— ¡Habla m*****a sea! — Anderson gruñó las palabras mientras la chica que seguía sujetando del cuello le miraba en pánico — ¿Dónde está mi m*****a hija? Hanna quiso hablar, se intentó liberar del fuerte agarre que le impedía respirar y trató realmente de pedir ayuda, pero no era capaz de hablar, solo podía mirar aquel rostro masculino que parecía explicar muchas más cosas de las que ella alguna vez pudo imaginar. ¿Realmente era la hija de aquel hombre? ¿Estaba suplantando a su hermana? ¡Ella tenía una hermana! La mujer sujetó la mano que abrazaba su cuello cuando su vista comenzó a sentirse borrosa. La chica sintió las lágrimas salir de sus ojos y aunque quiso luchar estaba perdiendo incluso la posibilidad de seguir consciente. Un sonido más allá de la sala de estar hizo al hombre soltarla en un instante. Los pulmones de Hanna, quemaron cuando se llenaron por completo de aire y tosió sin control mientras llevaba sus manos a la dolorida garganta que había sido sujetada por aquel h
— Es una lástima que Tiffany no pudiera despedirse de nosotros — dijo el último de los invitados mientras Maximiliano trataba de sonreír —. Sin duda la mejor fiesta a la que he asistido en los últimos meses.— Seguro abran más — la suegra del hombre habló — tengan un buen viaje a casa.Maximiliano se dio media vuelta mientras su suegra se encargaba. Liam se había ido a dormir hacía unas horas, pero Lila se había negado a alejarse, así que permaneció prácticamente toda la fiesta durmiendo en los brazos de su padre.El hombre entró a la habitación de sus hijos tratando de no despertar a la niña, agradeció que no tendría que soportar más a los padres de Tiffany o a sus propios padres. Había sido una noche agobiante y su cabeza había estado completamente enfocada en si su esposa realmente estaba bien después de lo que fuera que hubiera pasado.Después de cambiar a su hija, la arropó, pero se quedó unos instantes en la silenciosa habitación de sus hijos. No debía permitir que cualquier tru
Maximiliano no podía porque se había quedado completamente estático cuando Tiffany lo besó, tampoco pudo explicar por qué, a pesar de que sus manos se hicieron un puño, él le permitió a ella seguir moviendo sus labios de aquella manera tan dulce sobre los suyos. Maximiliano se cuestionó una y otra vez los motivos por los que debía marcharse de aquella habitación en aquel mismísimo instante, pero, aunque quería, no parecía que su cuerpo fuera a obedecerle. La mujer frente a él se apartó después de unos minutos, sorbió por su nariz mientras un sinfín de emociones que no podía comprender se clavaban en la mente de Maximiliano. — Yo lo siento, lo siento mucho, creo que estoy un poco… Maximiliano tomó a Tiffany de la mano de algún motivo, un motivo que no podía entender, pero cuando la mujer frente a él se quedó completamente en silencio mirándolo con las lágrimas corriendo por sus mejillas. Aquel hombre nunca había visto a Tiffany llorar de aquel modo, los ojos de Maximiliano se movier
Maximiliano miró desde la oficina en el primer piso de la casa, frunció el ceño cuando vio a Anderson tomar a su esposa a la fuerza para llevarla fuera de casa y luego lo vio traerla de regreso antes de lanzarla a las puertas de la casa.Aquella actitud le resultaba intolerable, daba igual si era Tiffany o no, nadie debería tratar así a una mujer, el hombre caminó con prisas hasta donde Tiffany estaba aún sentada sobre el suelo y odió ver la forma en que las lágrimas caían de sus ojos mientras el enrojecimiento en su rostro se hacía cada vez más notable.El hombre consiguió que la chica se pusiera en pie, vio la suciedad que se había colado en su escayola y también notó la sangre que manchaba la rodilla de su esposa. Maximiliano quiso golpear a su suegro, por algún motivo, o quizás simplemente porque eso era cruel, incluso con alguien como Tiffany.— Vamos dentro.— Suéltame — Tiffany trató de alejarse de él — puedo entrar por mi cuenta.Maximiliano vio a su esposa tratar de cojear ha
— Bien, hagamos esto como dijo la doctora que debemos hacer.Hanna terminó de colocar la manta sobre el césped del jardín junto al bonito árbol con flores frondosas y rosas que daba una buena sombra. Miró la hora en su muñeca antes de extender una vez más las mangas de aquel vestido que había escogido porque tenía un feo moretón en su brazo.Hanna tragó los nervios al pensar en la forma en que se habían dado las cosas los últimos dos días. Tembló mientras acomodaba el pañuelo que había estado usando para ocultar el fuerte moretón en su garganta. Se había maquillado también, aunque la rojez en su rostro había desaparecido justo como el corte en su labio, que se había hecho casi imperceptible.La puerta del jardín se abrió justo a las dos. Los dos niños que se acercaron a ella sin realmente estar muy emocionados la saludaron diligentemente. Hanna golpeó ligeramente la manta sobre el césped y Leila, la más pequeña, se sentó en la manta sosteniendo aún a su muñeca.— ¿Qué tal si hacemos u
— ¿Qué se supone que hagamos ahora? — Maximiliano miró a la mujer frente a él mientras ella apartaba los ojos de los niños que corrían detrás de una pelota a unos pasos de los dos.— Se supone que esto es tiempo familiar, creo que… Que deberíamos hablar un poco — Hanna no se sentía realmente bien, pero trato de que no se notara — cuéntame cómo ha ido tu día, mmm… ¿Hubo problemas en la oficina hoy?— ¿realmente te interesa saber si los hubo?— No lo sé, puede que no entienda realmente de lo que me hables.Maximiliano bufó ante aquellas palabras, miró a la mujer frente a él tratando de encontrar a otra persona, pero el rostro de Tiffany estaba frente a él, aunque parecía que estuviese hablando con alguien diferente. El hombre negó antes de tomar una de las galletas que aún quedaban sobre uno de los platos en medio de los dos.— Si no vas a entender entonces no preguntes — masculló molesto con el mismo — odio dar explicaciones en vano.Hanna miró al hombre frente a ella y realmente quis
¡Se había vuelto loco!Aquella era la única explicación que Maximiliano pudo encontrar antes de cerrar con furia la fuerza de su oficina. Realmente había besado a su esposa, como había podido besarla, como había sido capaz de dejarse llevar.¡Era Tiffany!La mujer con la que había dormido solo cuatro veces en todos los años que habían tenido de matrimonio, cuatro veces que fueron un infierno para él y que definitivamente no fueron placenteras. Se habían sentido como una obligación, ambos lo habían visto como tal, pero de algún modo él… Él…¡Él la había besado en el jardín por placer!Por pura y absoluta voluntad, aquello molestó mucho a Maximiliano, se estaba dejando engañar por el nuevo papel que se había inventado para detenerlo de divorciarse. Maximiliano sabía que Tiffany solo quería mantener aquel matrimonio para no perder las cosas que su padre le daba. Aquel trato no era un secreto para él, pero jamás le importó tanto.¿Por qué lo hacía ahora?— Necesito trabajar — murmuró dand
— Bien, todo parece estar en orden — el doctor movió ligeramente la mano de Hanna — ¿Siente alguna molestia al hacer esto? — el hombre movió su pulgar alrededor — ¿Algo?— No, no siento ninguna molestia, doctor.— ¡Excelente!El hombre se puso en pie después de lanzar a la basura el yeso que le habían colocado a Hanna hacía unas semanas. Escribió alguna cosa en una hoja de papel y luego se la entregó a la mujer que con una rápida despedida salió de la consulta médica.La chica miró la hora en su reloj antes de pedirle al chofer que la llevase a su segunda cita para ese día, las cosas habían estado calmadas las últimas semanas, pero Maximiliano ni siquiera le había permitido acercarse realmente a él en aquellos días, ya que después de haberse besado parecía increíblemente molesto con ella.— ¿Ha habido alguna mejoría en su relación?El segundo doctor que tenía enfrente aquel día le sonrió. La terapeuta parecía realmente emocionada por escuchar su respuesta, pero Hanna no sabía realment