Capítulo123
— Amanda lloró un buen rato, hasta que, agotada, finalmente se calmó.

— Lo siento… lo siento mucho, he ensuciado tu camisa.

— Su llanto había empapado la camisa de Jorge, dejando una gran mancha húmeda.

— No te preocupes, es mejor que hayas llorado y liberado de eso. Todo ha quedado atrás.

Jorge le limpió el rostro suavemente, como si fuera una pequeña, pero con la cara llena de lágrimas y maquillaje corrido.

— ¿Tienes hambre? Voy a prepararte algo de comer.

Jorge estaba a punto de irse cuando su celular vibro. Era una videollamada de su abuelo.

— No quiero verte a ti, quiero ver a mi nieta.

Apenas contestó, el abuelo de Jorge hizo un gesto de desdén, como si no quisiera ni mirarlo.

Jorge, resignado, giró la cámara hacia Amanda.

— Hola abue.

Amanda lo saludó dulcemente.

Al ver los ojos enrojecidos de Amanda, el anciano se preocupó de inmediato.

— Amanda, ¿ese mocoso te ha hecho llorar? ¿Por qué estás así, con los ojos hinchados?

— No, no, me lastime el pie un poco hace un rato. No tien
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