Catalina estaba tumbada en la cama, abrazando su peluche, con lágrimas en las mejillas, luciendo realmente desdichada.—¿Quién dice eso? Tu hermano te sigue queriendo igual que antes. Y ahora tienes a otra persona que también puede quererte y cuidarte. ¿No te parece bien?—¡No quiero que ella me quiera! No me gusta. Hermanito, ¿puedes cambiar de cuñada, por favor? La pretendiente que nuestros padres eligieron para ti es perfecta. A mí me encanta. Es elegante, culta y encajaría contigo a la perfección.—Pero a esta cuñada la quiero yo —dijo Jorge, palabra por palabra, con firmeza.Al escucharlo, Catalina se quedó paralizada, con las lágrimas en las pestañas, sin siquiera parpadear, mirando a su hermano sin poder creerlo. Conocía demasiado bien a Jorge. Cuando él decía que le gustaba alguien, lo decía en serio, y no cambiaría de opinión fácilmente.Jorge era una persona muy obstinada y leal, y cuando se enamoraba, podía guardarlo en su corazón por muchos años.—¿Por… por qué ella? ¿Qué h
La intensidad de la mirada de Lucas fue demasiado para Amanda, y no supo cómo reaccionar. Bajó la cabeza y tomó un sorbo de café, evitando su contacto visual.—Amanda, no deberías destruirte solo para vengarte de mí. Sé que te lastimé profundamente, y si no hubiera conocido a Viviana, te habría elegido a ti. Pero, por desgracia... —Lucas hizo una pausa. —Retrocede. Si necesitas dinero, solo dímelo, te ayudaré.—No es como tú piensas con Jorge —respondió Amanda, manteniéndose calmada.—¿Entonces cómo es? Jorge ya está casado, y siempre has despreciado a quienes se convierten en amantes. No puedes dejar ir lo que teníamos, y te estás rebajando al ser la amante de Jorge. —Lucas parecía genuinamente confundido.—Habla con tu amigo. Si no hay nada más, me voy. —dijo Amanda, cansada de la conversación, dándose la vuelta para irse.Pero Lucas la llamó de nuevo antes de que pudiera salir.—Si vas a ser amante de alguien, mejor sé la mía.Amanda se detuvo bruscamente, girando con incredulidad p
Amanda no dudó ni un segundo en transferir el dinero a Viviana. No pasó mucho tiempo antes de que Viviana la llamara, con un tono evidentemente molesto.—¿Qué significa todo esto? ¿Por qué me envías tanto dinero?—Ese dinero me lo dio Lucas, pensando que podría necesitarlo. Me dijo que lo gastara a mi gusto y que, si necesitaba más, se lo pidiera. Pero no lo quiero, y como él no lo quiere de vuelta, pensé que sería mejor dártelo a ti. Después de todo, ustedes dos son una familia.—¿Lucas te dio dinero? ¿Cómo es eso posible? —Viviana no podía creerlo.—Créelo o no, no me importa. —respondió Amanda con calma, antes de colgar.Luego le envió un mensaje a Lucas.—No voy a aceptar tu dinero. Nuestra historia ya terminó, y no tienes por qué gastar en mí. Le di todo el dinero de vuelta a Viviana.Lucas, frustrado por cómo Amanda seguía rechazando su ayuda, respondió con un mensaje furioso.—Amanda, ¿por qué eres tan testaruda? Ya te he ofrecido todo tipo de ayuda, y sigues sin aceptar. ¿No pu
Jorge apretó suavemente la cintura de Amanda mientras su lengua lamia delicadamente sobre su piel cálida y suave. Los labios de Amanda lo succionaban ligeramente, como si estuviera dejando varios pequeños rastros de su pasión en su cuello.—¿Ya no es suficiente? —preguntó Amanda con el rostro ruborizado.—Sí, es suficiente para cumplir el propósito. —contestó Jorge.—Si ya no necesitas nada más, me voy. Más tarde puedes probar el traje para ver si te queda bien. Si es necesario, lo ajusto… —dijo Amanda mientras intentaba separarse de él.Sin embargo, Jorge no la soltó.—¿Qué estás haciendo ahora? —preguntó Amanda, sorprendida.—Devolver el favor.—¿Devolver el favor? ¡Si fuiste tú quien empezó…!Antes de que pudiera terminar, Jorge se inclinó, apartó un poco su blusa y comenzó a besar su cuello. A medida que descendía con sus besos, su respiración se hacía más profunda, casi disfrutando cada momento. No fue demasiado lejos, pero el gesto fue increíblemente íntimo. Justo en la parte sup
Amanda pensaba que era solo un acto de rebeldía de Jorge hacia sus padres, más sin embargo luego, al ver la noticia de que las acciones del grupo Toledano se disparaban, se dio cuenta de que Jorge era un empresario en todo el rigor de la regla.Jorge admitió abiertamente que estaba casado, y esa responsabilidad que asumía había hecho que los demás confiaran en su capacidad para dirigir el grupo Toledano.Como decían acerca de él: “Alguien como él quien esta después de todo dispuesto a asumir la responsabilidad familiar no puede ser tan malo. Mucho mejor que aquellas medias tintas que retrecheramente ocultan su matrimonio, engañan y le son infieles a la mujer quien los ama.”La imagen de Jorge, sumada a su actitud sincera y transparente, hizo que las acciones de Toledano siguieran subiendo en base a la confianza de sus inversores. Era difícil distinguir si era por el desarrollo de los chips o por su carisma personal.La conferencia de prensa del grupo Toledano se volvió tendencia en las
— Es para Catalina.Apretó los labios al decirlo. Amanda se sintió incómoda y avergonzada; al parecer había mal interpretado la situación.— Bueno entonces, pero… ¿tienes algún requisito en específico?— Solo sigue tu estilo. Quiero que el vestido esté listo para cuando ella se case. Ella tiene una altura y figura parecida a la tuya, así que puedes usar de acuerdo a tus medidas.— De acuerdo, pues lo haré, pero un vestido de novia de alta costura lleva bastante tiempo.— No hay prisa alguna.Después de cenar, ambos se fueron juntos. Al día siguiente, Amanda acababa de llegar al estudio de diseño cuando se enteró de que Luna había conseguido un nuevo cliente.Pero el dichoso cliente quería conocer al diseñador y prefería que se presentaran con un portafolio para hacerse una idea de la calidad de su trabajo.— Deberíamos mandar a Pablo.— Pero la confección es directamente para su esposa. Creo que sería mejor si vas tú, jefa.Amanda asintió. Era cierto que en este caso ella era la más ad
— ¿Trajiste todas tus herramientas? Si es así, mejor mídeme aquí mismo, quiero que me diseñes un traje a la medida.— Caballero, en nuestro estudio hay diseñadores especializados en ropa masculina. Le presentare pronto a uno de ellos, y se le dará un buen precio.— No quiero a nadie más, quiero que seas tú quien también me lo diseñe. Vamos no seas terca, mídeme bien y con cuidado.— Señor Linares, creo que la medida mejor será dejarla para otro momento, cuando venga su esposa y podamos hablar todos juntos. Tengo otros compromisos que atender algo urgentes y necesito irme.La actitud lasciva de Linares era evidente, y, además, el tipo no perdía oportunidad para tocarla.Amanda se enfureció, tomó sus cosas y se dispuso a marcharse. Pero justo cuando se levantó, todo a su alrededor se le volvió negro, y sintió que le fallaban las fuerzas.¿Qué estaba pasando? ¡Si no había bebido nada!Miró el vaso frente a ella con sorpresa; no lo había tocado.— El vaso no tiene nada, el problema es la a
Amanda entreabrió los ojos con dificultad, intentando reconocer a quien había entrado. La brillante luz de fondo solo le permitía ver una silueta alta, pero no podía distinguir la cara.— ¿Quién coños te crees? ¿Y quién le dio el derecho de entrar así a arruinar mi diversión? ¡No sabes quién coños soy yo?Linares no pudo terminar la frase, porque el recién llegado lo pateó con tal fuerza que lo mando directo al suelo.En ese instante, Amanda sintió que alguien la levantaba y la sostenía con firmeza.Aunque no podía mantener los ojos abiertos, el familiar aroma a frescura y tranquilidad le indicó de inmediato quién era.Era en efecto Jorge. Siempre frío y distante, pero a su lado se sentía siempre segura.Su corazón se calmó y el miedo se desvaneció.Jorge le acarició suavemente la mejilla. Aunque Amanda seguía semiinconsciente, el dolor la hizo estremecerse.Al verla, Jorge apartó la mano, incapaz de soportar verla sufrir.Con mucho cuidado, la acomodó en el sofá y la cubrió con su cha