Monica apareció de repente y abrazó a Celeste con entusiasmo, provocando una risa entre sorprendida y divertida de su amiga.—¡Ay, duele! —exclamó Celeste mientras intentaba liberarse del abrazo juguetón de Monica.Dan observó la escena con una sonrisa cómplice.—Ustedes parecen dos niñas pequeñas —comentó, divertido por la efusividad de las chicas.—Pero hermosas —añadió Monica con una sonrisa, lanzándole un guiño a Dan, quien correspondió con una mirada afectuosa.—¿De qué te ríes? —preguntó Mónica, curiosa por la sonrisa de Dan.—De nada, se ven lindas —respondió Dan con sinceridad—. Me saltaré las clases; Thomoe quiere que vaya a las empresas Garrett.Monica hizo una mueca de decepción.—No te veré hoy en todo el día —lamentó, resignada ante la ausencia de Dan.Dan la tranquilizó con una promesa.—Vendré a recogerte, linda —aseguró con cariño.Celeste sonrió ante la interacción entre Dan y Monica.—Dios, qué miedo —bromeó, fingiendo dramatismo ante la despedida de Monica.—Adiós,
Wilson se detuvo por un momento, sus ojos reflejaban una mezcla de duda y melancolía mientras miraba a Celeste.—Hmm, tal vez... Adiós, Celeste —sus palabras sonaron indecisas, como si estuviera luchando con sus propios pensamientos.Confundida por su respuesta ambigua, Celeste buscó desesperadamente una explicación.—Espera, ¿qué quieres decir con «tal vez»? ¿Sabes quién soy? Por favor, dime —rogó, con una mirada ansiosa y esperanzada.Wilson la miró con cierta tristeza, como si recordara algo lejano y significativo.—Sí, eres Celeste Morris para los que te quieren Tete Morris —confirmó, su voz cargada de nostalgia y remordimiento.La mención del apellido hizo que Celeste frunciera el ceño, tratando de reconectar con su pasado olvidado.—Morris... ¿Morris? —repitió, su voz cargada de confusión y sorpresa mientras luchaba por recordar.Wilson simplemente se dio la vuelta, dejando tras de sí un rastro de incertidumbre y misterio, y se despidió con un simple «adiós linda», como si lleva
Thomoe miró a Dan con preocupación, con su voz cargada de inquietud mientras preguntaba por el estado de la madre de Dan.—¿Cómo está ella? —inquirió, su tono reflejando su preocupación por la difícil situación.Dan, con gesto sombrío, compartió la cruda realidad con Thomoe, mostrando su preocupación por su madre.—Mal. Ha perdido mucha sangre —respondió con pesar, cargado de preocupación por el estado crítico de su madre.Thomoe, buscando cambiar el rumbo de la conversación, se interesó en saber si Dan había seguido sus indicaciones.—¿Lograste hacer lo que te pedí? —preguntó, esperando una respuesta afirmativa.Dan asintió con convicción, dejando en claro su lealtad hacia Thomoe.—Sí, hice lo que me pediste. No revelé el paradero de Tete, los despisté y los envié a otro lugar —confirmó, recordando su compromiso con Thomoe.Sin embargo, Dan compartió con Thomoe una nueva preocupación que lo abrumaba.—Pero surgió otro problema —añadió, con su tono reflejando la gravedad de la situaci
Thomoe miró a Celeste con una expresión seria, indicando la gravedad de la situación.—¿En verdad quieres saber quién es Tete Morris? —preguntó, dando a entender que lo que estaba a punto de revelar podría cambiarlo todo entre ellos.Sin esperar una respuesta, Thomoe añadió con urgencia: —Ven conmigo.—¿A... a dónde? —inquirió Celeste, con una mezcla de curiosidad y nerviosismo en su voz.—Te mostraré una parte de ella —dijo Thomoe, comenzando a caminar hacia la puerta de su oficina. —Confía en mí.—Pero estoy en clase —protestó Celeste, aunque la curiosidad y la importancia del momento la hicieron ceder. —Vamos.Thomoe salió primero de la oficina, sujetando la puerta para que Celeste lo siguiera. Ambos caminaron en silencio hacia el estacionamiento, donde Thomoe condujo el camino hacia un destino desconocido para Celeste.Llegaron al departamento de Dan. Al entrar, Celeste miró alrededor, desconcertada.—¿Dónde estamos? —preguntó mientras observaba el ambiente familiar pero ajeno.—E
Celeste lo miró con una mezcla de frustración y anhelo.—¿A qué te refieres? Todos dicen que tu esposa era una mala mujer, que era un monstruo —insistió, buscando respuestas en los ojos de Thomoe.Thomoe cerró los ojos por un momento, sintiendo el dolor de las palabras de Celeste.—Celeste... —comenzó a decir, pero ella lo interrumpió con urgencia.—No, Thomoe, en serio quiero saber. Por favor, háblame de mí —pidió, con sus ojos buscando los de él con desesperación.Thomoe asintió y se levantó, dirigiéndose hacia un álbum de fotos guardado en una estantería cercana.—Está bien —dijo con calma, recuperando el álbum y volviendo hacia ella.—Tú eras Celeste Morris. Después de que regresé de mi viaje, volví con mi novia de ese tiempo —explicó, abriendo el álbum para mostrarle las páginas llenas de recuerdos.Celeste se quedó en silencio, sorprendida.—¿Tenías una novia? —preguntó, con su voz llena de incredulidad y confusión.Thomoe asintió con una sonrisa irónica, reconociendo la reacció
★Thomoe continuó narrando sus recuerdos a Celeste...Mientras disfrutaban de la película en el cine.—Wilson, ¿qué película vamos a ver? —preguntó Tete, ansiosa por saber el plan.Wilson respondió con una sonrisa.—No lo sé, seguro probablemente una de niños para Estrella.Tete frunció el ceño, reflexionando sobre la situación de Estrella.—Pero Estrella no es una niña, tiene mi edad —señaló Tete, preocupada por la justicia en la elección de la película.Wilson intentó explicar la situación de Estrella.—Sabes de su enfermedad, su cuerpo y su mentalidad son como los de una niña pequeña —explicó Wilson, tratando de transmitir comprensión.Tete suspiró, reconociendo la situación pero sin estar completamente de acuerdo.—Lo sé, pero no lo es. Tengo 18 años, al igual que ella así que ella también debería poder disfrutar de algo más adecuado para su edad —argumentó Tete, defendiendo su punto de vista.Wilson decidió cambiar de tema para evitar conflictos.—Deja de molestar a Estrella, por
Tete, visiblemente molesta por la reacción de Estrella, dejó escapar un susurro cargado de frustración entre dientes, sintiendo la injusticia de la situación.—Maldita mocosa.Los tres hermanos, preocupados por el incidente, se acercaron a Tete con gestos de apoyo y miradas de inquietud, deseando saber si estaba bien después del altercado.—¿Estás bien? —preguntaron al unísono, con tono preocupado.Tete, con la voz entrecortada por la tristeza y la confusión fingida, compartió su experiencia, buscando comprensión en el abrazo reconfortante de Wilson.—No sé qué le hice, ella me golpeó y dijo que no quería que estuviera aquí. Wilson, tu hermana no me quiere —confesó, aferrándose al consuelo que le ofrecía Wilson.Wilson, con tono tranquilizador, intentó calmarla, mostrando preocupación por su bienestar.—Ya no llores, linda. Todo estará bien.Thomoe, atento a la situación, buscó comprender lo sucedido, tratando de encontrar una explicación lógica.—¿Le dijiste algo que pudiera molestar
★Recuerdo.Wilson percibió la tensión en el rostro de Tete después de salir de la sala del cine y, con una mezcla de preocupación y curiosidad, le preguntó directamente.—¿Por qué estás tan molesta, Tete?Tete desvió la mirada, con sus ojos esquivando los de Wilson, mientras trataba de disimular su malestar con una sonrisa poco convincente.—Por nada, realmente. Wilson, ¿por qué no vamos a mi casa? Mis padres están fuera de la ciudad y la casa se siente demasiado vacía. Podemos ver algunas películas; además, mis hermanos tampoco están.Wilson asintió, su respuesta fue sencilla pero comprensiva.—Ok, suena como un plan genial —Wilson la abrazo y ella sonrió correspondiendo al abrazo.En ese momento, Priscila, siempre atenta a las dinámicas del grupo y buscando promover la unión entre todos, lanzó una sugerencia alegremente.—¿Qué tal si vamos a comer algo todos juntos? Podría ser divertido.Wilson consideró la idea y se volvió hacia Tete para conocer su opinión.—¿Te gustaría ir?Tete