—Yo Dylan Scott, te rechazo a ti Soledad Miller como mi mate y futura luna de esta manada.
Dice con media sonrisa mientras frunce el ceño por el dolor, pero se mantiene como lo que es él… Una m*****a escoria. En este preciso momento muerdo mis mejillas con fuerza al sentir como mi pecho se contrae por el intenso dolor que estoy sintiendo, mi loba aulla con el corazón roto, pero me mantengo de pies, está vez no voy a humillarme como las otras veces solo por ser una omega. Miro a mi alrededor y todos están observando, incluyendo mis padres y mi hermana mayor por un año que la consideran una de las lobas más fuertes de la manada. Esta me mira con media sonrisa burlona y mis padres me miran como siempre, la débil omega que no vale nada. Levanto mi mirada al alfa y abro la boca para defenderme por primera vez. —Yo Soledad Miller… Acepto el rechazo… Y con la voz temblorosa continuó mis últimas palabras sin mirar a nadie más, mas que el alfa. —También desde hoy mi loba y yo abandonamos la manada luna plateada por todo el rechazo y maltrato físico que hemos recibido. Hablo con seguridad y Dylan cae al suelo aullando mientras se sostiene el pecho con fuerza, quizás pensó que no iba a aceptar el rechazo y me iba a mantener detrás de él. Todos observan la escena sin decir nada y mis ojos se mantienen aguados, pero no les permito derramar ni media lágrimas, mis rodillas quieren ceder, pero no les permito doblarse… Desde hoy una nueva Soledad nació, hoy fue mi primera transformación, hoy fuí rechazada, y hoy abandono este lugar que me vió crecer, me volveré fuerte y no dejaré que nadie se atreva a pisotearme. Cuándo giro para irme siento como alguien me toma fuertemente del brazo. —¿Cómo te atreves a hacerle eso al alfa? ¡Retractate de tus palabras Soledad!¿Acaso quieres dejar mal a nuestras familias? Dice mi querida hermana apretando mi brazo con fuerza. —¿Qué familia? Desde hoy no tengo familia Rachelle, así que si tienes un poquito de vergüenza no me dirijas la palabra. Digo soltandome de su agarre y me marcho sin mirar atrás, una nueva vida inicia para mí. Una nueva vida no inició para mí, por que no moví dos pasos cuándo mi padre muy enojado me agarró por los cabellos e hizo qué me arrodillara delante del alfa. —Perdone a mi hija alfa, no sabe lo que dice… Vamos discúlpate y retractarte de tus palabras Soledad. Habla mi padre muy enojado. —Perdóname por no poder ayudarte Soledad. Dice mi loba con tristeza a través del link. —No te preocupes, perdóname tú, por ser débil Meli. Digo y le hablo al ser que tengo como padre. —Jamás lo haré, si lo deseas puede matarme. Le digo mirándolo a los ojos y el primer golpe llega. —Sucia omega ¿Cómo te atreves a hablarle de esa manera a tu padre? Me grita mientras me golpea como un saco viejo. ¡Qué vergüenza! golpeada, humillada, y rechazada… Cómo quisiera vengarme algún día de todo esto. Miro a todas las personas y me observan sin interés alguno, para ellos no valgo nada, ningúna omega vale nada es como un cero a la izquierda, un trapo sucio qué no vale nada. —¿Piensas ser rebelde? Bien, tú decides. Habla mi padre mientras le hace una señas a unos guardias qué se acercan de inmediato. —Por desobedecer a tu padre e ir en contra del alfa recibirás un castigo de cincuenta latigazos, luego serás encerrada en el calabozo sin agua ni comida, hasta que reflexiones sobre tus actos y te arrastres de rodillas y pidas perdón a nuestro alfa. Dicta mi padre en nombre del estúpido alfa… Pues claro, mi padre es uno de los guardias más fuertes y respetados de toda la manada. Dos guardias me toman bruscamente de cada brazo y me arrastran al lugar que he ido más de mil veces a recibir castigos sin merecerlo. Mientras me llevan, en un descuido le quito una pequeña daga a uno de ellos y lo escondo discretamente. Para ellos siempre he sido la débil chica omega que no hace nada, así que ni cuenta se darán. Me abren el viejo polo por la espalda con brusquedad, me tiran en una improvisada cama de cemento especialmente para estos castigos y los azotes empiezan. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10… Y pierdo la cuenta haciendo qué mi cerebro se desconecte de mi cuerpo… Sólo quiero paz y tranquilidad, no pido nada más. No soy consciente de cuándo los golpes se acaban, ni cuándo soy lanzada al calabozo. —¿Estás despierta? Escucho la cansada voz de mi loba y resoplo abriendo los ojos. —Acabo de hacerlo. Susurro en medio de la oscuridad y llega a mi olfato el olor a suciedad y humedad. —¿Cuánto tiempo tenemos aquí? Le pregunto a mi loba. —Ya ha oscurecido debe ser alrededor de las diez a once de la noche. Me responde con un suspiro y cierro los ojos para agudizar mi oído. Afuera se puede escuchar fuertes lluvias y truenos. —Al parecer hace una linda noche. Susurro para mí misma con media sonrisa. Siento como mis heridas se están curando y trato de sentarme como puedo, pero escucho como la puerta es abierta y llega a mi olfato el olor de mi hermana. —Puedes retirarte Ofelio, yo me encargaré de ella por un momento. Escucho su voz y por una razón u otra mi cuerpo tiembla. —Puedo tomar el control… No dejo a mi loba terminar de hablar y la corto. —No, esta bien, puedo con esto. Le digo mientras mi hermana se acerca a mí con una sonrisa malvada en el rostro. —Hola… Querida hermanita. Dice colocando la lámpara encima de una pequeña y vieja mesa. No respondo y ella arruga el ceño acercándose a mí. —Te enseñé a contestarme cuándo te hablo ¿No es así? Habla con una sonrisa y me toma de los cabellos con fuerza para hacer qué la mire. —Antes te toleraba aunque sea un poco, pero ya no ¿Mate del alfa? ¿Es una broma? Habla mientras me observa con odio y trato de detener su mano. —Me lastimas Rache… No termino de hablar porque la muy m*****a me suelta del cabello, cosa que agradezco, pero me da una fuerte patada en el estómago sacándome todo el aire. —No menciones mi nombre m*****a, la única que tiene derecho de ser la próxima luna de esta manada soy yo, y no una sucia omega como tú. Dice y vuelve a golpearme con fuerza. Solo un poco más. Digo en mi mente para mi misma. —¿Por qué? ¿por qué me haces esto? ¿por qué eres así conmigo? Le pregunto en un hilo de voz y ella comienza a reír y se encoge de hombros. —Por ser una sucia Omega y siempre llamar la atención de los demás ¿No te basta con solo quedarte en un rincón y ser ignorada por todos? Te odio por siempre llamar la atención de los lobos más guapos... Lastima que solo eres una sucia y débil Omega. Mi hermana me toma del cuello y me alza mientras me observa con sus ojos lleno de odio. —¿Qué te parece si te disfiguro un poco el rostro? No creo que a nadie le importe lo que haga contigo. Dice con una sonrisa maliciosa en el rostro. Esta es nuestra oportunidad Meli, es ahora o nunca. Le digo a mi loba y en un movimiento rápido ágil y peligroso, saco la daga y se lo clavo en el vientre a mi hermana. Está chilla y tomando un poco más de fuerza lo entierro profundo para luego darle una patada y salir de la celda. Antes de irme lo cierro y corro con todas mis fuerzas hacia una pequeña ventana para escapar. Al saltar mi loba toma el control de mi cuerpo y ambas partimos por el denso bosque para que así no nos puedan encontrar y mi olor se pierda entre los diferentes olores de los árboles. Cuándo llevo alrededor de cinco horas corriendo y caminando, me detengo al pie de un arroyo y vuelvo a mi forma humana respirando cansada al borde del colapso. Al quedarme sin fuerza me hago un pequeño ovillo y pierdo la conciencia no sabiendo más de mí. Espero que no logren encontrarme. Es lo último que pienso antes de ver todo oscuro.El alfa Dylan Scoot se cuela por los pasillos donde están las celdas, y con una sonrisa piensa en las mil cosas que le hará a la débil omega... Claro, es suya y tiene que cumplir su deber como su mate, aunque la muy estúpida lo haya rechazado.Camina como si fuera el rey del mundo, pero frunce el ceño al sentir el aroma de Rachelle Miller… ¿Qué hace ella aquí?Piensa extrañado y abre la puerta de la celda para ver a la loba con una herida en su estómago mientras mira a la puerta con furia, pero su mirada se vuelve sumisa cuándo mira al alfa entrar con cara de pocos amigos.—¿Dónde está?Pregunta con un mal presentimiento.—Alfa yo…Habla apretando los dientes por el dolor que le ha causado la herida que no quiere cerrar, debido a que la daga es de plata pura.—¡Te pregunté dónde está mi luna!Exclama sintiendo como la furia comienza a correr por sus venas.—Escapó, escapó cuándo abrí la puerta para venir a ver cómo estaba.Miente la loba descaradamente y el alfa golpea la pared con fu
El alfa Dylan enfurece al saber que sus ineptos hombres no han podido dar con su mujer.—La omega es muy rápida, hemos perdido su rastro en medio del bosque.Dice uno de sus hombres y el alfa lo mira con ojos rojos enfurecido.—¡Malditos ineptos! ¡Encuentrenla maldita sea!Les grita y sus hombres bajan la cabeza para retirarse de manera inmediata antes de que el alfa los mate a todos.SOLEDAD:Al día siguiente camino con cautela en medio del bosque para no encontrarme con ninguna criatura que pueda poner mi vida en riesgo, y así continuamos por varias horas en medio del extenso bosque que solo me hace respirar paz y tranquilidad.Observo los verdes árboles, las hierbas frescas y las hermosas mariposas que vuelan en algunas flores muy hermosas... Esto es simplemente hermoso.Solo nos detenemos para cazar algo y comer, para luego continuar con nuestro camino sin descanso.Mientras mi loba y yo vamos inmersa en nuestros pensamientos escucho un ruido que me hace detenerme de golpe.—¿Escu
SOLEDAD:La noche llegó y ambas tomamos un descanso para luego continuar con el camino a la mañana siguiente.—¿Tienes hermanos?Me pregunta Lena sin poder dejar de hablar por solo un momento.—Si.Respondo y ella suspira.—Yo tengo cuatros hermanos aparte de mí, dos varones y dos hembras.—Que bien, yo solo tengo una hermana.Hablo en un tono bajo mientras observo las hermosas estrellas del cielo.—¿Cómo es ella contigo?Su pregunta me hace dudar de mi respuesta, pero respondo.—Es un demonio en persona.Murmuro y Lena permanece en silencio por unos segundos.—Mis hermanos tampoco me quieren, ellos me detestan por no ser alguien que valga la pena… La verdad es que te seguí porque tu olor me recuerda a mí.Giro mi cabeza y miro al hada.—¿De qué hablas?—Llevo muchos años viviendo en el bosque, es mi hogar… Cuándo te sentí, me llegó tu aroma a lluvia y hojas caídas… Era como si llevarás consigo la melancolía de un bosque otoñal.¿Te puedo llamar Soli?La chica cambia por completo el t
SOLEDAD:Lena sostiene mi mano con fuerzas mientras puedo ver el miedo reflejado en sus ojos.De pronto un extraño sonido nos alerta a todos y por inercia ambas miramos hacia la derecha de donde proviene.—¿Qué es eso? Qué sonido más extraño.Dice uno de los cazadores y todos asienten de acuerdo.—Vamos a ver qué es.Menciona el que parece ser el jefe y todos se retiran de manera inmediata.Cuándo ya no siento a nadie, ambas respiramos aliviadas y nos miramos.—Eso estuvo cerca.Murmuro colocando una de mis manos en mi pecho y trato de tomar aire varias veces.—Si, muy cerca… Ahora vámonos de aquí antes de que vuelvan.Dice y de un salto baja del árbol y yo hago lo mismo.—Conoces el bosque… ¿Dónde es más seguro?—Es mejor ir por el camino contrario, ellos fueron a la derecha… Vamos por la izquierda.Menciona y asiento de acuerdo.Las dos comenzamos a correr por el lado contrario para alejarnos de ese lugar, pero me detengo al ver que la hada corre más lento y su respiración es agitad
OSSIAN VITALE:Cuándo llego a mi manada aspiro el suave aroma de la naturaleza y me siento en casa.Mi lujoso auto aparca frente a mí mansión y me bajo con elegancia mientras soy recibido por mi madre.—Mi bebé, mi niño, cuánto me alegra que hayas vuelto.Dice con evidente emoción y yo la miro con una sonrisa.—Ya no soy un niño ma.—Para mi siempre lo serás.Dice con ojos de amor y yo la envuelvo en mis cálidos brazos.—¿Dónde está papá?Le pregunto y ella rueda los ojos resoplando.—Está con los ancianos decrépitos.Dice con evidente molestia y yo sonrío besando su frente.—Bien, entonces iré allá.Me separo de mi madre y camino con dirección hacía mi padre.Observo como mi beta permanece de pies mientras miro todo el intercambio de palabras sin decir media palabra.—Puedes ir y descansar Diego.Le digo y este hace una leve reverencia.—Como ordene alfa.Dice y observo cómo se marcha sin mirar atrás.Continúo con mi camino por los pasillos de la mansión, pero un fuerte olor hace qu
SOLEDAD:—¿Quién rayos eres?Le pregunto de manera cortante y este ríe de medio lado sin dejar de mirarme.—¿Quién crees que soy? Pregunta dando pasos hacia mí y yo me alejo con todos mis sentidos alerta, mientras mi loba trata de no someterse a él.—Es un alfa, es un lobo alfa.Dice mi loba alarmada y yo abro los .ojos esperando lo peor.Miro a Lena y esta solo mira al lobo con una sonrisa boba y yo ruedo los ojos.—Veo que se conocen.Le señalo al hombre-ave, mientras doy varios pasos y me acerco a Lena.—Así es.Menciona en un tono de voz grave que hace que mi piel se erice.—Entonces negociamos, usted se lleva a su amigo y nosotros nos vamos, un gusto conocerlo, adiós.Tomo la mano de la hada y camino con velocidad para alejarme, pero su voz de alfa hace que me paralice.—Detente ahí.Muerdo mis labios con fuerza al luchar contra mi fuerza de voluntad, pero al ser omega, me hace ser susceptible a su voz de alfa.—¿Por qué nos vamos a ir? Podemos hacer un dos para dos.—¡Lena por
LENA:El precioso hombre-ave, me toma de sus grandes manos y me lleva a rastras por el bosque.Solo me da tiempo a mirar como Soledad es llevada en los brazos del hermoso hombre que la mira como si quisiera comérsela.Al cabo de unos minutos mi respiración es casi nula y siento como me falta el aire.—Espe… Espera…Hablo con la voz entrecortada y el chico se detiene.—¿Cómo es que estás cansada? ¿No haces ejercicios? ¿Cómo un hada puede tener tan poca resistencia?—No tienes derecho a criticarme.Le señalo con el dedo acusatorio y este niega varias veces y se inclina delante de mí.—Subete.—¿Qué?—Que te subas, no podemos perder más tiempo.Habla con poca paciencia y yo me ofendo.—O sea… ¿Estás perdiendo el tiempo por mi culpa?—Si.Dice claro y yo abro la boca incrédula.—Descuida, yo puedo correr por mis propios pies.Digo comenzando a caminar mientras le paso por el lado con cara enojada.—Que terca eres, nada más eres una cara bonita.Dice y me detengo para mirarlo más enojada d