Capítulo 49
Sin embargo, Jimena solo lo mencionó de pasada, pero alguien con interés lo escuchó.

En ese momento, Leticia, que llegó apresuradamente al lugar de la subasta, buscaba a Hernán entre la multitud.

—¡Mamá! ¿Por qué mi hermano aún no ha llegado?

Al lado de Leticia, agarrando su brazo, una mujer elegantemente vestida y aparentemente adinerada, era Yoli, la hermana de Hernán.

—¡Debería estar llegando en seguida!

Leticia miró hacia la puerta y no vio el auto de Hernán.

—Hernán te pidió que te quedaras en la escuela y te enfocaras en tus estudios. Si insistes en venir y luego te regañan, no llores después.

Yoli todavía estaba en la universidad.

—¡No me importa! Una compañera de clase me dijo que en la subasta de hoy hay unos aretes de esmeralda tallados a mano por el maestro. ¡Mamá, hoy tienes que hacer que mi hermano los compre para mí!

Hernán asistió a la subasta para comprar joyas para Milena. Ella también quería las joyas para presumir en la escuela, así que vino a ver qué pasaba.

—Está b
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