–Últimamente llegas muy temprano – dijo Mathew, sorprendido cuando vio a Emma en la oficina - ¿Se debe a alguna razón en particular?–No – ella bostezó, el embarazo la tenía más cansada que de costumbre y por si fuera poco, no había podido pegar el ojo en toda la noche, sus constantes peleas con Dante la mantenían desvelada – solo quiero aprovechar mis últimos días en esta empresa, además, Valeria tambien llegará más temprano, necesitamos terminar con el empalme tan rápido como sea posible.Mathew asintió con la cabeza, aunque tenía sentido lo que ella decía, tambien parecía que, como siempre, ella ocultaba algo.–¿Segura que todo está bien? Pareces cansada – le dijo él, detallando las bolsas debajo de sus ojos y esa expresión inusual en su rostro.Lo que Mathew desconocía era que, aquella expresión no se debía al cansancio si no a la tristeza con la que Emma cargaba.–Han sido días difíciles – confesó – tengo muchas cosas sobre mis hombros y no sé cómo manejarlo – ella suspiró y echó
Dante sacudió la cabeza, pero rápidamente se dio cuenta de que eso realmente estaba sucediendo, su esposa si estaba llevando a vivir a su casa a la misma mujer que se encargó de joderle la vida en el pasado, la misma de la que él creyó estar enamorado y con quien quiso compartir su vida. Definitivamente aquello no podía ser cierto, debía tratarse de una jodida pesadilla, aquella era la única explicación razonable que encontraba para todo aquel embrollo.–Esa mujer no va a vivir aquí, ¡Sobre mis cojones! – gritó, furioso.Si bien era cierto que Valeria había cambiado y él se sentía feliz y orgulloso por ella, eso no eliminaba su historia y aquel pasado que tanto daño le ocasionó, sin importar sus aparentes cambios o el hecho de que Valeria hubiera ayudado en la búsqueda de Emma, eso no quería decir que Dante estaba dispuesto a compartir el mismo techo con ella.Su historial era demasiado extenso como para pasarlo por alto.–Valeria no tiene un sitio a donde ir y yo le he ofrecido una h
–¿Estás segura de que esto es lo correcto? – cuestionó Valeria, que vio la actitud afligida de Emma después de que Dante se fue de casa.–No sé si sea lo mejor, pero por lo menos me da un poco de paz mental, a veces eso es más importante que cualquier otra cosa – soltó con desanimo.–Supongo que tienes razón – Valeria suspiró y se recostó en el sofá, ella tambien había tenido que elegir su propia paz mental por encima del amor que algún día sintió por Ezra.Aquel era uno de los problemas más grandes del amor, ese de trazar límites entre el amor propio y el amor hacía otra persona.–Deberíamos hacer algo esta noche, no quisiera quedarme en casa – propuso la joven.–¿Quieres salir? – Valeria frunció el ceño, esa no le parecía la mejor de las ideas teniendo en cuenta la seguridad, no podían arriesgarse a andar por ahí cuando sabían que tenían un enemigo como Ezra detrás de ambas.–Amm – Emma pensó lo mismo que Valeria – llamaré a Susan para que tengamos una noche de chicas.Tratando de r
Las mariposas en el estómago de Emma estaban completamente enloquecidas, recordándole lo mucho que lo quería y todo lo que le afectaba el hecho de que el hombre estuviera lejos, incluso aunque se tratara de una cuestión de horas y minutos. Por un segundo, Emma enredó sus manos en el cuello de Dante y se dejó llevar, su cabeza quedó en blanco, y permitió que fueran sus emociones las que dictaran sus acciones de ese momento.La vida se sentía bien cuando no se pensaba demasiado, por desgracia, ese era un aspecto que Emma no podía evitar del todo, sin importar nada, siempre estaba aquella voz en su hombro que le recordaba cual era la realidad a la que se estaba enfrentando.–¿Quién demonios te dio permiso de besarme? – ella se apartó violentamente de él, empujándolo por su pecho fuerte y duro.Dante sonrió de medio lado, con esa expresión coqueta que hacía que cada uno de los vellos del cuerpo de Emma se pusieran en punta.–Parecías estarlo disfrutando – dijo con altivez, chasqueando la
Esa noche, Henry se aseguró de comprar las rosas más bonitas que hubiera, en realidad no le alcanzaba para ir a la mejor tienda, sin embargo, encontró un lugarcito que se veía medianamente decente, donde había flores de todos los tipos. Henry no estaba seguro de que a Layla le gustaran las rosas, no conocía su preferencia en flores, o en dulces, realmente no la conocía demasiado en ningún aspecto, a pesar de que había compartido demasiado tiempo junto a ella.Durante un segundo, aquel pensamiento lo entristeció, ¿porque no conseguía conocerla después de todo el tiempo que habían compartido? El hombre no pudo evitar pensar en la posibilidad de que hubiera algo malo en él.Y aunque lo había, su capacidad mental no fue suficiente para pensar demasiado en este asunto. Solo necesitaba verla y saber que ella no se iba a alejar de él, por lo menos no pronto.Cuando llegó al bar, el hombre se metió en aquella habitación sucia que ya había compartido en diferentes ocasiones con Layla, e inclus
–Si, ¿Diga? – Antonia respondió su celular, a la expectativa de que la persona que la llamaba fuera su hija, Valeria, de quien no había tenido muchas noticias desde la última vez en que se vieron. –Señora Darcy, le hablamos desde el comando de policía… – un hombre con voz fuerte y más bien ruda, se presentó, causando intriga en la mujer, quien comenzó a cuestionarse los motivos por los cuales la policía la estaba llamando – me comunico para informar que hemos encontrado el cuerpo de un hombre tirado en la autopista del kilómetro 49 al occidente – especificó – según las informaciones de criminalística, este hombre podría ser su esposo y necesitamos que se acerque para que pueda hacer reconocimiento del cadáver.Pasaron casi veinticuatro horas antes de que hubieran hecho aquella llamada a Antonia.–¿Podría repetir la dirección donde lo encontraron, por favor? – cuestionó, sintiendo como en su pecho comenzaba a formarse un nudo que le impedía la normal respiración.A pesar del aturdimi
Después de haber tenido que enfrentarse a una noticia tan impactante como la muerte de su esposo y padre, Valeria y Antonia se encargaron de hacer los arreglos de las exequias de Henry Darcy, quien murió atropellado por un auto aquella última noche en que se despidió de quien él sintió, había sido el amor de su vida.–¿Estás lista para esto? – preguntó Valeria a su madre.Antonia negó con la cabeza, la verdad era que, sin importar cuanto tiempo pasara, ella no dejaba de sentir aquel vacío y sensación de culpa, que era lo que más la martirizaba.–No lo sé – respondió la mujer con voz cansada y triste.Ella no pudo dormir los últimos días, tampoco había comido demasiado, se sentía débil y su cuerpo reflejaba aquello. –Vamos, mamá – Valeria ayudó a que la mujer se pusiera en pie y la llevó hasta la cocina de la mansión Neville.Los últimos días Antonia había permanecido en casa de Dante y Emma, ella no pensaba regresar a la casa de Ezra Astley, y por el momento, el único lugar que tení
–¿Por qué no prende esta cosa? – dijo Valeria para sí misma, mientras intentaba encontrar la forma de hacer funcionar el viejo tocadiscos que Dante tenía en su sala de estar.La mujer estaba medianamente ebria, se había bebido un poco más de la mitad de toda una botella de vodka y de repente, le habían entrado ganas de escuchar música y de bailar sola a través del salón, que era inmenso.–Es una pena estar sola en un sitio tan bonito y grande como este – dijo con la voz pastosa, como si realmente estuviera hablando con alguien más.Después de pelear un rato contra el tocadiscos, Valeria consiguió que una de sus canciones de jazz favoritos comenzara a sonar, pero, por desgracia, la música no estaba teniendo el efecto que ella esperaba, porque, el estar bailando a solas, solo le recordaba que no había nadie a su lado quien quisiera tomarla de la mano para moverse al mismo ritmo, y aquello era sumamente doloroso para la mujer.Mientras las lágrimas caían de sus ojos, apretaba la botella