de trabajo. Ella hace lo que le pido y sale de la oficina.
Me recuesto en mi cómoda silla de cuero negra de oficina y la giro para quedar frente al cristal del piso al techo, que da a unas impresionantes vistas de Manhattan.
Desde el día que llevaron el cuadro, muy bien empaquetado y protegido, a mi departamento, enseguida pedí que lo colocaran en mi oficina privada. Afortunadamente, la Srta. Monroe no estaba en mi casa a esa hora de la noche.
Una vez fijado a la pared y que los técnicos se fueron. Me dispuse a ver con detenimiento, por lo que había pagado una sustanciosa cifra de dinero.
Al ampliar tanto la fotografía, todos los detalles que antes no eran tan visibles, ahora salían a la luz.
No es que sea particularmente adicto a las pelirrojas, pero tengo que admitir que el contraste de la cremosa y blanca piel, con el encendido y ondeado pelo rojo, además de ese detalle, de mostrarte hasta el límite, pero nunca llegar a ver todo el paisaje totalmente, le daba mucha morbosidad y misterio al asunto.
- Hola Williams, ¿cómo has estado?- agarro el móvil y marco el número personal de mi amigo.
- Todo bien, ¿qué sucede que me estás llamando así de repente?- me pregunta y lo escucho tecleando, así que debe estar en la compañía de su familia- ¿en qué puedo ayudar al heredero de la familia Kingsley?
- Te llamo, porque recuerdo que entre las ideas que tenías en mente, una de ellas era que las personas que solicitaban las fotografías, podían estar presentes en la sesión de fotos e incluso, hacer demandas en ese momento, por supuesto que no se saliera de lo establecido en el contrato y que los modelos dieran su consentimiento- le recuerdo ese punto que me pareció muy importantes en los futuros planes de desarrollo, pero que aún no se había implementado.
- Si a mí también me parece muy interesante, pero la verdad es que no he encontrado aún a nadie, para hacer el experimento- me dice- incluso se preparó el cuarto especial para que el cliente viera la sesión con total privacidad, solo faltaría ver si es factible.
- Creo que va a gustar mucho esa idea- le digo pensando en esa experiencia- me ofrezco como conejillo de indias, ¿qué te parece?
- ¿Tu compañía tiene tan poco trabajo, que te veo aburrido?- me pregunta burlón.
- Bueno, digamos que sí estoy aburrido y quiero desestresarme con algo, además qué mejor que el futuro jefe para probar la rentabilidad de los servicios que ofrece mi empresa- le respondo entretenido mirando el infernal tráfico en las calles.
- ¿Tu empresa?, hasta donde yo sabía aún te lo estabas pensando- agrega sin dejar de trabajar en el teclado ni por un segundo.
- Bueno, para qué fingir más y jugar a hacerme el duro, si ambos sabemos que me hiciste la cama porque sabías que iba a caer completo en tu trampa- le digo con burla- Dile a tu secretario que me envíe el contrato directo a mi correo electrónico, lo reviso y lo firmo.
- Está bien- me dice y luego agrega- Ya que quieres experimentar de primera mano, ponte en contacto con la subdirectora del estudio para que veas todos los detalles de confidencialidad y demás, porque supongo que no queras que todos sepan que andas por ahí de mirón en una sesión de fotos para adultos- agrega divertido.
- Bueno, no será lo más terrible que he hecho en la vida, pero la verdad es que no quiero que mi abuela siga dándome sermones todo el día- le digo por qué lo menos que quiero es tener a la Sra. Elba de nuevo tocándome los limones y sacando a relucir toda la gloria familiar.
- Bien, te puedo asegurar que la subdirectora, es de mi entera confianza, te va a asesorar en todo y programará la sesión de fotos, no te pongas creativo en tus pedidos, por favor – me pide bromeando, ni que yo fuera un depredador sexual - ya cuando termines, me cuentas como fue la experiencia y si crees que va a resultar atractiva para los demás clientes.
- Claro, por supuesto- le respondo y ya tengo en mi mente a la modelo que quiero ver posando para las fotos. Necesito desestresarme de tanto trabajo y qué mejor que ver algo atractivo y agradable a la vista, era hora de refrescar mi visión y ver a la pelirroja con otros estilos.
Finalmente, llegó el día que me pude liberar de tanto trabajo. Cuando llamé a la subdirectora, ya Williams le había comentado del asunto y la importancia de mantener mi total anonimato, al igual que tendría que mantenerse, el de los próximos interesados en esta inusual experiencia. Me pasaron a una discreta y pequeña habitación con una decoración donde predominaba el rojo burdeos, dándole un ambiente íntimo y hasta romántico, diría yo. Un mueble de cuero negro muy cómodo, con una mesita baja, rectangular, de madera oscura delante, donde habían preparado una pitillera de los cigarrillos que me gustaban, una botella de whisky Jamenson, con su vaso de cristal, para ser consumida en cualquier momento y hasta ahora la preparación meticulosa me parecía muy acogedora. Supongo que por eso, en el cuestionario que te hacen antes, preguntan sobre tus gustos personales. Este Williams lo tiene todo fríamente calculado. Después de sentarme cómodamente, abriendo la chaqueta de mi traje ejecutivo
Efectivamente, al poco rato se reanudó mi visión. La fotógrafa caminó a un lado de la cama, hablando con la pelirroja y esta asentía.Estaba sentada casi al borde de la cama, de espaldas a mí y entendí el porqué. La parte de arriba de su outfit había desaparecido y solo la tanga y las medias, con tacones, permanecían.Su hermoso y ondeado cabello rojo cubría su blanca espalda hasta la mitad y dejaba al descubierto esa estrecha y sexy cintura, muy manejable y perfecta para agarrar con las dos manos, mientras penetraba dentro de su cuerpo.¡Ejem!, mis pensamientos ya estaban vagando por sitios que no deberían, así que tomé otro sorbo de Jameson y me aclaré la mente, creo que llevaba un tiempo sin desahogarme y eso era lo que estaba jugando en mi contra.La fotógrafa tomó su posición sin tapar mi vista y la modelo se acostó en la cama boca arriba, con las piernas flexionadas en forma de M y abiertas hacia el cabecero, pero la vista que daba hacia mí era la de su rostro sensual cubierto p
Conversamos de tonterías Héctor y yo, porque como siempre, Jhon estaba en mute y de vez en cuando miraba hacia la pista de baile a través del humo del cigarrillo. - Oye Alan, en la mesa de allí, hay unas chicas que no nos quitan el ojo de arriba- me dijo el rubio señalando con la cabeza, hacia la mesa que estaba en una esquina del segundo piso, en diagonal a nosotros. En la mesa, como efectivamente él me había dicho, había varias chicas jóvenes vestidas provocativamente mirando descaradamente hacia nosotros. Y precisamente esa fue una de las razones por las que vine a este bar en específico. Era como una ley no hablada, que aquí asistían muchas mujeres en busca de pescar a los solteros ricos que venían a divertirse. Todos sabían lo que querían, ellas buscar oportunidades de ascender ligando a un milloneta y los hombres con dinero, pagar por diversión de una noche. Aunque también hubo sus excepciones locas y algunos encontraban al amor de su vida en sitios como este. Para mí eso e
Llegamos rápidamente a un hotel cerca, muy discreto, porque no quería que al otro día saliera una de mis fotos en alguna revista sensacionalista, como me había pasado en otras ocasiones, si no tendría a mi abuela sobre mi cuello al momento.Saqué una habitación y subimos por el elevador hasta el tercer piso. Por suerte, esta chica no era de las que le gustaba el exhibicionismo en público, porque una vez salí con una que casi me come en el elevador antes de llegar al cuarto y la verdad es que eso en vez de excitarme, lo que me cortaba las ganas.Soy de los que prefiere la intimidad para hacer mis cosas, a menos que sea una persona que me guste demasiado y me vuelva totalmente loco, pero aún no he encontrado a esa mujer y obviamente, no sería la chica que estaba a mi lado ahora mismo.Al llegar a la acogedora habitación para parejas, de este hotel 4 estrellas que no estaba nada mal, le pregunté si prefería bañarse primero o de segunda, como ella quisiera, me dijo que ella iba primero y
Dormí inquieto toda la noche y ni siquiera necesité de mi despertador personal, la secretaria Monroe, para levantarme al otro día.Pero me esperan demasiados asuntos importantes y compromisos laborales que atender, para estar pensando constantemente en tonterías, como un adolescente enamorado.Bajé del departamento, con mi pelo cuidadosamente peinado, el traje ejecutivo gris echo a la medida de mi cuerpo, ceñido y cómodo y actitud de jefe empresario responsable.El chofer, al verme llegar, me abre la puerta trasera del auto y ya la secretaria Monroe me espera adentro, con mi café americano recién salido del Starbucks, todo es sumamente perfecto.Escucho todos los planes que hay para hoy en la agenda y entre ellos, al finalizar de la tarde, tengo programada una cita a ciegas que mi abuela concertó para mí y que, después de tanto chantaje emocional de su parte, me vi obligado a aceptar.- ¿Secretaria Monroe, no quiere ser mi falsa novia por un tiempo, a ver si me quito de arriba por fin
Entonces aquí estoy en este chic restaurante, ambientando con un estilo acogedor y retro. Sentado en una mesa, bebiendo mi trago y mirando el menú, para irme haciendo una idea de qué iba a pedir, en realidad no había comido mucho en el almuerzo y esperaba que la compañía de hoy fuera más agradable que la de la última vez.Mi abuela siempre enviaba su información básica y hasta fotos, pero la verdad es que casi nunca lo miraba, creo que prefería el suspenso, porque si de solo mirar la foto ya no era de mi agrado, entonces estaría mucho más predispuesto a venir.- ¿Es usted el Sr. Kingsley?- escucho de repente una voz femenina que me dice, levanto la vista del menú y me topo de frente con una chica muy estilizada, puedo decir que hermosa y llamativa, y sobre todo como un reluciente cabello pelirrojo rizado que le cae hasta la mitad de la espalda y que lleva suelto- Si soy yo, ¿la señorita Evans?- afirmo y luego le pregunto, mientras me levanto del asiento como el caballero que soy.- Sí
Y por supuesto, aquí estoy de nuevo.Sentado en el mismo sofá, de la misma salita, con poca iluminación y el espejo de pared entera delante, que daba a las vistas de una pelirroja, con un sexy body negro de encajes, para nada encubridor, medias negras que cubrían hasta la mitad de sus muslos, sus característicos tacones rojos extra altos y ese pelo encendido tan llamativo.Por mucho que me quise resistir, terminé inevitablemente aquí de nuevo, pidiendo otra sesión de fotos con ella, de hecho, tengo entendido que había sido su único cliente porque esta chica hace muy pocas sesiones de fotos.Lo cual me pareció muy bien, incluso estaba pensando en pagar la exclusividad para mí solo.No sé qué le ocurría a mi cerebro, pero solo de imaginar que otro hombre podría estar igual que yo, así de duro con solo mirarla posando, me vuelve extremadamente violento y molesto.Como siempre, había imitado varias poses sensuales para mí, sentada con las piernas abiertas totalmente y juro que, a pesar de
- En serio estoy al creer que a tu empresa le está yendo demasiado bien o estás a punto de venderla y por eso no estás tan libre últimamente- fue el recibimiento de Williams, al verme entrar por la puerta de su oficina, luego de ser anunciado por la secretaria. Esta sí es su oficina principal en la empresa de su familia, donde está casi siempre trabajando.- Gracias, amigo mío, yo también estoy muy feliz de verte- le digo sarcásticamente desabrochando el último botón de la chaqueta del traje ejecutivo negro, para sentarme con más comodidad en uno de los sillones que están frente a su escritorio de acero blanco y un grueso cristal como superficie.- ¿Qué te trae a mi humilde empresa?- dice finalmente sonriendo y dejando de mirar los datos en su computador.- No puedo venir a ver a mi mejor amigo a ver como está- le digo burlón.- ¿En serio, no puedes inventarte algo más convincente?- me dice alzando una ceja y ya dejo de hacerme el listillo y voy a lo que vine, aunque últimamente no lo