Esa noche no pude dormir pensando en lo que había pasado con mi padre, no entiendo porque insistía en que algo no iba bien en mi relación con Massimo. Será que al verme pudo adivinar que me siento atormentada, y las segundas intenciones de Massimo al tenerme a su lado. Di vueltas de un lado a otro de la cama, además de los problemas con mi padre, deseaba saber de Franco, me gustaría que entendiera que lo amo como a un hermano y que esto también lo aceptara Massimo. Por la mañana, mi padre volvió a la villa, aunque los guardias lo dejaron pasar, mi padre debió convencerlos primero de que en realidad era mi padre para que lo dejaran entrar. No había dormido mucho, mi mente estaba llena de pensamientos y preocupaciones, tratando de encontrar respuestas a todo lo que estaba sucediendo. Al despertar, encontré a mi padre esperándome en la sala, parecía más calmado esta vez. —¡Buenos días, hija! Sé que anoche fue difícil para ti, pero necesitaba verte esta mañana, necesito que tomes un
Por la mañana, aún daba vueltas en mi cabeza el problema con mi padre, Massimo decía que no parecía estar muy cuerdo, y sentía desconfianza. Temía que logrará convencerme de abandonarlo y evitar que le entregara a mi hijo, así que estaba decidido a actuar de inmediato para impedirlo. El ama de llaves subió para avisar que Massimo me esperaba para desayunar, terminaba de bañarme cuando escuché que llamaban a la puerta. Pedí que me esperaran un momento mientras me apresuraba a vestirme, poco después, abrí la puerta, —¿Sí? —Buenos días, señorita, el señor la espera para tomar el desayuno juntos. —Dígale que bajo enseguida —sonreí al pensar que Massimo quería mi compañía. Ese día, sentí la necesidad de verme bonita, así que cambié mi atuendo por un amplio vestido con motivos de flores, era largo hasta el tobillo, con mangas un poco abultadas a la altura de los hombros y un discreto escote al frente. Peiné mi cabello dejándolo suelto, con ligeras ondas, al pararme frente al espe
Massimo había salido hacia la oficina muy temprano esa mañana, después de una noche de pensamientos tumultuosos sobre mi relación con él, reconocí que lo que sentía por mí era una mezcla extraña de amor y odio, y por más que intentara mentalizarme, sabía que él pensaba en cumplir con lo estipulado en el contrato después del embarazo. Después de despertarme, ansiosa por ver la reacción de Massimo al probar los postres que preparé con cariño, me dirigí a la cocina, el tiempo se me hacía largo, y quería que volviera a la villa pronto, aspire el aroma fresco del jardín antes de bajar a desayunar, una rutina diaria en la enorme cocina, donde prefería la compañía de la ama de llaves. Me esmeré en decorar la mesa bellamente con algunas flores, no pude evitar sonreír todo ese tiempo, pensando en su reacción cuando probará aquellos postres, quería que notará que me esforzaba por agradarle. El ama de llaves parecía haberse contagiado con mi alegría, pero es que la pobre mujer no tenía ni con
Al entrar al gran salón, se volvieron hacia nosotros las miradas de todos los presentes, aun lado de la entrada, pude ver que se encontraba Jane parada junto a su padre. Estaba vestida elegantemente, el vestido azul oscuro que llevaba la hacía lucir radiante, pero se llenó de oscuridad al verme. Su rostro se desencajó al vernos, al igual que el de su padre, por instinto solté el brazo de Massimo, él volteó a verme, después a Jane y volvió a tomarlo con firmeza, como para hacerme ver que no le había agradado que lo soltara. —Permanece a mi lado —me dijo como siempre, ordenando. Seguimos caminando, pasamos al lado de Jane y su padre, Massimo los ignoró completamente, vi como esa mujer caminaba hacia nosotros con la furia reflejada en su rostro, pude adivinar su intención, Alonzzo se acercó a ella tomándola por el brazo. Jane se dio la vuelta y empezó a hablar con algunas personas que ahí estaban, Massimo sonreía mientras saludaba a sus socios, yo permanecía callada a su lado. —¿Y e
Durante el viaje hacia la villa, lloré desconsolada, apreté los puños, tratando de contenerme, pero una extraña sensación en mi pecho me molestaba, Massimo me ofreció un pañuelo y lo acepté, pero no lograba calmarme. Faltaban aún varios minutos hasta llegar a la villa, y yo estaba agotada de tanto llorar, finalmente, apoyé mi cabeza en el hombro de Massimo, intentando no quedarme dormida. A pesar de su actitud dura y su sed de venganza, creo que sintió compasión por mí, instintivamente, me rodeó con su brazo, me agradaba esa sensación, parecía que la soledad que siempre me acompañaba se calmaba, y el vacío que amenazaba con devorarme desapareció al sentir su calor a mi lado. Llegamos a la villa,sentía un terrible sueño que me restaba fuerza. Massimo, con cuidado, me llevó en brazos hasta mi habitación, al hacerlo, tal vez se dio cuenta de que también cargaba a su hijo, me dio esa sensación, porque lo hizo con precaución. Subió las escaleras lentamente, observando mi rostro descans
Estaba nerviosa, Massimo parecía preocupado y el médico le advirtió que cualquier cosa que me alterara podía afectar a nuestro bebé, después de la fiesta, ya había tenido suficiente. Ya era tarde, mi bebé por lo visto tenía hambre porque no dejaba de moverse, así que me apresure para darme un baño y bajar a desayunar, mientras me bañaba, me pareció escuchar que alguien abría la puerta de la habitación. Quizás había sido mi imaginación, así que después de vestirme, bajé, el ama de llaves se encontraba en la cocina en ese momento, me dio la impresión de que se encontraba nerviosa por algo. —Buen día —saludé alegremente. —Buen día —contestó, sentí que evitaba mi mirada, tal vez por el hambre estaba alucinando. —Mi bebé se ha despertado con un hambre terrible, no ha parado de moverse, así que voy a preparar unos deliciosos waffles —dije sonriendo. —Espera, solo siéntate, te preparare un desayuno especial, te va a encantar —le había pedido el día anterior que no me llamara de usted,
Por la mañana, Massimo, el maestro de la seriedad y el mal genio, sorprendentemente dejó de lado su agenda de "acosar a Emilie" para convertirse en el chef de la cabaña. Aquel hombre de negocios sin tiempo para tonterías se encontraba de repente con un delantal, tratando de impresionarme con sus habilidades culinarias. —¿Chef Massimo? ¿Desde cuándo cocinas? —bromeé, mirando su intento de hacer huevos revueltos. ¡Pero sorprendentemente, no estaban tan mal! El aroma era delicioso. Él, aunque visiblemente incómodo, sonrió y respondió, sin parar lo que estaba haciendo. —Bueno, parece que tengo algunos trucos bajo la manga, no solo sé cómo manejar negocios, sino también sartenes. Dijo mientras movía la sartén frente a él magistralmente. La ironía de la situación no pasó desapercibida, y mientras disfrutábamos de un desayuno que no sabía si calificar como gourmet o "interesante", sentí una extraña conexión, nunca pensé que vería a Massimo haciendo algo tan ordinario como cocinar. De
En el camino de regreso, decidí tratar de suavizar las cosas con Massimo, comencé a compartir detalles de mi vida, buscando establecer algún tipo de conexión, pero él mantenía su gesto impasible. Le conté sobre la vez que mi madre me abandonó y cómo mi padre hizo todo lo posible por cuidarme, a pesar de nuestras limitaciones económicas, de cierta manera quería que entendiera que mi padre no era tan malo como parecía. No quería estar lejos de mi padre que era mi única familia, y el problema entre él y Massimo parecía no tener solución porque ninguno de los dos cedía. Mi padre con su necedad de no decir que era lo que realmente sucedía, y el padre de mi hijo decidido a no permitir que me alejara de su lado, le había entregado un gran poder sobre mí al firmar ese contrato. Massimo suspiró profundamente al escuchar mis palabras, y aunque noté que estaba pensativo, decidí continuar, sin embargo, cuando finalmente habló, sus palabras fueron como un aguijón. —Lo siento, Emilie, realmente