★Fin del recuerdo.Las palabras de Thomoe se detuvieron justo cuando Celeste, con un gran bostezo, se acurrucaba más en su pecho y murmuraba que tenía mucho sueño.Él le respondió con suavidad, invitándola a descansar, y en cuestión de minutos, el sueño se apoderó de ambos.Al amanecer, Thomoe despertó solo, notando inmediatamente el frío espacio en la cama donde Celeste debería estar. Con una mezcla de sorpresa y preocupación, llamó suavemente:—¿Tete? —Su voz rompió el silencio de la mañana hasta que ella respondió desde otro lugar en la casa, con su voz flotando hacia él como una brisa suave.—Aquí estoy.Ella apareció en el umbral de la puerta, ya completamente preparada para el día, vestida con un lindo vestido de verano y con el cabello aún húmedo de la ducha.La luz del sol matutino se filtraba a través de las ventanas, iluminando sus rasgos y dando un brillo dorado a su piel.—¿Por qué te levantas tan temprano? —preguntó Thomoe, intentando ocultar su desconcierto.—No seas hol
Alicia frunció el ceño, mostrando una sombra de preocupación en su rostro.—Dan me lo contó —dijo suavemente, con su mirada fija en Celeste con amor y preocupación. —Pero estamos aquí ahora, juntas. Eso es lo que importa.Celeste asintió, apretando la mano de su madre con gratitud. La presencia de Alicia era reconfortante, un faro de estabilidad en medio del torbellino emocional que Celeste había estado enfrentando.En ese momento, en la serenidad de esa habitación iluminada por el sol de la mañana, Celeste sintió un profundo agradecimiento por la conexión inquebrantable que compartía con su madre.—Sí, pero yo sé que tú eres mi mamá —afirmó Celeste, agarrándose a esa verdad como un salvavidas.Alicia asintió, con su voz en un murmullo cargado de tristeza.—Sí, mi niña, siempre seré tu mamá.—¿Y los demás? ¿Qué pasó con el resto de nuestra familia? —la pregunta de Celeste salió temblorosa, temiendo ya la respuesta.Alicia fijó sus ojos en Celeste, llenos de una tristeza profunda.—Los
Wilson asintió con seriedad antes de responder:—Bueno.Celeste miró a su alrededor, confundida por el lugar donde se encontraban.—¿Dónde estamos? Aquí no es la universidad —observó, buscando respuestas.Wilson le dirigió una mirada significativa.—Aún es temprano —respondió evasivamente.Celeste sintió una mezcla de frustración y curiosidad.—¿Me contarás? —insistió, deseando conocer la verdad.Wilson suspiró, tomando una decisión.—Primero bajemos —dijo, indicando el camino hacia el muelle cercano.Celeste asintió, siguiéndolo con pasos vacilantes hasta que llegaron frente a la playa, donde el mar extendía su vastedad frente a ellos.—Ya habla —instó Celeste, deseosa de escuchar lo que Wilson tenía que decir.Wilson se quedó en silencio por un momento, como si estuviera reuniendo el coraje para hablar.—Supongo que Thomoe te contó que nos pediste matrimonio a ambos de niños —comenzó, con su tono lleno de seriedad y nostalgia.Celeste soltó una risa nerviosa, ante los caprichos de s
Meses después...En el silencio de su habitación, Tete fue sorprendida por la entrada de su padre, Nathan Morris.—¿Qué pasa, princesa? —inquirió, mientras observaba a su hija.Tete, con una expresión cargada de inquietud, se atrevió a cuestionar:—¿Por qué odias a la familia Garrett?La respuesta de Nathan no se hizo esperar, impregnada de amargura:—¿Se te hace poco lo que le hicieron a tu madre?Los ojos de Tete reflejaron un mar de pensamientos mientras meditaba sobre las palabras de su padre.—Ella parece no odiarlos, sino que los jóvenes Garrett le agradan —comentó Tete, sumida en una introspección profunda.Nathan, con firmeza paterna, insistió en moldear las emociones de su hija:—Tu mamá está confundida. Tú no debes sentir nada por ellos, ¿escuchaste?Con un gesto de aceptación resignada, Tete asintió, reconociendo la autoridad de su padre.—Pero papá, Dan es mi hermano —intentó argumentar, buscando una conexión familiar.Sin titubear, Nathan desechó la idea con una respuesta
Thomoe frunció el ceño al escuchar la conversación de Wilson por teléfono.—¿Quién era? ¿Tete? —preguntó con curiosidad, esperando confirmación.—Sí, Tete. ¿Quieres ir a una discoteca? —respondió Wilson, tratando de persuadir a Thomoe para unirse a la salida nocturna.—No me gustan esos lugares —declinó Thomoe con firmeza, sacudiendo la cabeza.—No seas amargado, dudo que Tete esté sola. Ella y tu novia llevan meses siendo muy buenas amigas —insistió Wilson, señalando la estrecha relación entre Tete y Priscila.—Sí, a lo mejor —consideró Thomoe, pensativo.—¿Aún no terminas con ella? —inquirió Wilson, recordando la relación de Thomoe con Priscila y mostrando cierta sorpresa ante la prolongada situación.Thomoe reflexionó sobre las palabras de Wilson, sintiendo el peso de la responsabilidad en sus hombros.—No quiero lastimarla —confesó Thomoe, preocupado por el bienestar de Priscila.—Eres muy dulce —respondió Wilson, reconociendo la sensibilidad de su hermano.—Deja de burlarte, Wils
★ActualidadCeleste sintió el suave tirón de Wilson en su mano, invitándola a levantarse.Sus pensamientos se agolpaban en su mente, incapaz de encontrar palabras adecuadas para expresar su confusión. Mientras se ponía de pie, una punzada de dolor atravesó su cabeza.—Deberías descansar — sugirió Wilson con preocupación. —Creo que has absorbido demasiada información hoy.La pregunta de Celeste colgaba en el aire, tejiendo un hilo de intriga entre ellos.—¿Los dos estaban enamorados de la misma mujer? —murmuró.—No —respondió Wilson con una triste sonrisa. —Creo que nos enamoramos de la ilusión que nos presentó.Un silencio incómodo llenó el espacio entre ellos mientras Celeste luchaba con sus propios sentimientos.—Pero yo no soy ella — susurró con voz apenas audible. —No me gusta, no quiero serlo.—Lo comprendo —dijo Wilson con compasión, intentando aliviar su carga.—Yo amo a Thomoe — confesó
—¿Qué haces? —preguntó Thomoe, sorprendido por la repentina intensidad del momento. —Van a vernos.—Soy tu prometida —añadió ella, desabrochándole el pantalón y bajándolo junto con sus boxers con determinación.Thomoe se quedó momentáneamente sin palabras, incapaz de articular una respuesta coherente.—Pero... —intentó objetar, antes de ser interrumpido por un beso apasionado.—¿No te gusta? —preguntó ella, con una sonrisa juguetona.Thomoe se dejó llevar por el momento, pero sus pensamientos aún estaban algo confundidos.—Dios... —murmuró entre besos, tratando de concentrarse.—¿Tan rápido crece? —bromeó Celeste, con una risa traviesa mientras continuaban disfrutando del momento.Thomoe llamó suavemente.—Celeste... —susurró mientras deslizaba la mano entre su cabello.—Ahhh... —exclamó Celeste, sintiendo una oleada de placer.Ella lo llevó más adentro, disfrutando de la sensación, es
Thomoe se levantó de su asiento con firmeza, indicando que era hora de marcharse.Dan asintió en acuerdo, expresando su deseo de partir también.Mientras tanto, en el salón, la tensión entre Monica y Wilson se palpaba en el aire.—¿Qué hacías con este loco? —inquirió Monica, fijando una mirada de desaprobación en Celeste.—Estoy aquí —intervino Wilson, intentando mantener la calma.Monica continuó sin prestarle atención, dirigiendo su atención a Celeste.—Y eso qué importa, no quita que este loco —replicó Monica con furia, llena de desdén.—Sabías que por tu culpa esa zorra de Priscila le dijo zorra a mi amiga —acotó Monica, lanzando una mirada acusadora a Wilson.Celeste intervino, tratando de calmar los ánimos.—Ya basta, entre Wilson y yo no hay nada —aclaró Celeste, buscando poner fin al conflicto.Wilson respaldó su afirmación.—Exacto, no hay nada —añadió Wilson, esperando disipa