Los videos mostraban como Derek habia dicho, que el hombre que intento llevarse a la doctora Lapointe era un hombre esvelto y más alto que Conan. Los videos del exterior no tenían registrado, las cámaras llevaban meses inservibles sin que a nadie le preocupara repararlas. Ni siquiera después de lo ocurrido con Jena.—Lo ve no soy yo quien sale del consultorio de Jena con ella en brazos. —afirmo Conan, impaciente, esperaba que lo dejaran salir y poder saber el estado de ella y de su cachorro.—Haremos esto, —dijo el oficial de mayor edad — esperemos que la doctora Lapointe despierte y nos cuente su versión.—Si con eso me permite estar aquí esperando saber que ella se encuentra bien obedeceré, no me iré a ningún lado solo déjenme ir con mi esposa, cuando ella despierte les aclarara todo. si ella me acusa entonces responderé a cualquier culpa—dijo seguro, esto era una horrible pesadilla, perder el tiempo de esta manera y mantenlo lejos de su esposa.Como deseaba romperle la cara a todos
Todos se quedaron quietos por un momento, Jena solo recordaba su voz, lo recordaba con un tono frustrado, quizás de alguna sesión, estaba desesperado, angustiado, podía escuchar la voz en su cabeza pero no podía ver una imagen clara.“Débora me abandono, por este maldito problema… y yo solo quiero recuperarla…” —¿Está segura doctora Lapointe? —Jena tardo en responder, intentando recordar que más se habia dicho ese día o cualquier otro, se despabilo observando al hombre sometido por dos uniformados, estaba segura que Conan no le haría daño. —¿Doctora?—Si, esta bien, por favor suéltenlo.Los ojos de Conan se entornaron con tanta ternura su boca se curvo en una sonrisa.—Suéltenme, ya suéltenme.Los oficiales no tuvieron otra opción, el hombre anciano le dio una terrible rabia quitarle las esposas, Conan se apresuró a tomar su mano, la llevo a su boca besándole el dorso, el dolor en sus venas se calmo apenas el la toco.Era demasiado amoroso para no apreciarlo, atento, preocupado y co
Jena fingió quedarse dormida, para evitar las preguntas de Conan.—Lo que la paciente presenta parece ser una conmoción cerebral —informo la doctora frente a Alison y Conan fuera de la habitación, hay algo de asombro en su voz. —todo indica que sé golpeó la cabeza en la parte frontal derecha y presenta rastros de golpes en partes posterior de la cabeza, es extraño como no presenta moretones o enrojecimiento en la piel, pero su cerebro esta inflamado en algunas zonas.Era la sangre de Conan actuando en su cuerpo, después de todo si estuvo ahí para protegerlos.—No sé lo que pasó, la encontré tirada en el bosque ella salió a buscarme pero no conoce la zona fue mi culpa. —se auto culpo Conan—¿Sé pondrá bien?, —pregunto Alison bastante preocupada.No dio una respuesta especifica, solo se encogió de brazos.—La dotora Lapointe presenta lagunas mentales como ya han notado, también parece desconocer el orden de los hechos, no sabe que, de lo que recuerda fue real o un invento de su mente, e
—Jena, —entro como un huracán, al ver el florar obsequio se paralizo un paso dentro de la puerta. La sonrisa en su rostro por las flores no se comparaba con su fracaso de aquel día, ese día solo recibió, enfado, llanto y dudas. Y bueno casi estuvo a punto de consumar su matrimonio.—¡Flores!, ¿quién le ha traído flores a mí esposa?—Tal parece que no ha sido usted. —no eran importantes, así que las coloco a un lado sobre el buró —Las trajo el doctor Adam McAllen es un gran amigo de la universidad.Conan sonrió bastante molesto. Un ardor quemo su pecho, imposible controlar ese deseo de azotar las flores contra la pared.—¿Un amigo? —tomo el ramo —, a ese tipo si lo recuerdas, ¿pero a tu esposo?, no tienes ni un mínimo recuerdo…Y sin mas aventó el ramo contra la pared, Jena se cubrió la cabeza, estuvo a punto de gritar para pedir ayuda.—¿Que tan especial es ese amigo señora de Imperión?—No le queda el papel de esposo celoso, cuando usted aun piensa en Débora. —Eso fue hace tiempo,
Sus pies le pesaban, como si fueran unos enormes bloques de plomo, volver a su pequeña casa sin Jena ver a su alrededor y saber que ella no estaba dentro esperándolo, saber que dormiría en una cama sin su calor.Si su respuesta hubiera sido otra, Jena habría vuelto con el sin pensarlo. Pero aun sentia cosas por Débora, el solos saber que ella se encontraba aquí de nuevo le inquietaba.La puerta se abrió y la luz lo cubrió, Kenia vio sus hombros caídos y su rostro desencajado, se pasó la mano por la cabeza para acomodarse los cabellos que colgaban frente a su cara.—¿Dónde está jena, y Alison?... ¿Y Derek? —Resoplo con fuerza entro y cerró la puertaDébora espiaba la llegada de Conan, al verla llega sin esa mujer salto de alegría.—Conan ¿Dónde está Jena que le paso a tu hijo? dime que está pasando.Kenia estaba molestándose por la falta de respuesta—No quiso volver, aun no le informes a mi padre dame un par de días… —al avanzar hacia las escaleras observo a su padre sentado en el so
Jena recostada mantenía los ojos puesto en el techo, observo el reloj, una de la mañana, siempre después de un día agitado le gustaba recostarse en su cama, era tan reconfortarle que perdía todo conocimiento a penas su cuerpo se posaba sobre ella. Su dedo punzaba fuerte y doloroso.Buscaba alguna espina, o peor aún, alguna roncha producto de la mordedura de un araña, pero su dedo lucia normal.Estaba inquieta pensando en Conan, presentía que algo no estaba bien donde él se encontraba, tenía un desazón en el pecho, algo estaba sucediendo, sentía esa necesidad tan violenta de llamar a Conan, de tenerlo cerca, froto su vientre.—¿Lo extrañas verdad amor?, mañana vendrá, lo prometió. —un bebe, habia un bebe creciendo en su vientre, tan pequeño y frágil, apenas caía sobre ella la alegría de esa realidad. Un hijo que bien o mal la ataba a ese hombre que no podía recordar.La ventana se abría dando paso a un balcón, directo a la calle principal, la luna era redonda, gigante y muy brillante,
Al amanecer Jena abrió los ojos, Conan estaba dormido con su rostro hacia ella, le parecía como un niño tierno, dulce y preocupado por ella, libero un sonrisa espontanea. Estuvo a un centímetro de acariciar su espeso cabello negro. Era bonito, ese hombre de aspecto áspero y mal humorado, era muy lindo.Y su cercanía le hacía bien, el malestar de su dedo habia parado y no se había percatado en qué momento.Cuando sus ojos se abrieron, se encontraron con la mirada de Jena y su sonrisa. Conan no hizo ningún expresión como si aún permaneciera adormecido, pero estaba cautivado por la belleza de Jena.—Buenos días—Buenos días. —respondió, ese hombre no la habia obligado a nada, y le provocaba una desesperación no recordar nada detrás de ayer en el hospital.—De verdad quiero recordarte, necesito recordarte—Ven a casa, conversemos, apartarme de ti no te ayudara.Tenía razón, ¿comó se dejó influenciar de Adam?, Conan le dio libertad, la respeto aún durante la noche y que ella se ofreció como
—Estamos listo —Alison estaba emocionada, en cuanto Jena le comento la sugerencia de Conan ella brinco de alegría. Tomo algunas cosas que le faltaron la ultima vez que entro en el departamento y se encontró con aquel par de atractivos chicos.—¿Cuál es la prisa?—Ya lo veras el valle de plata es un lugar hermoso, cuando estes ahí me darás la razón —el entusiasmo de su hermana era contagioso.Estaba emocionad de ir con Conan, sus besos y caricias la estremecían al recordarlas. Si esas sensaciones las provocaba con unos cuantos besos que sería cuando la hiciera completamente suya, Jen ase sonrojo.—Está bien, vamosJena no llevaba más que una bolsa de mano, se vistió con algo deportivo y se sujetó el cabello en unas sola coleta.—¿Solo eso llevaras?—No sé con qué me encontrare, Alison, debo pensar que puede ser que vuelva hoy por la tarde.—Jen, debes pensar en volver con Conan, escúchame, el te ama y tu lo amas, no lo recuerdas porque no quieres hacerlo, pero cuando lo hagas te vas a