★Thomoe continuó narrando sus recuerdos a Celeste...Mientras disfrutaban de la película en el cine.—Wilson, ¿qué película vamos a ver? —preguntó Tete, ansiosa por saber el plan.Wilson respondió con una sonrisa.—No lo sé, seguro probablemente una de niños para Estrella.Tete frunció el ceño, reflexionando sobre la situación de Estrella.—Pero Estrella no es una niña, tiene mi edad —señaló Tete, preocupada por la justicia en la elección de la película.Wilson intentó explicar la situación de Estrella.—Sabes de su enfermedad, su cuerpo y su mentalidad son como los de una niña pequeña —explicó Wilson, tratando de transmitir comprensión.Tete suspiró, reconociendo la situación pero sin estar completamente de acuerdo.—Lo sé, pero no lo es. Tengo 18 años, al igual que ella así que ella también debería poder disfrutar de algo más adecuado para su edad —argumentó Tete, defendiendo su punto de vista.Wilson decidió cambiar de tema para evitar conflictos.—Deja de molestar a Estrella, por
Tete, visiblemente molesta por la reacción de Estrella, dejó escapar un susurro cargado de frustración entre dientes, sintiendo la injusticia de la situación.—Maldita mocosa.Los tres hermanos, preocupados por el incidente, se acercaron a Tete con gestos de apoyo y miradas de inquietud, deseando saber si estaba bien después del altercado.—¿Estás bien? —preguntaron al unísono, con tono preocupado.Tete, con la voz entrecortada por la tristeza y la confusión fingida, compartió su experiencia, buscando comprensión en el abrazo reconfortante de Wilson.—No sé qué le hice, ella me golpeó y dijo que no quería que estuviera aquí. Wilson, tu hermana no me quiere —confesó, aferrándose al consuelo que le ofrecía Wilson.Wilson, con tono tranquilizador, intentó calmarla, mostrando preocupación por su bienestar.—Ya no llores, linda. Todo estará bien.Thomoe, atento a la situación, buscó comprender lo sucedido, tratando de encontrar una explicación lógica.—¿Le dijiste algo que pudiera molestar
★Recuerdo.Wilson percibió la tensión en el rostro de Tete después de salir de la sala del cine y, con una mezcla de preocupación y curiosidad, le preguntó directamente.—¿Por qué estás tan molesta, Tete?Tete desvió la mirada, con sus ojos esquivando los de Wilson, mientras trataba de disimular su malestar con una sonrisa poco convincente.—Por nada, realmente. Wilson, ¿por qué no vamos a mi casa? Mis padres están fuera de la ciudad y la casa se siente demasiado vacía. Podemos ver algunas películas; además, mis hermanos tampoco están.Wilson asintió, su respuesta fue sencilla pero comprensiva.—Ok, suena como un plan genial —Wilson la abrazo y ella sonrió correspondiendo al abrazo.En ese momento, Priscila, siempre atenta a las dinámicas del grupo y buscando promover la unión entre todos, lanzó una sugerencia alegremente.—¿Qué tal si vamos a comer algo todos juntos? Podría ser divertido.Wilson consideró la idea y se volvió hacia Tete para conocer su opinión.—¿Te gustaría ir?Tete
—Segura que te sientes bien? Te ves amarilla —preguntó Thomoe, frunciendo el ceño en señal de preocupación.—Estoy bien, solo fue un mareo, no he comido en casi todo el día —respondió Celeste, tratando de minimizar su malestar.Thomoe no parecía convencido, pero asintió, decidido a cuidarla.—Iré a prepararte algo —dijo, levantándose de la cama.Celeste le tomó la mano, deteniéndolo un momento.—Gracias, Thomoe —murmuró, sintiendo un peso en su corazón, dudando de merecer su bondad y amor.Thomoe le sonrió suavemente y le dio un beso en la frente antes de dirigirse a la cocina.Después de un rato, volvió con un plato de comida sencilla pero nutritiva.—Vamos, come —instó, sentándose junto a ella en la cama.Celeste asintió y ambos comenzaron a comer en silencio. Después de unos minutos, la curiosidad pudo más que ella.—Dime qué pasó después —pidió, refiriéndose a la historia que Thomoe había comenzado a contar antes.—Ok, a días después del cine —Thomoe hizo una pausa, recordando— es
—Eh, no. Solo que mi cuarto está siendo fumigado —explicó Tete con una leve mueca, intentando restar importancia a la situación.Alicia intervino rápidamente, tratando de mantener la situación bajo control.—Voy a ir por su medicina, quédate con ella —dijo antes de salir del cuarto.—Gracias por traerme —le dijo Tete a Thomoe con una voz débil pero agradecida.—Sí, de nada —respondió él, todavía mirando alrededor, sintiéndose algo incómodo con la condición del lugar.—¿Qué plaga es? —preguntó Thomoe, intentando entender la situación.—¿De qué hablas? —Tete parecía confundida con la pregunta.—Por qué fumigan tu cuarto? Este lugar... es muy deplorable —Thomoe no pudo evitar comentar, aunque trató de ser lo más delicado posible con sus palabras.—Ah, cucarachas —dijo Tete simplemente, como si eso explicara todo.Thomoe frunció el ceño, con la preocupación evidente en su expresión.—No deberían de fumigar toda la casa mejor —murmuró más para sí mismo que para ella, pensando en lo poco qu
★Fin del recuerdo.Las palabras de Thomoe se detuvieron justo cuando Celeste, con un gran bostezo, se acurrucaba más en su pecho y murmuraba que tenía mucho sueño.Él le respondió con suavidad, invitándola a descansar, y en cuestión de minutos, el sueño se apoderó de ambos.Al amanecer, Thomoe despertó solo, notando inmediatamente el frío espacio en la cama donde Celeste debería estar. Con una mezcla de sorpresa y preocupación, llamó suavemente:—¿Tete? —Su voz rompió el silencio de la mañana hasta que ella respondió desde otro lugar en la casa, con su voz flotando hacia él como una brisa suave.—Aquí estoy.Ella apareció en el umbral de la puerta, ya completamente preparada para el día, vestida con un lindo vestido de verano y con el cabello aún húmedo de la ducha.La luz del sol matutino se filtraba a través de las ventanas, iluminando sus rasgos y dando un brillo dorado a su piel.—¿Por qué te levantas tan temprano? —preguntó Thomoe, intentando ocultar su desconcierto.—No seas hol
Alicia frunció el ceño, mostrando una sombra de preocupación en su rostro.—Dan me lo contó —dijo suavemente, con su mirada fija en Celeste con amor y preocupación. —Pero estamos aquí ahora, juntas. Eso es lo que importa.Celeste asintió, apretando la mano de su madre con gratitud. La presencia de Alicia era reconfortante, un faro de estabilidad en medio del torbellino emocional que Celeste había estado enfrentando.En ese momento, en la serenidad de esa habitación iluminada por el sol de la mañana, Celeste sintió un profundo agradecimiento por la conexión inquebrantable que compartía con su madre.—Sí, pero yo sé que tú eres mi mamá —afirmó Celeste, agarrándose a esa verdad como un salvavidas.Alicia asintió, con su voz en un murmullo cargado de tristeza.—Sí, mi niña, siempre seré tu mamá.—¿Y los demás? ¿Qué pasó con el resto de nuestra familia? —la pregunta de Celeste salió temblorosa, temiendo ya la respuesta.Alicia fijó sus ojos en Celeste, llenos de una tristeza profunda.—Los
Wilson asintió con seriedad antes de responder:—Bueno.Celeste miró a su alrededor, confundida por el lugar donde se encontraban.—¿Dónde estamos? Aquí no es la universidad —observó, buscando respuestas.Wilson le dirigió una mirada significativa.—Aún es temprano —respondió evasivamente.Celeste sintió una mezcla de frustración y curiosidad.—¿Me contarás? —insistió, deseando conocer la verdad.Wilson suspiró, tomando una decisión.—Primero bajemos —dijo, indicando el camino hacia el muelle cercano.Celeste asintió, siguiéndolo con pasos vacilantes hasta que llegaron frente a la playa, donde el mar extendía su vastedad frente a ellos.—Ya habla —instó Celeste, deseosa de escuchar lo que Wilson tenía que decir.Wilson se quedó en silencio por un momento, como si estuviera reuniendo el coraje para hablar.—Supongo que Thomoe te contó que nos pediste matrimonio a ambos de niños —comenzó, con su tono lleno de seriedad y nostalgia.Celeste soltó una risa nerviosa, ante los caprichos de s