–¿Si, diga? – Emma respondió a su teléfono mientras estaba acostada en su cama. Habían pasado un par de horas desde que desayunó con Dante, la guerra fría se mantenía en pie y ella estaba aburridísima sin nada que hacer, la mansión Neville no era precisamente el lugar más entretenido, aunque ella tampoco se sentía en la disposición de hacer un plan divertidísimo y elaborado.–Emma, soy yo, Susan – su voz se escuchaba apagada y lejana. Susan estaba incluso en peor condición que Emma – ¿Qué estás haciendo?–Nada, estoy en la casa de Dante – ella se pasó la mano por la frente, tratando de apaciguar el dolor – he estado aquí todo el día, ¿Y tú?–Yo regresé a mi casa esta mañana a las seis, pero necesito ponerme en pie e ir por algo de comer, intenté llamar a Mathew y está prácticamente en coma, dudo mucho que reaccione por todo este tiempo. ¿Te gustaría acompañarme a comer?El estómago de Emma rugió, recordándole que estaba prácticamente vacío.–Si, supongo que eso me hará bien.–¡Genia
Emma no quería regresar a la mansión, enfrentar a Dante teniendo un secreto tan importante para los dos guardado entre pecho y espalda le parecía demasiado difícil de soportar, así que, a pesar de lo mal que se sentía y de lo mucho que su mundo daba vueltas justo en ese momento, la joven Astley se decidió a cumplir la cita que tenía con Susan, quien ya la estaba esperando en el restaurante.Ciertamente necesitaba alguien con quien desahogarse, porque había muchas cosas en las que no podía dejar de pensar, y aunque Susan no era la persona que le iba a ayudar con aquellos asuntos, por lo menos podía darle una perspectiva nueva y diferente de la situación.Tal vez no era tan malo estar embarazada, quizá ella solo estaba exagerando la situación.Al llegar al restaurante, Susan se puso en pie e hizo señas con las manos, agitándolas para que Emma la viera.–Me sorprende que teniendo resaca puedas moverte tan animadamente – farfulló Emma, para quien cualquier movimiento era una completa tort
Cuando regresó a la mansión, Emma llamó a su esposo, pero no se escuchaba nada alrededor y no había rastros de él, ni siquiera su auto estaba estacionado en el frente de la casa, de modo que ella tuvo el lugar para sí misma, lo cual la alegraba, porque había muchas cosas todavía que debía poner en orden.Sin más que hacer, Emma caminó alrededor de la casa y se imaginó a un pequeño bebe gateando y jugando alrededor de los pasillos de la mansión, ciertamente tenía el espacio suficiente para que un niño creciera con toda la libertad necesaria. Aunque no quería hacerse demasiadas ilusiones al respecto, Emma incluso fue hacia una de las ultimas habitaciones, estaba vacía, solo ocupada por una cama doble y un armario, de inmediato su imaginación comenzó a volar, pensó en los colores que pondría en las paredes, en el lugar en el que pondría la cuna y la silla mecedora para que ella y Dante pudieran arrullarlo en las noches.La imagen parecía casi perfecta, el problema era, que, para Emma, la
–Gracias por cuidar de mí, Dante, pero no es necesario que sigas haciendo esto, ya me siento mucho mejor – dijo la chica. Desde la tarde anterior en que Dante se dio cuenta de que su esposa estaba vomitando y tenía un aspecto enfermizo, el hombre no había dejado de mimarla, consentirla y cuidarla, Emma se veía un poco paliducha, probablemente era producto de su mala alimentación, pensaba el hombre, quien se había encargado de llevarle comida a los tiempos adecuados.–Tú tienes cosas que hacer y yo no quiero ser una molestia – ella se incorporó en la cama y recibió la bandeja con el desayuno que hizo el ama de llaves para ella.–No es una molestia, atenderte jamás lo será – susurró, mirándola fijamente.–Deja de hacer eso, por favor – Emma frunció lo labios, cada vez que Dante le hablaba de esa forma o insinuaba cosas sobre ella, su corazón no podía evitar emocionarse y latir desesperadamente, era una reacción orgánica de su cuerpo que ella no podía controlar, incluso aunque en su ca
El auto no tardó demasiado en llegar por Emma, lo cual supuso un alivio porque después de sentirse bien, la chica había estado muriéndose del aburrimiento encerrada dentro de casa, ella se había acostumbrado a trabajar con Mathew o con Susan, a andar por ahí distrayéndose con sus nuevas amigas las modelos, o haciendo cualquier otra cosa, y estar acostada en casa mirando al techo era aburridor, sobre todo, porque Perséfone andaba al pendiente de su pequeño bebé y dejaba rezagada a Emma, quien la entendía, pero quien tambien sentía un poco de celos por la criatura que ahora se robaba la atención de Perséfone.–¿A dónde iremos? – Emma preguntó al chofer en cuanto se subió.–El jefe me dijo que usted me haría esa pregunta – se burló – pero tambien me pidió que no le dijera, tal parece que es una sorpresa.Emma rodó los ojos – puedes decirme, prometo que no le diré nada.–Tambien me advirtió que usted querría manipularme, y lo siento, pero no puedo permitirlo – el chofer había trabajado mu
–Dante, ¿Podrías ayudarme con el cierre? No quisiera ensuciar el vestido y acabo de ponerme polvos – dijo Emma, tocando a la puerta de la habitación de Dante.En medio de las náuseas, su trabajo con Mathew y Dante, el tiempo había pasado demasiado deprisa para Emma, quien en ese momento se estaba preparando para asistir a la gala de celebración del aniversario de industrias Neville. Aunque sabía que contaba con el apoyo de Dante y a pesar de que su vestido la hacía sentir empoderada, Emma estaba nerviosa, sus manos estaban temblando y sus axilas sudaban.Ella solo esperaba que por lo menos el sudor se detuviera, porque si no, sería el centro de atención de la fiesta y no precisamente por ser la más bella.–Claro que sí, puedes entrar – dijo Dante desde su habitación.Ella abrió la puerta y entonces los nervios se convirtieron en cosquillas cuando vio a su esposo usando únicamente el pantalón negro de un traje, a ella casi se le cae la baba al ver el pecho y abdomen de Dante, que ya es
El club donde se llevaba a cabo el evento era uno de los más prestigiosos de la ciudad, solo bastaba ver la decoración del jardín frontal y la seguridad con la que contaba, para darse cuenta de eso. Aquella noche, por supuesto, no fue la excepción.En cuanto estuvieron en la entrada, el chofer bajó del auto y abrió la puerta para Emma, quien, a pesar de estar a acostumbrada a sitios suntuosos, se maravilló por la exquisita decoración que tenía enfrente.–Pensé que industrias Neville estaba atravesando por problemas – siseó Emma, al oído de Dante.–No es la empresa, somos nosotros los que tenemos problemas, mi padre y yo perdimos acciones hace unos meses y eso nos ha restado poder, pero la empresa es lo suficientemente fuerte como para soportar la pérdida de un par de negocios.–¿Eso quiere decir que todo lo que me regañaste por las fotos solo fue uno de tus dramas? – a pesar de que Emma estaba bromeando, Dante no lo tomó como tal y frunció los labios con un poco de fastidio por lo poc
El hombre se quedó perplejo después de que ella hubiera soltado semejante noticia, durante algunos segundos, Dante fue incapaz de moverse, decir o hacer algo, él simplemente se quedó rígido donde estaba mientras Emma continuaba llorando abrazándose las rodillas, ella tambien estaba demasiado alterada como para darse cuenta de que acababa de decirle a su esposo que serían padres, Emma no pudo guardar más aquel secreto, no después de haberse dado cuenta de que a su hijo le vendrían muchas cosas difíciles teniendo una familia tan rota.Por un lado, la familia de la chica se componía únicamente de Ezra y él era el último hombre en la tierra que ella aceptaría que se acercara a su hijo, y por otro lado estaba la familia de Dante, que acababa de dejar muy en claro que no la iban a aceptar a ella, naturalmente tampoco lo harían con su hijo.–Tenemos que irnos de aquí, Emma – fueron las únicas palabras que logró articular Dante Neville.Emma se limpió las lágrimas, asintió con la cabeza y ent