El cuerpo de Sophia se encontraba congelado, luego de aquellos disparos quedó un silencio absoluto, tan solo se escuchaba el cantar de las aves, sus manos temblaban, pero aún así tomó valor para acercarse a la camioneta.—Alessandro, Alessandro... —repetía una y otra vez deseando que le contestara.Sophia se acercó a la puerta y lentamente introdujo la cabeza, Alessandro se encontraba revisando la camioneta y los bolsillos del conductor tratando de encontrar pistas sobre el culpable de aquel ataque en su contra. —Gracias al cielo estás bien, si algo te hubiera sucedido no tendría ni la más mínima idea de lo que podía hacer para regresar sana y a salvo —espetó Sophia con alegría al observar que Alessandro estaba bien. »¿Qué rayos fue todo esto?, dijiste que vendrías a encontrarte con unos poderosos empresarios y esto no tiene la mejor pinta, claramente te quieren sin vida y terminaste cayendo en una trampa —agregó Sophia mientras observaba el cadáver.—Estamos en peligro, en medio de
El sonido del cantar de las aves junto con los rayos del sol hicieron que Sophia despertara, levantó la cabeza y lo primero que observó fue a Alessandro recostado contra el sofá profundamente dormido.Se levantó con cuidado, se acercó a la chimenea, tomó su ropa y se vistió mientras que lo observaba fijamente, sus rasgos físicos causaban fuerte atracción en ella, le había salvado la vida y eso debía reconocerlo. Accidentalmente Sophia con el pie golpeó una vasija vieja logrando hacer que Alessandro despertara, de un solo movimiento levantó la pistola y apuntó a su alrededor. —He sido yo, lo siento —se excusó Sophia obteniendo por respuesta una mala mirada de Alessandro. Él se levantó y fue directo por su ropa, Sophia no perdió la oportunidad para escanear minuciosamente el desnudo cuerpo de Alessandro, pasó la lengua sobre sus labios y sus ojos brillaron.—¿Qué vamos a hacer para poder salir de este lugar? —preguntó Sophia.—No lo sé —respondió Alessandro—. Hemos dado una gran vent
Alessandro estaba acostumbrado a llevar una vida peligrosa, y él claramente sabía que lanzarse por aquella pendiente era como lanzar la moneda al aire, solo que en esta ocasión lo que estaría en juego serían sus vidas.—Ni lo pienses, si nos lanzamos lo más probable es que nos vamos a fracturar los huesos, claro está, sí es que salimos con vida de la caída, debemos buscar otra salida —Alessandro la tomó con fuerza de los brazos y sacudió su cuerpo.—Acaso no entiendes la gravedad del asunto, echa un vistazo atrás, las personas que se encuentran en aquellas camionetas no van a descansar hasta atraparnos, seré hombre muerto si voy contigo a buscar otra salida, así que ha llegado la hora de decidir, te lanzas conmigo y pones tu vida a salvo o te quedas a averiguar si esas personas solo quieren hablar del clima —Sophia movió sus brazos con fuerza logrando liberarse de Alessandro. —Estás loco si piensas que me voy a lanzar por ahí, si ha llegado la hora de morir prefiero hacerlo aquí arri
Alessandro logró ponerse en contacto con Daniele, ha dado la orden de acudir en su ayuda, y unas cuantas horas más tarde varios de sus mejores hombres se encontraban en camino para ayudar a su jefe.Mientras tanto, Sophia se encontraba en el sótano de aquella mansión atada a una silla, mientras que su estómago gruñía de hambre, desde el momento en el que la dejaron allí nadie se había acercado, buscaba la manera de mantener su mente ocupada, asi que pesaba en lo que pudo haber sucedido con Alessandro.Por más de que ella se esforzaba en ser positiva, terminaba llegando a la conclusión de que su esposo había muerto mientras caía, todas sus posibilidades de haber salido con vida eran nulas al recordar la manera en la que su cuerpo giraba a toda velocidad. Era el momento menos indicado para pensar en Alessandro, pero era lo único te la hacía sentir bien a pesar de la situación, no era para menos ya que en poco tiempo había logrado causar diferentes emociones en ella y difíciles de poder
La tensión en aquel sótano era bastante elevada, Carlo se mostraba furioso por estar atendiendo aquella llamada, mientras que Sophia se sentía la persona con más suerte en el mundo. —Ya estoy enterado que tienes a mi esposa en tu poder, más precisamente en el sótano de tu mansión, si no quieres desatar una guerra la vas a liberar, porque te aseguro que soy capaz de ir a buscarla y acabaré con todo lo que se encuentre a mi paso, y desde luego que me quedaré con todos tus bienes —dijo Alessandro buscando la manera de intimidar a Carlo.—Tienes una deuda pendiente conmigo y antes de exigir tendrás que pagar, sabes muy bien que no te quedará nada fácil vencerme y menos en mi mansión, así que bájale la velocidad a tu auto que puedes terminar estrellando —Alessandro frotó de su mandíbula mientras que pensaba. —Te daré el doble del dinero que perdiste en aquella entrega, pero libera a mi esposa ahora mismo —propuso Alessandro.—La mercancía que perdí en aquella entrega fue por tu culpa, as
Sophia fue llevada directo al aeropuerto, ella se encontraba bastante nerviosa, su cuerpo aún temblaba y el temor de ser nuevamente atrapada por aquellos hombres la perseguía, al llegar al avión se acercó a Daniele.—¿Dónde está Alessandro? —le preguntó de manera directa. —Se encuentra en el avión en espera de usted —Ella sonrió y rápidamente subió. Sophia se encontraba emocionada, pero su rostro cambió al instante al observar a Alessandro sentado trabajando en la computadora como si todo hubiese sido insignificante, la decepción era porque ella había pensado que su encuentro iba a ser diferente.—Me alegra que estés bien, acomódate porque dentro de poco vamos a despegar —habló de manera fría y cortante Alessandro.—A mí también me da gusto ver que estás bien —comentó ella mientras que pasó por su lado notando las heridas y moretones que habían en sus brazos y rostro.Sophia se ubicó en la silla trasera manteniendo la mirada puesta en Alessandro, aquello que vivieron al parecer se t
Sophia había logrado hacer que Alessandro se sintiera diferente, no era capaz de admitirlo, pero ante el hecho de contemplar que hubieron enormes posibilidades de perder a Sophia para siempre causó que Alessandro perdiera la estabilidad.Demostrar los sentimientos lo hacía sentir débil, pero ahora se encontraba completamente seguro que sentía algo por Sophia, y no se trataba de un simple capricho o tan solo deseo como con las demás mujeres que solía frecuentar; Alessandro había encontrado algo único y especial en ella y no pensaba permitir que ella nuevamente estuviera en peligro por su culpa.Una vez que el avión aterrizó ellos descendieron, uno de los autos de Alessandro se encontraba en espera, subieron y se marcharon a casa, Sophia continuaba en silencio sintiéndose triste e indignada por la manera de actuar de Alessandro. Al llegar a la propiedad Sophia se dirigió a su habitación, mientras que Alessandro recostó su trasero sobre el auto tratando de organizar sus pensamientos, su
Sophia se encontraba en el interior de la habitación principal, su respiración era rápida, sus manos se encontraban sudorosas, y un cosquilleo recorría por todo su cuerpo.Alessandro dando pasos cortos se acercó a ella, llevó sus manos directo hasta sus mejillas, acercó su rostro al suyo y le brindó un cálido beso, ella colocó sus brazos alrededor de su cintura y correspondió con el mayor de los gustos. En esta ocasión no hubo prisa de deshacerse de sus prendas, algo nuevo se estaba dando, algo que ninguno de los dos no lograba comprender, él deseaba no detenerse por un solo minuto durante toda su vida, sentir sus labios se había convertido en aquella terapia que lo hacía olvidar su vida pasada.En cuanto a ella, sentir sus labios le ayudaba a superar el sufrimiento y el dolor que habían causado en ella, Sophia sentía que su mundo ahora giraba en torno a Alessandro, él se había convertido en el único motivo por el cual quería vivir. Las prendas fueron cayendo, las caricias eran cada