Alessandro se sentía diferente, nunca antes se había sentido intimidado de aquella manera, Sophia con intención o sin ella le hacía ver que actuaba como una esposa, y eso lo sacaba del juego.—Si —respondió Alessandro al teléfono.—Señor, he descubierto que alguien está moviendo dinero sucio en la empresa de los Adams —Alessandro se dio vuelta y fijó la mirada en su esposa—. Muy seguramente se trata de Amelia, ya que cada vez que me cruzo con ella actúa bastante nerviosa.—No creo que sea ella, seguramente se trata de la basura que anda suelta a su alrededor —comentó Alessandro tratando de ser discreto. —Ese imbécil que tiene como pareja no creo que tenga cabeza para llegar a actuar de aquella manera, solamente es impulsivo como un perro rabioso, pero sin cerebro —argumentó Daniele.—Necesito que tengas los ojos bien abiertos, porque un movimiento en falso y quedaremos con las manos cruzadas y sin un solo centavo —recomendó Alessandro y luego terminó la llamada.—Iré a lavar mi cuerp
Sophia de su maleta sacó unas gafas oscuras similares a las de Alessandro, durante el camino lo ignoró por completo, cosa que a él no le afectó en lo absoluto; al llegar al aeropuerto se dirigieron a la pista privada, una de los hombres de Alessandro llevó las maletas hacia el interior del avión y luego descendió. —Creí que íbamos a salir acompañados —comentó Sophia.—Lo mejor es que vayamos solos, ante la vista de las personas quedaremos como una pareja de ridículos enamorados y así evitaremos llamar la atención de mis enemigos —Sophia al instante se retiró las gafas y fijó la mirada en él.—¿Enemigos has dicho?, eres un irresponsable, si pretendes conseguir que me aterre te juro que lo has hecho —Sophia giró su cuerpo y fijó la mirada en el auto sintiendo fuertes deseos en regresar, de un momento a otro se dio vuelta y se acercó a él.—Nada malo sucederá, la reunión es con unos poderosos empresarios, luego de que todo quede claro estaremos de regreso, pero entiendo que sientas temo
Luego de aquel acalorado y bochornoso viaje el avión aterrizó, Sophia bajó sintiéndose molesta, Alessandro actuaba como si no le importara, una camioneta oscura esperaba por ellos, luego de que subieron Sophia giró su cuerpo y fijó la mirada en él. —¿Ahora adónde vamos? —pregunto.—Nos vamos a reunir con los empresarios que te había hablado, espero que te comportes y dejes de actuar como un perro rabioso —respondió Alessandro. —Tú eres el culpable —Sophia se excusó y luego se cruzó de brazos—. No tienes que vivir recalcando que solo soy parte de un trato, porque eso lo sé muy bien, lo mínimo que te estoy pidiendo es que me respetes, y por lo menos en mi presencia no suceda ese tipo de comportamiento de macho irresistible que con cualquier mujer que se le cruce en el camino quiere terminar follándo. —Al escucharte provocas que sienta deseos de reír, si tú por lo menos fueras lo suficiente no tendría que estar en esta situación, solo mírate, das pena las cosas no se exigen se ganan y
El cuerpo de Sophia se encontraba congelado, luego de aquellos disparos quedó un silencio absoluto, tan solo se escuchaba el cantar de las aves, sus manos temblaban, pero aún así tomó valor para acercarse a la camioneta.—Alessandro, Alessandro... —repetía una y otra vez deseando que le contestara.Sophia se acercó a la puerta y lentamente introdujo la cabeza, Alessandro se encontraba revisando la camioneta y los bolsillos del conductor tratando de encontrar pistas sobre el culpable de aquel ataque en su contra. —Gracias al cielo estás bien, si algo te hubiera sucedido no tendría ni la más mínima idea de lo que podía hacer para regresar sana y a salvo —espetó Sophia con alegría al observar que Alessandro estaba bien. »¿Qué rayos fue todo esto?, dijiste que vendrías a encontrarte con unos poderosos empresarios y esto no tiene la mejor pinta, claramente te quieren sin vida y terminaste cayendo en una trampa —agregó Sophia mientras observaba el cadáver.—Estamos en peligro, en medio de
El sonido del cantar de las aves junto con los rayos del sol hicieron que Sophia despertara, levantó la cabeza y lo primero que observó fue a Alessandro recostado contra el sofá profundamente dormido.Se levantó con cuidado, se acercó a la chimenea, tomó su ropa y se vistió mientras que lo observaba fijamente, sus rasgos físicos causaban fuerte atracción en ella, le había salvado la vida y eso debía reconocerlo. Accidentalmente Sophia con el pie golpeó una vasija vieja logrando hacer que Alessandro despertara, de un solo movimiento levantó la pistola y apuntó a su alrededor. —He sido yo, lo siento —se excusó Sophia obteniendo por respuesta una mala mirada de Alessandro. Él se levantó y fue directo por su ropa, Sophia no perdió la oportunidad para escanear minuciosamente el desnudo cuerpo de Alessandro, pasó la lengua sobre sus labios y sus ojos brillaron.—¿Qué vamos a hacer para poder salir de este lugar? —preguntó Sophia.—No lo sé —respondió Alessandro—. Hemos dado una gran vent
Alessandro estaba acostumbrado a llevar una vida peligrosa, y él claramente sabía que lanzarse por aquella pendiente era como lanzar la moneda al aire, solo que en esta ocasión lo que estaría en juego serían sus vidas.—Ni lo pienses, si nos lanzamos lo más probable es que nos vamos a fracturar los huesos, claro está, sí es que salimos con vida de la caída, debemos buscar otra salida —Alessandro la tomó con fuerza de los brazos y sacudió su cuerpo.—Acaso no entiendes la gravedad del asunto, echa un vistazo atrás, las personas que se encuentran en aquellas camionetas no van a descansar hasta atraparnos, seré hombre muerto si voy contigo a buscar otra salida, así que ha llegado la hora de decidir, te lanzas conmigo y pones tu vida a salvo o te quedas a averiguar si esas personas solo quieren hablar del clima —Sophia movió sus brazos con fuerza logrando liberarse de Alessandro. —Estás loco si piensas que me voy a lanzar por ahí, si ha llegado la hora de morir prefiero hacerlo aquí arri
Alessandro logró ponerse en contacto con Daniele, ha dado la orden de acudir en su ayuda, y unas cuantas horas más tarde varios de sus mejores hombres se encontraban en camino para ayudar a su jefe.Mientras tanto, Sophia se encontraba en el sótano de aquella mansión atada a una silla, mientras que su estómago gruñía de hambre, desde el momento en el que la dejaron allí nadie se había acercado, buscaba la manera de mantener su mente ocupada, asi que pesaba en lo que pudo haber sucedido con Alessandro.Por más de que ella se esforzaba en ser positiva, terminaba llegando a la conclusión de que su esposo había muerto mientras caía, todas sus posibilidades de haber salido con vida eran nulas al recordar la manera en la que su cuerpo giraba a toda velocidad. Era el momento menos indicado para pensar en Alessandro, pero era lo único te la hacía sentir bien a pesar de la situación, no era para menos ya que en poco tiempo había logrado causar diferentes emociones en ella y difíciles de poder
La tensión en aquel sótano era bastante elevada, Carlo se mostraba furioso por estar atendiendo aquella llamada, mientras que Sophia se sentía la persona con más suerte en el mundo. —Ya estoy enterado que tienes a mi esposa en tu poder, más precisamente en el sótano de tu mansión, si no quieres desatar una guerra la vas a liberar, porque te aseguro que soy capaz de ir a buscarla y acabaré con todo lo que se encuentre a mi paso, y desde luego que me quedaré con todos tus bienes —dijo Alessandro buscando la manera de intimidar a Carlo.—Tienes una deuda pendiente conmigo y antes de exigir tendrás que pagar, sabes muy bien que no te quedará nada fácil vencerme y menos en mi mansión, así que bájale la velocidad a tu auto que puedes terminar estrellando —Alessandro frotó de su mandíbula mientras que pensaba. —Te daré el doble del dinero que perdiste en aquella entrega, pero libera a mi esposa ahora mismo —propuso Alessandro.—La mercancía que perdí en aquella entrega fue por tu culpa, as