Valeria ideó una forma de hacer que Mathew y Emma se juntaran, ella se quedó observándolos, hasta que se le ocurrió algo, de inmediato, la mujer pidió un par de copas que sabía que ninguno de los dos iba a rechazar.Cuando el barman puso las copas enfrente de ella, la chica sacó el frasquito nuevo de gotas para el insomnio que había comprado esa mañana para su madre y agregó un par en cada una de las copas, lo suficiente como para que cayeran rendidos, pero no para que se hicieran daño, enseguida la llevó a la pareja, que seguía hablando sobre la relación de Mathew y Rebeca.–Nadie me lo pidió, pero les he traído un trago – sonrío con efusividad.–¡Justo lo que necesito! – exclamó Mathew recibiendo el trago sin rechistar.–A mí tampoco me vendría nada mal – agregó Emma, quien todavía seguía impactada de que fuera justamente ella la razón por la que Rebeca estuviera enojada con su novio.En ese momento en que lo sabía, Emma se planteó la idea de hablar con Rebeca para hacerle entender
–Contesta, Emma, ¡Joder! Contesta – Dante estaba en su sala de estar, dando vueltas completamente desesperado mientras llamaba a su esposa y trataba de comunicarse con ella.Eran casi las cuatro de la mañana, ella todavía no regresaba, no contestaba al teléfono y su paciencia estaba comenzando a agotarse, no porque no confiara en ella, sino porque estaba empezando a preocuparse.Era muy extraño que ella no hubiera regresado a casa, Dante temía que algo le hubiera sucedido. Fue eso lo que, a riesgos de parecer un esposo psicótico, lo obligó a llamar a Susan, a Mathew e incluso a la misma Rebeca.Y es que Dante no sabía, pero en casa de Susan la fiesta apenas estaba comenzando a acabarse, y no precisamente porque los invitados se hubieran ido, sino porque poco a poco, todos comenzaron a caer rendidos en cada uno de los espacios del lugar.Tanto Susan como Rebeca y sobre todo, Mathew, estaban completamente inconscientes, esa fue la razón por la que ellos tampoco respondieron al teléfono.
Cuando el cuerpo de Mathew impactó contra el suelo, el hombre gruñó del dolor, Emma prácticamente lo había empujado abajo y él ni siquiera entendía por qué. Es que dentro de su cabeza lo único que había eran borrones sin explicaciones, ¿Cómo demonios se habían emborrachado? Él no recordaba haber tomado lo suficiente como para caer rendido de esa forma.Mathew estaba desconcertado, mientras se cuestionaba como había despertado en una cama desnudo con Emma estando a su lado. No podía negar que durante mucho tiempo el hombre estuvo soñando con un momento como ese, en que Emma y él pudieran despertar juntos, solo que no de esa forma.Todo se sentía extraño e incorrecto.Mientras se ponía en pie y recogía su ropa, el hombre se convenció a si mismo de que, si en realidad hubiera estado con Emma, entonces no lo habría olvidado, por lo menos tendría vagos recuerdos al respecto, pero no, por el contrario, su mente estaba completamente en blanco.¿Cómo era posible que tuvo a la mujer de sus sue
–¿Por qué no respondiste el celular, Emma? – preguntó Dante – estaba preocupado por ti, ha sido la jodida noche más larga de mi vida, estaba enloquecido pensando en que algo te había pasado. Ella cambió el peso de su cuerpo de su pie al otro, y se arregló el cabello de forma incomoda, al tiempo en que se aclaraba la garganta, no sabía que decir porque la verdad era que todavía no estaba segura sobre los sentimientos de Dante, no podía entender si él estaba preocupado, molesto o si por el contrario estaba feliz de verla.–¿Por qué desapareces de esta forma? – cuestionó, abrazándola con fuerza y juntándola contra su pecho.El hombre la apretó porque, por algunos segundos presintió que algo le había pasado y él realmente no estaba dispuesto a soportar un drama más en su vida.–Lo siento – Emma miró con el rabillo del ojo la forma en que Mathew corría detrás de Rebeca.Parecía que un problema más se sumaba a su repertorio.–Perdí la noción del tiempo y me quedé dormida aquí, creo que es
Emma se quedó perpleja al escuchar aquello, ella abrió los ojos como platos y su cuerpo tembló ante lo que estaba diciendo Valeria.–¿Qué estás diciendo? – Dante Neville frunció el ceño y se acercó a ella de manera retadora.–¡Yo los vi! Mathew entró en esta habitación junto a Emma, ellos dos tuvieron relaciones, antes de que llegaras estaban acostados desnudos, ¡Tengo pruebas! – ella sacó el celular de su pantalón, sin embargo, justo ahí, recordó que la noche anterior no pudo tomarle fotos a la parejita porque la batería se le acabó –Te juro que estoy diciendo la verdad, ¡Dante, tienes que creerme! Yo los vi con mis propios ojos – soltó con desesperación. ¿Dónde demonios se había metido Mathew? ¿Por qué había desaparecido de un momento a otro? Se cuestionó con frustración.A la mujer solo le bastó mirar a la división de vidrio del balcón, para darse cuenta de que, lo más seguro era que Mathew se hubiera escapado por allí, la ventana estaba abierta y el espacio era lo suficientement
–Pero ¿Qué estás diciendo ahora? ¿Acaso te has vuelto completamente loca? –refunfuñó Antonia, mirando a su hija de mala manera.–Lo que escuchaste, mamá, no tengo mucho por explicarte, solo lo que ya he dicho – de forma acelerada, ella sacó las maletas y entonces comenzó a guardar sus cosas dentro.–No puedes dejarme aquí sola – susurró Antonia.Valeria bufó, ese era otro de los puntos que no había tenido en consideración todavía.–Mamá, yo estoy segura de que tu lograrás salir adelante – dijo, poniéndose en pie frente a ella y acariciando sus hombros – tienes esta casa, solo debes conseguir un empleo que te permita costear lo necesario para vivir, solo mientras yo me organizó en otro sitio, cuando tenga un empleo te enviaré dinero mensualmente, no debes preocuparte por eso.Valeria dejó derramar una lagrima, mientras su madre la miraba fijamente.–Nos veremos después, mamá. Lo siento mucho – ella le dio un beso en la frente a su madre y entonces salió de aquella casa.Cuando Antonia
Mientras estaba en la casa Astley, el celular de Emma vibró dentro de su bolsillo, era Mathew llamando. Emma aprovechó que estaba lejos de Dante y que podía hablar bien para responder.–¿Por qué no cogías el teléfono? – refunfuñó él, pasándose la mano por la nuca.–Porque estaba con Dante – contestó ella – y después de todo esta debacle, dudo mucho que sea muy sensato responder a tus llamadas estando con mi esposo.Mathew frunció el ceño y tragó saliva – ¿Es decir que tú también piensas que tuvimos relaciones? – cuestionó bajito, casi en un susurro que delataba lo asustado que se encontraba.–No lo sé, Mathew, quisiera creer que no, pero despertamos juntos, desnudos, y estoy segura de que mi pierna estaba puesta sobre la tuya.El hombre cerró los ojos con rabia – yo no recuerdo nada.–¡Yo tampoco! Pero ¿Y si estábamos tan ebrios que ahora no nos acordamos?–Nunca he sufrido de un lapsus de esos – siseó.Emma bufó – entonces no sé qué más decirte, yo estoy en la misma posición que tú,
–¿Dónde estuviste metida, Emma? – preguntó Dante a la mujer, en cuanto ella entró en casa nuevamente.–Lo siento, tuve algunos pendientes en la oficina – mintió. –¿Has decidido volver a la oficina? – el hombre frunció el ceño – pensé que continuarías trabajando desde casa.Dante se movió alrededor del salón principal, mientras cargaba a Eva y la distraía, la niña había estado llorando y a pesar de que había revisado su pañal, que la había alimentado y dado sus juguetes favoritos, ella no se calmaba todavía.–Dame a la bebé – Emma extendió sus brazos para recibir a su hija.Cuando Dante se la entregó, ella la acurrucó allí junto a su pecho y comenzó a mecerla con cuidado y delicadeza, enseguida, el llanto de Eva disminuyó considerablemente.–Esa es la razón por que no creo que debas volver a la oficina todavía – dijo, señalando a la bebé, quien al parecer lo único que necesitaba era de su madre.–Seguiré trabajando desde aquí, pero no por mucho tiempo, si las inversiones en los event