Una vez que Sophia salió del baño, Alessandro giró su cuerpo y ajustó la puerta con doble llave; mientras que Alessandro se encontraba de espalda, Noah pensaba rápidamente en una manera de escapar.—Al parecer no te quedó claro que Sophia está conmigo —comentó Alessandro mientras llevaba las manos dentro de los bolsillos.—¿Pretendes golpearme?, ¿acaso vas a intentar acabar con mi vida? —preguntó Noah y él negó con su cabeza. —Una basura como tú no merece una muerte digna, así que te aseguro que cuando llegue tu fin será de una manera lenta y dolorosa, solo quiero advertirte que si intentas acercarte nuevamente a ella me las tendrás que pagar —Noah bufó ante las advertencias de Alessandro.—Olvídate de mí, déjame tranquilo, soy un reconocido e importante empresario y caerá sobre ti el peso de la ley si intentas causarme daño, pierdes tu tiempo al defender a una mujer como ella, es ridículo pensar que entre tú y ella en verdad hay una relación —comentó Noah en tono de burla —Así no l
Al llegar a casa Sophia bajó del auto y exhaló con fuerza, una vez que Alessandro bajó del auto, Daniele se acercó y dijo unas cuantas palabras cerca de su oído.Alessandro se acercó a Sophia sintiendo deseos de decir lo siento, pero debido a su forma de ser aquellas palabras nunca salieron de su boca. —Tengo que encargarme de un asunto importante, hablaremos mañana —Sophia apretó los labios y asintió.Dando pasos cortos Sophia ingresó a la casa, se sentía de lo peor, lo único que deseaba era retirar aquel vestido y esos incómodos zapatos para luego lanzarse sobre la cama y descansar tranquilamente.Una vez que Sofía se retiró aquellas prendas colocó sobre su cuerpo una bata, se sentó en el borde de la cama para luego comenzar a recordar lo sucedido, en aquel momento comprendió que su Salvador era Alessandro, se levantó de la cama y quiso ir a agradecerle personalmente. Dio unos cuantos pasos en círculos en el interior de la habitación, ya que no se sentía segura de hacerlo, unos cu
Alessandro encontró la puerta del estudio cerrada, nuevamente revisó el mensaje buscando respuestas a lo que estaba sucediendo, en ese momento él sospechó que algo no estaba bien.—Ve y cerciórate que Sophia se encuentra bien —ordenó Alessandro.Un par de minutos más tarde Daniele regresó y me negó con su cabeza.—La habitación donde ella se ubicó se encuentra vacía. —De inmediato regresaron a la habitación donde se encontraba su rehén.Alessandro de un solo movimiento abrió la puerta llevandose una terrible sorpresa; allí se encontraba Sophia, pero eso no era lo peor, aquel hombre sostenía en su mano un cuchillo el cual se encontraba recostado en la garganta de Sophia.—¡Vamos liberala ya! —exclamó Alessandro y él negó con su cabeza. —Esta noche no moriré solo —aseguró aquel hombre y Sophia entró en pánico.—Solo quería ayudarte, lo poco que puedes hacer es liberarme, no debí haberme entrometido, por favor libérameme —suplicaba Sophia sintiendo temor de perder la vida.Alessandro en
Sophia ingresó al baño sintiendo coraje en contra de Alessandro, no podía creer la tranquilidad que él le mostraba luego de haber acabado con un hombre, luego de aquella horrible noche que había tenido que pasar decidió jugar con él un poco. Ella sabía muy bien que Alessandro no era capaz de tomar su cuerpo en contra de su voluntad y eso la hacía sentir segura, se retiró sus prendas quedando completamente desnuda, era la primera vez que lo hacía y no se iba a arrepentir. Atravesó el cubículo dirigiéndose a las duchas, a través del rabillo del ojo observó directo hacia aquel cristal transparente en búsqueda de Alessandro, quien permanecía recostado en la cama, el agua caliente recorría su cuerpo mientras que ella con sus manos frotaba levemente su piel. Alessandro levantó la cabeza y al observar aquella escena fijó la mirada en el cuerpo de su esposa, debido a lo poco que la conocía le sorprendía que estuviera actuando de aquella manera, no era para menos ya que ella estaba lle
Sus cuerpos se aferraron, el deseo cayó sobre ellos, aquellas inseguridades que impedían que Sophia pudiera disfrutar y sentirse con vida Alessandro se había encargado de eliminarlas para siempre de su cabeza. Las pocas veces que Sophia había tenido intimidad antes había sido a oscuras siendo marcado como el peor sexo en su memoria, y ahora estaba a plena luz del día con un hombre que sabía lo que debía hacer cumplir con sus necesidades. Sophia sabía muy bien que aquel momento se estaba dando únicamente porque él necesitaba un hijo, pero eso no le quitaba cuanto estaba disfrutando que Alessandro la tomara como en aquellas escenas de películas para adultos.Sus cuerpos húmedos se encontraban entrelazados, Sophia se llenó de valor y llevó su mano hasta la parte intima de Alessandro, no podía creer lo que en su mano sujetaba, Alessandro de un solo movimiento ayudó que se sentara quedando frente a ella.Los ojos de Sophia brillaron cuando se fijaron en lo que había frente a ella, Alessa
Alessandro se sentía diferente, nunca antes se había sentido intimidado de aquella manera, Sophia con intención o sin ella le hacía ver que actuaba como una esposa, y eso lo sacaba del juego.—Si —respondió Alessandro al teléfono.—Señor, he descubierto que alguien está moviendo dinero sucio en la empresa de los Adams —Alessandro se dio vuelta y fijó la mirada en su esposa—. Muy seguramente se trata de Amelia, ya que cada vez que me cruzo con ella actúa bastante nerviosa.—No creo que sea ella, seguramente se trata de la basura que anda suelta a su alrededor —comentó Alessandro tratando de ser discreto. —Ese imbécil que tiene como pareja no creo que tenga cabeza para llegar a actuar de aquella manera, solamente es impulsivo como un perro rabioso, pero sin cerebro —argumentó Daniele.—Necesito que tengas los ojos bien abiertos, porque un movimiento en falso y quedaremos con las manos cruzadas y sin un solo centavo —recomendó Alessandro y luego terminó la llamada.—Iré a lavar mi cuerp
Sophia de su maleta sacó unas gafas oscuras similares a las de Alessandro, durante el camino lo ignoró por completo, cosa que a él no le afectó en lo absoluto; al llegar al aeropuerto se dirigieron a la pista privada, una de los hombres de Alessandro llevó las maletas hacia el interior del avión y luego descendió. —Creí que íbamos a salir acompañados —comentó Sophia.—Lo mejor es que vayamos solos, ante la vista de las personas quedaremos como una pareja de ridículos enamorados y así evitaremos llamar la atención de mis enemigos —Sophia al instante se retiró las gafas y fijó la mirada en él.—¿Enemigos has dicho?, eres un irresponsable, si pretendes conseguir que me aterre te juro que lo has hecho —Sophia giró su cuerpo y fijó la mirada en el auto sintiendo fuertes deseos en regresar, de un momento a otro se dio vuelta y se acercó a él.—Nada malo sucederá, la reunión es con unos poderosos empresarios, luego de que todo quede claro estaremos de regreso, pero entiendo que sientas temo
Luego de aquel acalorado y bochornoso viaje el avión aterrizó, Sophia bajó sintiéndose molesta, Alessandro actuaba como si no le importara, una camioneta oscura esperaba por ellos, luego de que subieron Sophia giró su cuerpo y fijó la mirada en él. —¿Ahora adónde vamos? —pregunto.—Nos vamos a reunir con los empresarios que te había hablado, espero que te comportes y dejes de actuar como un perro rabioso —respondió Alessandro. —Tú eres el culpable —Sophia se excusó y luego se cruzó de brazos—. No tienes que vivir recalcando que solo soy parte de un trato, porque eso lo sé muy bien, lo mínimo que te estoy pidiendo es que me respetes, y por lo menos en mi presencia no suceda ese tipo de comportamiento de macho irresistible que con cualquier mujer que se le cruce en el camino quiere terminar follándo. —Al escucharte provocas que sienta deseos de reír, si tú por lo menos fueras lo suficiente no tendría que estar en esta situación, solo mírate, das pena las cosas no se exigen se ganan y