Capitulo525
Por un lado, tenía miedo de morir; por otro, me sentía terriblemente incómodo.

Tener a semejante belleza debajo de mí y no poder hacer nada era peor que una inimaginable tortura.

Pero Viviana no tenía intención alguna de soltarme.

Me sujetó con más fuerza de la cintura y dijo con una sonrisa provocadora:

—Ayer me dejaste dormir en tus brazos, ¿por qué no te quejaste entonces?

—Eso fue diferente.

—¿Y qué tenía de diferente? ¿Acaso anoche no hubo contacto físico?

Yo sentía que sí era distinto, pero no tenía argumentos en ese momento para convencerla.

Al final, no me quedó más opción que ceder.

—Está bien, haré lo que dices, pero con una condición: no puedes pedirme nada más después de esto.

Esta vez, no podía permitirme caer en su travieso juego.

No podía darle margen para seguir tomándome el pelo.

—Y te advierto que, si no cumples tu palabra, no volveré a atenderte.

Viviana me miró fijamente por unos segundos.

Y entonces, sonrió satisfecha.

—De acuerdo, lo prometo. Esta vez no voy a ret
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP