El auto no tardó demasiado en llegar por Emma, lo cual supuso un alivio porque después de sentirse bien, la chica había estado muriéndose del aburrimiento encerrada dentro de casa, ella se había acostumbrado a trabajar con Mathew o con Susan, a andar por ahí distrayéndose con sus nuevas amigas las modelos, o haciendo cualquier otra cosa, y estar acostada en casa mirando al techo era aburridor, sobre todo, porque Perséfone andaba al pendiente de su pequeño bebé y dejaba rezagada a Emma, quien la entendía, pero quien tambien sentía un poco de celos por la criatura que ahora se robaba la atención de Perséfone.–¿A dónde iremos? – Emma preguntó al chofer en cuanto se subió.–El jefe me dijo que usted me haría esa pregunta – se burló – pero tambien me pidió que no le dijera, tal parece que es una sorpresa.Emma rodó los ojos – puedes decirme, prometo que no le diré nada.–Tambien me advirtió que usted querría manipularme, y lo siento, pero no puedo permitirlo – el chofer había trabajado mu
–Dante, ¿Podrías ayudarme con el cierre? No quisiera ensuciar el vestido y acabo de ponerme polvos – dijo Emma, tocando a la puerta de la habitación de Dante.En medio de las náuseas, su trabajo con Mathew y Dante, el tiempo había pasado demasiado deprisa para Emma, quien en ese momento se estaba preparando para asistir a la gala de celebración del aniversario de industrias Neville. Aunque sabía que contaba con el apoyo de Dante y a pesar de que su vestido la hacía sentir empoderada, Emma estaba nerviosa, sus manos estaban temblando y sus axilas sudaban.Ella solo esperaba que por lo menos el sudor se detuviera, porque si no, sería el centro de atención de la fiesta y no precisamente por ser la más bella.–Claro que sí, puedes entrar – dijo Dante desde su habitación.Ella abrió la puerta y entonces los nervios se convirtieron en cosquillas cuando vio a su esposo usando únicamente el pantalón negro de un traje, a ella casi se le cae la baba al ver el pecho y abdomen de Dante, que ya es
El club donde se llevaba a cabo el evento era uno de los más prestigiosos de la ciudad, solo bastaba ver la decoración del jardín frontal y la seguridad con la que contaba, para darse cuenta de eso. Aquella noche, por supuesto, no fue la excepción.En cuanto estuvieron en la entrada, el chofer bajó del auto y abrió la puerta para Emma, quien, a pesar de estar a acostumbrada a sitios suntuosos, se maravilló por la exquisita decoración que tenía enfrente.–Pensé que industrias Neville estaba atravesando por problemas – siseó Emma, al oído de Dante.–No es la empresa, somos nosotros los que tenemos problemas, mi padre y yo perdimos acciones hace unos meses y eso nos ha restado poder, pero la empresa es lo suficientemente fuerte como para soportar la pérdida de un par de negocios.–¿Eso quiere decir que todo lo que me regañaste por las fotos solo fue uno de tus dramas? – a pesar de que Emma estaba bromeando, Dante no lo tomó como tal y frunció los labios con un poco de fastidio por lo poc
El hombre se quedó perplejo después de que ella hubiera soltado semejante noticia, durante algunos segundos, Dante fue incapaz de moverse, decir o hacer algo, él simplemente se quedó rígido donde estaba mientras Emma continuaba llorando abrazándose las rodillas, ella tambien estaba demasiado alterada como para darse cuenta de que acababa de decirle a su esposo que serían padres, Emma no pudo guardar más aquel secreto, no después de haberse dado cuenta de que a su hijo le vendrían muchas cosas difíciles teniendo una familia tan rota.Por un lado, la familia de la chica se componía únicamente de Ezra y él era el último hombre en la tierra que ella aceptaría que se acercara a su hijo, y por otro lado estaba la familia de Dante, que acababa de dejar muy en claro que no la iban a aceptar a ella, naturalmente tampoco lo harían con su hijo.–Tenemos que irnos de aquí, Emma – fueron las únicas palabras que logró articular Dante Neville.Emma se limpió las lágrimas, asintió con la cabeza y ent
–¿Para dónde vas tan temprano, Emma? – preguntó Dante con la voz pastosa, al tiempo en que se rascaba los ojos y miraba con intriga a su esposa. –Debo ir a una sesión de fotos, es al amanecer, así que debo estar allí pronto – explicó – no puedo quedarle mal a… – ella se detuvo antes de decir el nombre de Mathew. Dante intentó hacer a un lado el hecho de que Emma iba a encontrarse con el saca fotos, de todas formas, aquel hombre era su jefe y ella debía acatar sus órdenes, aun cuando él no estaba muy de acuerdo con aquella relación laboral.–¿Crees que sea prudente trabajar estando embarazada? – cuestionó el hombre – no creo que debas estar haciendo demasiados esfuerzos.–Esto no se trata de nada difícil, solo tendré que asistir la sesión de fotos y eso es todo, no tienes nada por lo que debas preocuparte – ella se llevó un mechón de cabello detrás de la oreja, incomoda porque Dante hubiera tocado el tema del embarazo.Él estuvo tan reticente a hablar la noche anterior que Emma sup
Mientras Emma y Dante disfrutaban de una maravillosa cena, al otro lado de la ciudad, Valeria salía del auto de su padre únicamente para visitar a Ezra, quien estaba estresado y necesitaba desahogarse con ella. En eso se había convertido Valeria, en el juguete sexual de Ezra, y la chica estaba empezando a cansarse de aquella situación, se estaba dando cuenta de lo retorcida que era y de lo mal que estaba, sin embargo, a pesar de todo, seguía sin tener la suficiente fortaleza para mandar a volar a Ezra y forjarse su propio camino.Antes de entrar en el edificio, ella soltó un suspiro, sacó un lápiz labial de color Vinotinto y se lo puso sobre los labios, mirándose al pequeño espejo de mano, mientras se lamentaba por seguir comportándose como la tonta que permitía que su “novio” la dañara.–¿Qué estás haciendo, Valeria? – se preguntó en voz alta.–Poniéndote guapa para la función – dijo la voz masculina profunda y ronca, del hombre que acababa de posicionarse detrás de ella.–¡Aléjese d
La chica estaba temblando, sin embargo, ni siquiera eso fue impedimento para que consiguiera llegar rápidamente a casa, debía empacar sus cosas y largarse de aquella propiedad, necesitaba olvidar que, en algún momento de su vida, decidió involucrarse con Ezra Astley, él era como el demonio y ella ya no podía soportarlo más.–¡Valeria! ¿Qué te pasó? ¿Ezra volvió a golpearte? – le preguntó Antonia, en cuanto la chica entró en casa.Escuchar a su madre preguntar aquello hizo que su corazón se rompiera en mil pedazos, aun así, no había tiempo para quedarse lamentando, debía marcharse, ya tendría tiempo después para curarse las heridas.–Tenemos que irnos de aquí, mamá – ella iba a hacer hasta lo imposible para llevarse a Antonia consigo – tenemos que empacar nuestras cosas y largarnos de esta casa antes de que Ezra llegue.Antonia se quedó perpleja por lo que decía su hija – ¿Qué está pasando, Valeria?–No tengo tiempo para darte demasiadas explicaciones, solo debes saber que estamos vivi
–Me he quedado sola – dijo Antonia, mirándose al espejo.Saber que Valeria no volvería le dejo un vacío en el pecho, una sensación de sinsabor que no sabía cómo iba a alejar de su cuerpo, aunque por supuesto, no se debía únicamente a la ausencia de su única hija, si no a esas últimas palabras que Valeria dijo, aquellas que habían quedado resonando dentro de su alma.Durante un par de minutos, después de haber abandonado el espejo y haber ido a la cama que ya no compartía muy a menudo con su esposo, la mujer pensó en lo que había sido su vida hasta el momento, pensó en sus padres, en lo mucho que todo el tiempo habían odiado a Henry, pensó en las decisiones que tomó y no pudo evitar sentirse miserable por ese punto tan decadente al que había llegado, definitivamente aquella no era la vida que ella imaginó que tendría al lado de Henry.Con el dolor en el pecho y a sabiendas de que era muy probable que su marido no regresara esa noche, Antonia salió de casa, sin arreglarse mucho, sin mol