Thomoe miró a Celeste con una expresión seria, indicando la gravedad de la situación.—¿En verdad quieres saber quién es Tete Morris? —preguntó, dando a entender que lo que estaba a punto de revelar podría cambiarlo todo entre ellos.Sin esperar una respuesta, Thomoe añadió con urgencia: —Ven conmigo.—¿A... a dónde? —inquirió Celeste, con una mezcla de curiosidad y nerviosismo en su voz.—Te mostraré una parte de ella —dijo Thomoe, comenzando a caminar hacia la puerta de su oficina. —Confía en mí.—Pero estoy en clase —protestó Celeste, aunque la curiosidad y la importancia del momento la hicieron ceder. —Vamos.Thomoe salió primero de la oficina, sujetando la puerta para que Celeste lo siguiera. Ambos caminaron en silencio hacia el estacionamiento, donde Thomoe condujo el camino hacia un destino desconocido para Celeste.Llegaron al departamento de Dan. Al entrar, Celeste miró alrededor, desconcertada.—¿Dónde estamos? —preguntó mientras observaba el ambiente familiar pero ajeno.—E
Celeste lo miró con una mezcla de frustración y anhelo.—¿A qué te refieres? Todos dicen que tu esposa era una mala mujer, que era un monstruo —insistió, buscando respuestas en los ojos de Thomoe.Thomoe cerró los ojos por un momento, sintiendo el dolor de las palabras de Celeste.—Celeste... —comenzó a decir, pero ella lo interrumpió con urgencia.—No, Thomoe, en serio quiero saber. Por favor, háblame de mí —pidió, con sus ojos buscando los de él con desesperación.Thomoe asintió y se levantó, dirigiéndose hacia un álbum de fotos guardado en una estantería cercana.—Está bien —dijo con calma, recuperando el álbum y volviendo hacia ella.—Tú eras Celeste Morris. Después de que regresé de mi viaje, volví con mi novia de ese tiempo —explicó, abriendo el álbum para mostrarle las páginas llenas de recuerdos.Celeste se quedó en silencio, sorprendida.—¿Tenías una novia? —preguntó, con su voz llena de incredulidad y confusión.Thomoe asintió con una sonrisa irónica, reconociendo la reacció
★Thomoe continuó narrando sus recuerdos a Celeste...Mientras disfrutaban de la película en el cine.—Wilson, ¿qué película vamos a ver? —preguntó Tete, ansiosa por saber el plan.Wilson respondió con una sonrisa.—No lo sé, seguro probablemente una de niños para Estrella.Tete frunció el ceño, reflexionando sobre la situación de Estrella.—Pero Estrella no es una niña, tiene mi edad —señaló Tete, preocupada por la justicia en la elección de la película.Wilson intentó explicar la situación de Estrella.—Sabes de su enfermedad, su cuerpo y su mentalidad son como los de una niña pequeña —explicó Wilson, tratando de transmitir comprensión.Tete suspiró, reconociendo la situación pero sin estar completamente de acuerdo.—Lo sé, pero no lo es. Tengo 18 años, al igual que ella así que ella también debería poder disfrutar de algo más adecuado para su edad —argumentó Tete, defendiendo su punto de vista.Wilson decidió cambiar de tema para evitar conflictos.—Deja de molestar a Estrella, por
Tete, visiblemente molesta por la reacción de Estrella, dejó escapar un susurro cargado de frustración entre dientes, sintiendo la injusticia de la situación.—Maldita mocosa.Los tres hermanos, preocupados por el incidente, se acercaron a Tete con gestos de apoyo y miradas de inquietud, deseando saber si estaba bien después del altercado.—¿Estás bien? —preguntaron al unísono, con tono preocupado.Tete, con la voz entrecortada por la tristeza y la confusión fingida, compartió su experiencia, buscando comprensión en el abrazo reconfortante de Wilson.—No sé qué le hice, ella me golpeó y dijo que no quería que estuviera aquí. Wilson, tu hermana no me quiere —confesó, aferrándose al consuelo que le ofrecía Wilson.Wilson, con tono tranquilizador, intentó calmarla, mostrando preocupación por su bienestar.—Ya no llores, linda. Todo estará bien.Thomoe, atento a la situación, buscó comprender lo sucedido, tratando de encontrar una explicación lógica.—¿Le dijiste algo que pudiera molestar
★Recuerdo.Wilson percibió la tensión en el rostro de Tete después de salir de la sala del cine y, con una mezcla de preocupación y curiosidad, le preguntó directamente.—¿Por qué estás tan molesta, Tete?Tete desvió la mirada, con sus ojos esquivando los de Wilson, mientras trataba de disimular su malestar con una sonrisa poco convincente.—Por nada, realmente. Wilson, ¿por qué no vamos a mi casa? Mis padres están fuera de la ciudad y la casa se siente demasiado vacía. Podemos ver algunas películas; además, mis hermanos tampoco están.Wilson asintió, su respuesta fue sencilla pero comprensiva.—Ok, suena como un plan genial —Wilson la abrazo y ella sonrió correspondiendo al abrazo.En ese momento, Priscila, siempre atenta a las dinámicas del grupo y buscando promover la unión entre todos, lanzó una sugerencia alegremente.—¿Qué tal si vamos a comer algo todos juntos? Podría ser divertido.Wilson consideró la idea y se volvió hacia Tete para conocer su opinión.—¿Te gustaría ir?Tete
—Segura que te sientes bien? Te ves amarilla —preguntó Thomoe, frunciendo el ceño en señal de preocupación.—Estoy bien, solo fue un mareo, no he comido en casi todo el día —respondió Celeste, tratando de minimizar su malestar.Thomoe no parecía convencido, pero asintió, decidido a cuidarla.—Iré a prepararte algo —dijo, levantándose de la cama.Celeste le tomó la mano, deteniéndolo un momento.—Gracias, Thomoe —murmuró, sintiendo un peso en su corazón, dudando de merecer su bondad y amor.Thomoe le sonrió suavemente y le dio un beso en la frente antes de dirigirse a la cocina.Después de un rato, volvió con un plato de comida sencilla pero nutritiva.—Vamos, come —instó, sentándose junto a ella en la cama.Celeste asintió y ambos comenzaron a comer en silencio. Después de unos minutos, la curiosidad pudo más que ella.—Dime qué pasó después —pidió, refiriéndose a la historia que Thomoe había comenzado a contar antes.—Ok, a días después del cine —Thomoe hizo una pausa, recordando— es
—Eh, no. Solo que mi cuarto está siendo fumigado —explicó Tete con una leve mueca, intentando restar importancia a la situación.Alicia intervino rápidamente, tratando de mantener la situación bajo control.—Voy a ir por su medicina, quédate con ella —dijo antes de salir del cuarto.—Gracias por traerme —le dijo Tete a Thomoe con una voz débil pero agradecida.—Sí, de nada —respondió él, todavía mirando alrededor, sintiéndose algo incómodo con la condición del lugar.—¿Qué plaga es? —preguntó Thomoe, intentando entender la situación.—¿De qué hablas? —Tete parecía confundida con la pregunta.—Por qué fumigan tu cuarto? Este lugar... es muy deplorable —Thomoe no pudo evitar comentar, aunque trató de ser lo más delicado posible con sus palabras.—Ah, cucarachas —dijo Tete simplemente, como si eso explicara todo.Thomoe frunció el ceño, con la preocupación evidente en su expresión.—No deberían de fumigar toda la casa mejor —murmuró más para sí mismo que para ella, pensando en lo poco qu
★Fin del recuerdo.Las palabras de Thomoe se detuvieron justo cuando Celeste, con un gran bostezo, se acurrucaba más en su pecho y murmuraba que tenía mucho sueño.Él le respondió con suavidad, invitándola a descansar, y en cuestión de minutos, el sueño se apoderó de ambos.Al amanecer, Thomoe despertó solo, notando inmediatamente el frío espacio en la cama donde Celeste debería estar. Con una mezcla de sorpresa y preocupación, llamó suavemente:—¿Tete? —Su voz rompió el silencio de la mañana hasta que ella respondió desde otro lugar en la casa, con su voz flotando hacia él como una brisa suave.—Aquí estoy.Ella apareció en el umbral de la puerta, ya completamente preparada para el día, vestida con un lindo vestido de verano y con el cabello aún húmedo de la ducha.La luz del sol matutino se filtraba a través de las ventanas, iluminando sus rasgos y dando un brillo dorado a su piel.—¿Por qué te levantas tan temprano? —preguntó Thomoe, intentando ocultar su desconcierto.—No seas hol