Sophia mientras que se encontraba allí en medio de la cocina su cara de preocupación desapareció, y de repente en su rostro se marcó una leve sonrisa.

Por más de que se esforzaba en negarlo, Sophia había disfrutado al máximo haber tenido intimidad con Alessandro, durante toda su vida las pocas veces que había tenido intimidad había sido una completa tortura, pero anoche, aquella noche había marcado la diferencia en ella.

Su piel se colocaba de puntitos ante el simple hecho de recordar aquellas fuertes estocadas que Alessandro arremetía contra ella, su cuerpo se estremeció y apretó sus piernas con fuerza.

A su vez, Alessandro mientras que iba de camino en búsqueda de Sophi se sentía diferente, por primera vez recordaba lo que había sucedido durante la intimidad, ya que para él solo se trataba de sexo nada más, pero lo que había vivido con Sophia se había quedado marcado en su recuerdo.

A pesar de que había llevado a diferentes mujeres a la cama, con Sophia se había sentido diferente,