Cap:01 Omega

El alfa Dylan Scoot se cuela por los pasillos donde están las celdas, y con una sonrisa piensa en las mil cosas que le hará a la débil omega... Claro, es suya y tiene que cumplir su deber como su mate, aunque la muy estúpida lo haya rechazado.

Camina como si fuera el rey del mundo, pero frunce el ceño al sentir el aroma de Rachelle Miller… ¿Qué hace ella aquí?

Piensa extrañado y abre la puerta de la celda para ver a la loba con una herida en su estómago mientras mira a la puerta con furia, pero su mirada se vuelve sumisa cuándo mira al alfa entrar con cara de pocos amigos.

—¿Dónde está?

Pregunta con un mal presentimiento.

—Alfa yo…

Habla apretando los dientes por el dolor que le ha causado la herida que no quiere cerrar, debido a que la daga es de plata pura.

—¡Te pregunté dónde está mi luna!

Exclama sintiendo como la furia comienza a correr por sus venas.

—Escapó, escapó cuándo abrí la puerta para venir a ver cómo estaba.

Miente la loba descaradamente y el alfa golpea la pared con fuerza.

—¿Cómo que ha escapado? Su lugar es junto a mí, junto a su mate y su alfa.

Gruñe y Rachelle frunce el ceño y sonríe de una manera discreta.

—Lo último que me dijo, es que escapó de usted mi alfa… Mi hermana lo ha traicionado al igual que nuestra manada.

Los ojos del alfa se vuelven rojos y grita con toda la furia contenida.

—¡¡Busquenla y traiganla ante mí!! Esa m*****a va a pagar muy caro el haberse escapado de mí.

Dice apretando los dientes con fuerza.

SOLEDAD:

La tranquilidad del agua y los cantos de las aves me hacen despertar sintiéndome con más fuerzas.

—Es hora de partir y continuar con nuestro destino Meli, un largo camino nos espera.

Le digo a mi loba y esta asiente de acuerdo.

—¿A dónde iremos?

Pregunta y yo miro hacia el horizonte con los ojos entrecerrados.

—Iremos a la manada luna oscura, creo que es un buen lugar para iniciar.

Le hablo a mi loba comenzando mi caminata por el extenso bosque.

—¿Estás segura? Se dice que el alfa es un lunático sangriento que ama quitar cabezas… No creo que sea un buen lugar para empezar Soledad.

Sonrío al sentir el temor de mi loba y la tranquilizo.

—Descuida cariño, sé que ambas manadas son enemigas… Así que creo que es una buena oportunidad… “El enemigo de mi enemigo, es mi amigo ”

Digo mientras pienso que esa será la oportunidad perfecta para destruirlos y vengarme de esos malditos.

—Espero tengas razón, la frase es muy linda escucharla, pero es difícil para llevarla a cabo.

Dice mi loba y solo sonrío a medias terminando de subir una inmensa montaña y miro toda la llanura.

De pronto mis ojos se concentran en un lugar específico del bosque y mi corazón comienza a latir a toda velocidad.

—Mierda Meli, nos están siguiendo.

Digo buscando entre las grandes hojas para tomar una raíz en específico y huntarlo por todo mi cuerpo… Esto evitará que rastreen mi aroma.

—Tengo miedo… No quiero que nos atrapen.

Le digo a mi loba y esta toma el control de mi cuerpo.

—Es tiempo de protegerte… Al menos las omegas tenemos una ventaja… Somos muy veloces.

Dice mi loba comenzando a correr en medio del extenso bosque sin que nada nos importe, solo nuestra supervivencia.

Perdemos la cuenta de cuántas horas hemos corrido, pero eso no importa, mientras más lejos mejor.

—¿Y si vamos al mundo humano?

Pregunta mi loba mientras nos detenemos para tomar agua del río.

—Es peligroso ir allá… Nos podemos encontrar con cazadores y cosas por el estilo… No confío en esas criaturas llamadas humanos.

Menciono y mi loba niega.

—Dicen que el mundo humano es muy avanzado… Sería genial si vamos allá, conoceremos cosas nuevas y no estaremos estancadas como hasta ahora.

—No lo sé… El tiempo decidirá nuestro destino, sigamos.

Le digo y mi loba continúa, aunque se que está agotada, pero sé que eso no la detiene, es una loba muy fuerte, y estoy orgullosa de eso.

Nuestro estómago comienza a gruñir y a lo lejos observamos una oveja.

—Creo que encontramos nuestro alimento Meli.

—Así es… Ya verás como se caza una buena presa.

Dice mi loba ocultándose en los matorrales y asecha por varios minutos mientras nos acercamos lentamente.

Cuándo el animal está muy concentrado en su comida decidimos atacar con agilidad y rapidez haciendo que la presa intente huir de nuestras garras, pero es inútil, ya cayó en nuestra mano y no va a escapar.

Mi loba hunde los colmillos en su cuello hasta dejarla sin vida.

—¿Lo comemos así?

Me pregunta y yo niego.

—No, mejor lo cocino, creo que estamos bastante lejos del peligro.

Le digo y ambas subimos a una enorme montaña para así mirar toda la llanura.

Al no ver nada ocultamos la oveja en medio de grandes árboles y me convierto en humana para volver a juntarme la raíz del árbol en mi cuerpo para evitar cualquier rastro de olor.

Con paciencia y tranquilidad espero que caiga la noche para poder encender un fuego y que el humo no alerte a mis enemigos y así comienzo a asar mi carne que comienza a oler delicioso.

—Al parecer los días que mis padres me sacaban de casa fueron productivos, gracias a ellos se encender fuego y cocinar mi propia comida en medio del bosque.

Le digo a mi loba y esta asiente de acuerdo.

—Asi es… De algo sirvieron esos inútiles castigos.

Menciona Meli suspirando, supongo que se siente libre al no estar atada a una manada que considera inferior ser una Omega.

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