–Creo que estos han sido los cinco días más largos de toda mi vida – bufó Emma, hablando con su esposo mientras entraban en la mansión Neville.–Por suerte mi madre saldrá mañana del hospital y podemos traerla de regreso aquí hasta que se mejore – Emma frunció los labios – no te preocupes cariño, ya entendí lo contraproducente que es vivir todos juntos, en cuanto ella esté mejor le ayudaré a buscar un sitio en el que vivir, es importante, sobre todo porque el bebé llegará muy pronto. Emma asintió con la cabeza, sin importar las difíciles circunstancias que vivió Briana, por el bien de la relación, lo mejor era que ellos tuvieran su espacio como pareja, y sobre todo, como familia.–¿Qué te dijo la psiquiatra esta mañana? – preguntó la joven, arriesgándose a parecer imprudente.Después de aquella noche en que Axel casi se suicida, lo tuvieron hospitalizado en el pabellón psiquiátrico del mismo hospital donde atendían a Briana, allí, los médicos se estaban encargado de darle la atenció
El calor se subió a las mejillas de Emma, la vena en su frente se hinchó y quiso tener a Mathew delante de ella para matarlo con sus propias manos si es que acaso era posible.–¡Ese mal nacido! ¿Con que derecho se cree para decir que yo te estoy maltratando? – gruñó Dante.–Esa actitud suya no parece la de una persona muy pacifica – murmuró el policía.Ignorando la pelea estúpida que acababa de formarse entre Dante y el policía, Emma se hizo a un lado y llamó a su amigo.–¿Dime porque diablos denunciaste a Dante? – vociferó en cuanto el hombre respondió – Mathew, quiero que vengas ahora mismo aquí para que arregles esto.–Emma, no permitiré que él te siga haciendo daño – insistió.–¡El único que me está dañando en este momento eres tú, así que por tu propio bien te recomiendo que vengas ya! – le gritó y colgó enseguida.–En mi celular está el número de mi abogado – dijo Dante.–No necesitamos llamar a ningún abogado, Mathew vendrá aquí a rectificar esta situación.Dante no confiaba en
Dante dio vueltas alrededor de la sala de maternidad del hospital en el que Emma estaba a punto de dar a luz.–Ella está en la habitación, puede entrar a verla si lo desea – avisó la enfermera a Dante, quien de inmediato se metió en la habitación donde su esposa estaba acostada.Cuando entró vio su cara pálida y llena de sufrimiento y tuvo un sentimiento interno de orgullo por ella, aquella menuda chica que estaba ahí debía tener la fortaleza suficiente como para lograr sacar a ese pequeño bebé de su cuerpo.–Será prematuro, Dante – una lagrima se resbaló por su mejilla – yo pensé que podía evitarlo, que iba a conseguir obligar a mi cuerpo para que esperara los nueve meses y no lo conseguí – sollozó de forma triste.–Todo estará bien, linda, ya no es momento para pensar en eso – él le dio un beso en la frente y la consoló – ahora lo único en lo que debes pensar es que dentro de muy poco, nuestro hijo nacerá y podremos dejar atrás todos estos meses que han sido tan complicados para ti.
Dentro del quirófano, Emma se puso en posición fetal, como el medicó indicó y entonces soltó un pequeño grito cuando sintió el pinchazo de la aguja y el líquido entrando en su cuerpo.Mientras ella permaneció allí, el anestesiólogo le explicó todo lo que pasaría a partir de ese momento, había una cortina separando su rostro de su barriga, de modo que ella no podía ver absolutamente nada.Después de que la inyección hubiera hecho efecto, los médicos se prepararon a hacer la cesaría a Emma, quien sentía a penas pequeñas cosquillas en su estómago.–Señor, todavía no está firmado su consentimiento – una enfermera se acercó a Dante con una tablilla, en donde él debía decidir a quién salvar.Sin pensarlo mucho, Dante pidió que salvaran a Emma. Aquello le pareció los más justo y sensato.–¿Por qué tardaran tanto? – cuestionó Mathew, quien al igual que el resto de las personas allí, estaba completamente desesperado.–Hay que tener paciencia – dijo Susan, a pesar de que, de todos, ella era qui
–¿Dónde está la sala de maternidad? – preguntó Valeria cuando llegó al hospital.Esa noche, después de salir del trabajo, la mujer no resistió las ganas de visitar al heredero del apellido Neville, la mujer deseaba verlo y lo peor de todo el asunto era que ni siquiera estaba muy consciente de porque quería hacer aquello.–¿Es usted familiar? – preguntó la enfermera.–Si, soy Valeria Astley, cuñada de Emma Neville – informó, mintiendo a la mujer, quien enseguida le dio especificaciones del lugar donde podrá ver a los bebés que nacieron aquella tarde.Valeria se acercó hasta la sala y vio mediante el vidrio a todas las criaturas que dormían plácidamente cada uno en su propio espacio, ella leyó en las pequeñas etiquetas que había en las camitas trasparentes, hasta que encontró el apellido de Dante en medio de todos aquellos recién nacidos.En cuanto vio a la bebé, que supo que era niña debido al gorrito rosado que estaba usando, Valeria se quedó sorprendida con la pequeña, había escuchad
Tras haber atravesado por todo el proceso de recuperación, Emma estuvo lista y dispuesta para recibir a todos sus amigos en su casa, aquel día tambien era la celebración de los dos meses de Eva, y después de haber sufrido tantos conflictos en el embarazo Emma y Dante celebraban cada una de las pequeñas cosas con emoción y entusiasmo.–¡Joder! Que esta niña es la más mimada del mundo – exclamó Susan entrando en el patio de casa de los Neville, que estaba decorado con temática infantil, solo para la pequeña Eva.–Lo más chistoso del asunto es que ella ni siquiera es consciente de toda esta parafernalia, para ella, ustedes solo son un par de locos que se encargan de darle comida y limpiarle el pañal cada vez que ella quiere – soltó Mathew.Rebeca le dio un codazo a su novio para que dejara de ser tan aguafiestas.–Yo estoy segura de que ella si sabe lo que pasa, ¿Cierto cosita? – Emma hizo cosquillas en la barriga de su hija, provocándole una sonrisita que iluminó todo el patio.Eva era
–No quiero dejarlos a ustedes dos solos – Emma hizo un puchero mientras terminaba de ponerse los accesorios que estaba usando con su atuendo – me siento como una mala madre yéndome, es la primera vez que dejo a solas a mi bebé. Eva estaba jugando en la cuna, con uno de los muchos peluches que les regalaron los amigos de Emma el día del parto.–No va a pasar nada cariño, te mereces relajarte un poco, una noche de diversión con tus amigas no te hará daño – dijo él, tratando de ser comprensivo – además, es el cumpleaños de Susan, ¿Te imaginas el escándalo que armará si tú no te apareces allá? Se volvería loca esa mujer.–Yo sé, pero es que… ¿Y si la bebé me necesita?–Para eso me tiene a mí, ya has dejado organizado todo lo que yo podría llegar a necesitar, no entiendo porque estás tan estresada, dejaste lo biberones listos, sé dónde están sus pañales, sus toallitas e incluso conozco el sitio de sus juguetes favoritos, todo estará bien – Dante se acercó y la abrazó por detrás, dándole
–¿Por qué sales asi en mi casa? – le reprochó – no creo que sea adecuado que estes en ropa interior aquí – la reprendió – aquí vive mi esposa y mi hija tambien.–No me malinterpretes – ella caminó hacia él – solo necesito un poco de detergente para ropa blanca, estoy segura de que Emma tiene un poco y podría servirme.Dante tragó saliva y negó con la cabeza.–Creo que esto fue un error, lo mejor que puedes hacer es ir a tu casa y cambiarte la ropa, no sé dónde se guardan aquí las cosas de aseo y no voy a buscarlas ahora – se excusó.Valeria se acercó a él y lo miró con cara de diabla.–¿Te incomoda verme asi? – cuestionó.–La verdad sí.–¿Por qué?–Porque eres una mujer, estás consciente de que no eres nada fea, yo soy hombre y es natural que uno sienta cosas. Pero soy un hombre comprometido y por nada del mundo voy a arriesgar mi matrimonio.–Yo tampoco quiero nada contigo, Dante, relájate – ella debía actuar con sutileza e inteligencia, no podía lanzarse a los brazos de Dante y ser