Alessandro encontró la puerta del estudio cerrada, nuevamente revisó el mensaje buscando respuestas a lo que estaba sucediendo, en ese momento él sospechó que algo no estaba bien.—Ve y cerciórate que Sophia se encuentra bien —ordenó Alessandro.Un par de minutos más tarde Daniele regresó y me negó con su cabeza.—La habitación donde ella se ubicó se encuentra vacía. —De inmediato regresaron a la habitación donde se encontraba su rehén.Alessandro de un solo movimiento abrió la puerta llevandose una terrible sorpresa; allí se encontraba Sophia, pero eso no era lo peor, aquel hombre sostenía en su mano un cuchillo el cual se encontraba recostado en la garganta de Sophia.—¡Vamos liberala ya! —exclamó Alessandro y él negó con su cabeza. —Esta noche no moriré solo —aseguró aquel hombre y Sophia entró en pánico.—Solo quería ayudarte, lo poco que puedes hacer es liberarme, no debí haberme entrometido, por favor libérameme —suplicaba Sophia sintiendo temor de perder la vida.Alessandro en
Sophia ingresó al baño sintiendo coraje en contra de Alessandro, no podía creer la tranquilidad que él le mostraba luego de haber acabado con un hombre, luego de aquella horrible noche que había tenido que pasar decidió jugar con él un poco. Ella sabía muy bien que Alessandro no era capaz de tomar su cuerpo en contra de su voluntad y eso la hacía sentir segura, se retiró sus prendas quedando completamente desnuda, era la primera vez que lo hacía y no se iba a arrepentir. Atravesó el cubículo dirigiéndose a las duchas, a través del rabillo del ojo observó directo hacia aquel cristal transparente en búsqueda de Alessandro, quien permanecía recostado en la cama, el agua caliente recorría su cuerpo mientras que ella con sus manos frotaba levemente su piel. Alessandro levantó la cabeza y al observar aquella escena fijó la mirada en el cuerpo de su esposa, debido a lo poco que la conocía le sorprendía que estuviera actuando de aquella manera, no era para menos ya que ella estaba lle
Sus cuerpos se aferraron, el deseo cayó sobre ellos, aquellas inseguridades que impedían que Sophia pudiera disfrutar y sentirse con vida Alessandro se había encargado de eliminarlas para siempre de su cabeza. Las pocas veces que Sophia había tenido intimidad antes había sido a oscuras siendo marcado como el peor sexo en su memoria, y ahora estaba a plena luz del día con un hombre que sabía lo que debía hacer cumplir con sus necesidades. Sophia sabía muy bien que aquel momento se estaba dando únicamente porque él necesitaba un hijo, pero eso no le quitaba cuanto estaba disfrutando que Alessandro la tomara como en aquellas escenas de películas para adultos.Sus cuerpos húmedos se encontraban entrelazados, Sophia se llenó de valor y llevó su mano hasta la parte intima de Alessandro, no podía creer lo que en su mano sujetaba, Alessandro de un solo movimiento ayudó que se sentara quedando frente a ella.Los ojos de Sophia brillaron cuando se fijaron en lo que había frente a ella, Alessa
Alessandro se sentía diferente, nunca antes se había sentido intimidado de aquella manera, Sophia con intención o sin ella le hacía ver que actuaba como una esposa, y eso lo sacaba del juego.—Si —respondió Alessandro al teléfono.—Señor, he descubierto que alguien está moviendo dinero sucio en la empresa de los Adams —Alessandro se dio vuelta y fijó la mirada en su esposa—. Muy seguramente se trata de Amelia, ya que cada vez que me cruzo con ella actúa bastante nerviosa.—No creo que sea ella, seguramente se trata de la basura que anda suelta a su alrededor —comentó Alessandro tratando de ser discreto. —Ese imbécil que tiene como pareja no creo que tenga cabeza para llegar a actuar de aquella manera, solamente es impulsivo como un perro rabioso, pero sin cerebro —argumentó Daniele.—Necesito que tengas los ojos bien abiertos, porque un movimiento en falso y quedaremos con las manos cruzadas y sin un solo centavo —recomendó Alessandro y luego terminó la llamada.—Iré a lavar mi cuerp
Sophia de su maleta sacó unas gafas oscuras similares a las de Alessandro, durante el camino lo ignoró por completo, cosa que a él no le afectó en lo absoluto; al llegar al aeropuerto se dirigieron a la pista privada, una de los hombres de Alessandro llevó las maletas hacia el interior del avión y luego descendió. —Creí que íbamos a salir acompañados —comentó Sophia.—Lo mejor es que vayamos solos, ante la vista de las personas quedaremos como una pareja de ridículos enamorados y así evitaremos llamar la atención de mis enemigos —Sophia al instante se retiró las gafas y fijó la mirada en él.—¿Enemigos has dicho?, eres un irresponsable, si pretendes conseguir que me aterre te juro que lo has hecho —Sophia giró su cuerpo y fijó la mirada en el auto sintiendo fuertes deseos en regresar, de un momento a otro se dio vuelta y se acercó a él.—Nada malo sucederá, la reunión es con unos poderosos empresarios, luego de que todo quede claro estaremos de regreso, pero entiendo que sientas temo
Luego de aquel acalorado y bochornoso viaje el avión aterrizó, Sophia bajó sintiéndose molesta, Alessandro actuaba como si no le importara, una camioneta oscura esperaba por ellos, luego de que subieron Sophia giró su cuerpo y fijó la mirada en él. —¿Ahora adónde vamos? —pregunto.—Nos vamos a reunir con los empresarios que te había hablado, espero que te comportes y dejes de actuar como un perro rabioso —respondió Alessandro. —Tú eres el culpable —Sophia se excusó y luego se cruzó de brazos—. No tienes que vivir recalcando que solo soy parte de un trato, porque eso lo sé muy bien, lo mínimo que te estoy pidiendo es que me respetes, y por lo menos en mi presencia no suceda ese tipo de comportamiento de macho irresistible que con cualquier mujer que se le cruce en el camino quiere terminar follándo. —Al escucharte provocas que sienta deseos de reír, si tú por lo menos fueras lo suficiente no tendría que estar en esta situación, solo mírate, das pena las cosas no se exigen se ganan y
El cuerpo de Sophia se encontraba congelado, luego de aquellos disparos quedó un silencio absoluto, tan solo se escuchaba el cantar de las aves, sus manos temblaban, pero aún así tomó valor para acercarse a la camioneta.—Alessandro, Alessandro... —repetía una y otra vez deseando que le contestara.Sophia se acercó a la puerta y lentamente introdujo la cabeza, Alessandro se encontraba revisando la camioneta y los bolsillos del conductor tratando de encontrar pistas sobre el culpable de aquel ataque en su contra. —Gracias al cielo estás bien, si algo te hubiera sucedido no tendría ni la más mínima idea de lo que podía hacer para regresar sana y a salvo —espetó Sophia con alegría al observar que Alessandro estaba bien. »¿Qué rayos fue todo esto?, dijiste que vendrías a encontrarte con unos poderosos empresarios y esto no tiene la mejor pinta, claramente te quieren sin vida y terminaste cayendo en una trampa —agregó Sophia mientras observaba el cadáver.—Estamos en peligro, en medio de
El sonido del cantar de las aves junto con los rayos del sol hicieron que Sophia despertara, levantó la cabeza y lo primero que observó fue a Alessandro recostado contra el sofá profundamente dormido.Se levantó con cuidado, se acercó a la chimenea, tomó su ropa y se vistió mientras que lo observaba fijamente, sus rasgos físicos causaban fuerte atracción en ella, le había salvado la vida y eso debía reconocerlo. Accidentalmente Sophia con el pie golpeó una vasija vieja logrando hacer que Alessandro despertara, de un solo movimiento levantó la pistola y apuntó a su alrededor. —He sido yo, lo siento —se excusó Sophia obteniendo por respuesta una mala mirada de Alessandro. Él se levantó y fue directo por su ropa, Sophia no perdió la oportunidad para escanear minuciosamente el desnudo cuerpo de Alessandro, pasó la lengua sobre sus labios y sus ojos brillaron.—¿Qué vamos a hacer para poder salir de este lugar? —preguntó Sophia.—No lo sé —respondió Alessandro—. Hemos dado una gran vent